Moliner dejó un pre-acuerdo y un estudio de diseño que sus sucesores califican de ‘papel mojado’ sin valor
La Diputación de Castellón retomará el objetivo de ‘salvar San Joan de Penyagolosa’ aunque lo hará con otros criterios y sin tener en cuenta lo que ya se negoció a principios de año “porque aquello era solo una declaración de intenciones que se quedó en papel mojado”. Lo bueno del tema, es que todos los grupos están de acuerdo en adherirse a la plataforma “Salvem Penyagolosa”. Lo menos bueno, es que realmente no hay nada más que buenas palabras e intenciones.
Esperanza Molina/ Castellón Información
Castellón dispone de uno de los conjuntos más emblemáticos, situados en el interior de la provincia, es el santuario de Sant Joan de Penyagolosa, cuyos orígenes podrían remontarse al siglo XVI o incluso mucho más atrás, a juzgar por las tradiciones y procesiones ligadas a este espacio o los frescos y pinturas hallados en sus muros.
El Penyagolosa es el Pico más alto de la provincia y uno de los más elevados del país, con 1.813 metros de altitud. Es como un espolón que se levanta hasta tocar las nubes y que puede apreciarse desde muy lejos, mar adentro, como parte del paisaje de la provincia. Allí se encuentra el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa.
Turismo de Castellón describe este santuario como una construcción de origen medieval, que podría haber sido fundado por los monjes que acompañaron a las tropas de Jaume I en su campaña en la conquista de Valencia.
Lo que nadie duda es el carácter místico de este conjunto, que se reconstruyó sobre su emplazamiento inicial, y que forma parte de las peregrinaciones ancestrales de la mayoría de los pueblos de su entorno como Culla, Vistabella, Xodos y Puerto Mingalvo, aunque la más conocida es la de Els Peregrins de Les Useres (cuyo origen se remontaría al siglo XIV).
Las mismas fuentes señalan que era tal la avalancha de peregrinos que se acercaban hasta este lugar, que en el siglo XVI se acometió la construcción de una hospedería para poder darles acogida. El conjunto volvió a ampliarse en el siglo XVIII cuando ya tomó la forma de ‘U’, con nuevos edificios para ampliar la hospedería.
La iglesia que ahora se conserva está datada también en el siglo XVIII, dedicada a Sant Joan de Penyagolosa, patrón de Vistabella, con una capilla consagrada a Santa Bárbara.
El santuario de Penyagolosa es incapaz de dejar indiferente a nadie, pero el paso del tiempo causa estragos y su conservación cada vez es más precaria.
Centro de caminos que se cruzaban, procedentes de todas direcciones y uno de los mayores atractivos turísticos y culturales del interior montañoso de Castellón, uno de los objetivos de las instituciones ha sido la de promover todo tipo de actividades para potenciar, con ello, la precaria economía de la zona.
De esta forma surgieron actividades, como la ruta de Castellón- Useres que creó el Centro Excursionista en 1959. O las numerosas rutas pedestres para amantes de la naturaleza, o las carreras de montaña que han convertido Sant Joan de Peñagolosa en un paraje conocido mundialmente. Els Camins del Penyagolosa.
Pero todo eso no resultaba suficiente para garantizar su supervivencia. Mantener la hospedería no era tarea fácil y a finales de 2018 se anunció oficialmente su cierre.
Sin hospedería, sin un bar o restaurante desde donde disfrutar de las excelencias de la zona, Sant Joan de Penyagolosa pierde atractivos y todo ello repercute en los municipios de su entorno que bastante tienen con afrontar los problemas de la despoblación.
En diciembre de 2018 la Generalitat Valenciana daba un paso adelante y anunciaba la compra del Pico del Penyagolosa con una inversión de 1,4 millones de euros.
También la Diputación Provincial, entonces con gobierno del PP, dirigida por Javier Moliner, se implicaba en el tema. El objetivo era salvar Sant Joan de Penyagolosa.
El 18 de febrero de este año, Javier Moliner anunciaba en rueda de prensa, que la Diputación invertiría en la restauración de Penyagolosa, que había llegado a un acuerdo con el obispo de Castellón para la cesión temporal del conjunto, y que convocaba un concurso de ideas para determinar el proyecto del santuario.
Así las cosas, se convocó el concurso de ideas, se presentaron 13 diseños que se expusieron tanto en Penyagolosa como en el palacio de las Aulas, y se seleccionaron los tres mejores.
En aquel momento ya había firmado un pre-acuerdo con el obispo y solo quedaba redactar y formar el convenio definitivo, valorar el coste de la actuación, que podría rondar el millón de euros, y establecer el modelo de financiación.
Pero se acercaban las elecciones, primero las nacionales y autonómicas y después las locales y con estas últimas cambió el color de la Diputación.
Con el cambio de Gobierno, el proyecto de Sant Joan de Penyagolosa ya no fue visto con los mismos ojos.
Fuentes cercanas a presidencia afirman que todo lo anunciado por Moliner, no pasaba de ser un ‘pique’ de Diputación frente a la compra del Penyagolosa de la Generalitat, sin ningún documento que avalara ni el pre-acuerdo con el obispado, y con poco más que un conjunto de dibujos sobre un hipotético futuro para el santuario.
En resumidas cuentas, desde entonces el tema San Joan de Penyagolosa ha vuelto a retroceder al punto cero, desde donde habrá que retomarlo de nuevo.
En la zona se ha constituido una plataforma, impulsada por los alcaldes de los municipios del entorno, que responde al nombre de “Salvem el Penyagolosa”.
El presidente de la Diputación, José Martí, se reunía con ellos el pasado fin de semana, para indicarles su intención de seguir negociando con el obispado a fin de que sea posible actuar en la hospedería de San Joan Penyagolosa, que, en en su opinión, “se debe abrir en cuanto sea posible”.
¿Pero qué es lo que quiere hacer ahora la Diputación en San Joan de Penyagolosa?
Según Martí, “el primer paso consiste “en separar los edificios de culto de lo que es la hospedería”. Los primeros deberían seguir siendo gestionados por su propietario, el obispado, mientras que se pretende negociar una compra o una cesión por 40 o 50 años de la hospedería.
El presidente también confiaría en contactar con la Generalitat, que también tiene propiedades, para establecer una intervención conjunta, y que podría estar negociando el tema con el conseller de Cultura, Vicent Marzá.
Los municipios de la zona insisten, “además de recuperar Sant Joan de Penyagolosa, solicitan que se actúe en los diez caminos que confluyen en San Joan, acondicionándolos, limpiándolos y colocando la necesaria señalítica”.
En resumen, más reuniones y nuevas negociaciones.
También el PP intentó presentar una moción que finalmente se retiró ante el objetivo de consensuar una declaración conjunta, que es la que se ha votado por unanimidad en el pleno de Diputación.
La Diputación se adhiere a ‘Salvem Sant Joan de Penyagolosa’ y además, lo ha hecho con el respaldo de todos los grupos políticos pero por lo demás, novedades ninguna
Por su parte, el Obispo de la Diócesis, Casimiro Melià, confirmaba a radio Cope Castellón que si que firmó un pre-acuerdo con Javier Moliner, y que es fundamental salvar el santuario. Ahora bien, el obispo no parece estar por la labor de que lo dejen atado con parte de los edificios y le compren la hospedería. Él también tiene responsabilidades y también tiene que dar cuenta a los suyos, y para el Obispo, posiblemente no hay dos sin tres, o se actúa en todo el conjunto o las soluciones no pasarán de parches, porque tampoco hay que olvidar, que el valor más importante, a ojos de la iglesia, es el religioso.
Hablando en plata. La idea original de restaurar todo el conjunto, con una cesión temporal del obispado, se ha quedado en agua de borrajas. El nuevo Gobierno provincial no tiene ninguna intención de invertir en el conjunto, sino solo en la hospedería y los edificios de la iglesia, que se los quede la iglesia.
