Mercedes Ventura. Diputada Autonómica de Ciudadanos.
Estamos ya en el mes de diciembre y podemos decir que llueve sobre mojado, y nunca mejor dicho, después de unos días diluviando. Al Consell no para de lloverles problemas fruto de sus políticas sectarias, discriminatorias y que atentan contra libertad en materia educativa.
Mucho se habla de la vieja política de la Comunitat Valenciana, pero ¿qué hace la nueva política? Lo que hace es destruir empleo y generar malestar ciudadano. Se empezó destruyendo empleo en las escuelas infantiles privadas de 0 a 3 años, paralelamente le llegó el turno a la concertada y ahora, tras la aprobación del decreto de la jornada continua al sector de las extraescolares, suma y sigue… Con un gobierno que no propone políticas de generar empleo pero sí de destruir. Como sigan aplicando estas medidas tan populistas y tan poco maduradas, llegaremos al punto que tras cada orden que publique el Consell subirá el precio del pan.
El Consell debería cambiar su hoja de ruta porque cada vez que prohíbe, se parece más a los anteriores gobiernos y regala votos a la oposición. Prohibir no es la vía para un gobierno que dice ser del diálogo. La vía es escuchar a la comunidad educativa y ofrecer libertad de elección a los padres del tipo de educación que quieren para sus hijos. Y ahora llega con las prohibiciones en la jornada continua donde Conselleria no permite gestionar a las AMPAS actividades extraescolares de calidad dentro de la jornada escolar. Las familias que decidan apostar por la jornada continua tendrán que esperar a las cinco de la tarde para realizar actividades del interés del alumnado, sea a nivel cognitivo o físico, es decir, aprender chino o practicar karate por poner algún ejemplo. Pues no tiene lógica finalizar la jornada lectiva al mediodía si el alumnado no puede hacer actividades de su interés hasta las cinco de la tarde. ¿Por qué ambas actividades no pueden convivir en un mismo espacio? El Gobierno argumenta que ambas actividades no pueden convivir en armonía porque sería una discriminación para el alumnado que no las puede costear. Pues, señorías, más discriminación es no ofrecer igualdad de oportunidades a los niños que opten con una jornada continua porque no les permiten seleccionar actividades extraescolares que les interesen dentro del horario escolar, como sí que ocurre con la jornada parcial.
Esta situación ha provocado que muchos padres decidan no contratar ninguna actividad extraescolar después de las cinco de la tarde y una caída en la demanda de las extraescolares de un 75 por ciento y como fruto, la destrucción de más empleo. Señorías, creo que esta no es la vía para generar una sociedad de bienestar con tantos impedimentos.
