Alejandro Moreno. Psicólogo. Educador. Cooperador Internacional.
Ya Paulo Freire dijo aquello de la educación para la práctica de la libertad. Y daba opción de “educar para domesticar a un Hombre-objeto… o educar para liberar a un Hombre-sujeto”. Yo añadiría en la época actual también, a la ‘mujer- objeto’ y a la ‘mujer-sujeto’. Como podemos deducir han pasado muchas cosas y la conceptualización de educar para liberar, ha venido cambiando conforme la sociedad mundial ha cambiado, ahora nos fijamos en que hombre y mujer son parte equitativa de ser tratados al mismo nivel, en igualdad social y hasta en igualdad de ser tomadas en cuenta como parte de la integralidad de los grupos sociales en nuestras comunidades sociales y educativas.
El problema de la domesticación sigue existiendo, porque sigue existiendo masificación de, diría yo, la enseñanza. Porque creo que la educación es un fenómeno integral de toda la sociedad, la familia, los grupos sociales, las instituciones, los medios de comunicación, el Estado, y porque no decirlo, la organización mundial de los países del mundo. Cada uno con sus diferencias, su cultura y su política.
El caso que nos toca es el de aquí, yo vivo en Vila-real y he sido parte de la dinámica de participación del sistema educativo al dejar a mis hijos en un colegio en donde aprendían y conocían lo que tenían que aprender y conocer, y en casa aprendían y conocían lo que tenían que conocer y en la calle aprendían y conocían lo que tenían que conocer y ahora son sujetos activos, con principios y valores forjados en todo este tiempo en todas las partes que aprendían y conocían. Mi pregunta es, ¿se han liberado? ¿Están educados para la libertad? ¿O son objetos humanos de esta sociedad que somete y domestica a las personas? Cada cual dirá su respuesta cuando actúe domesticadamente o en plena libertad.
Todo esto lo opino a causa del proceso de votación llevado a cabo en el sector educativo en donde los padre y madres tenían que elegir jornada continua o no, en donde hasta lo que he conocido había una norma para determinar los resultados del sí o del no, que parece ser afecto al posible cambio, menos del 50 % de los colegios han votado que Si al cambio más del 50% que NO.
Sé que hay padres y madres que estaban en contra de la jornada continua, también se que los hay como yo que creemos que lo mejor para nuestros hijos, para las futuras generaciones es una jornada continua en donde se les tome en cuenta a ellos y no los sacrifiquemos a la resistencia maratónica de los horarios escolares. Y claro está ya de paso una mayor educación para la libertad y no ‘educación para la domesticación’ en donde sufren con esas eternas jornadas escolares, como si los estuviéramos preparando para que aprendan a resistir horarios como las jornadas laborales que hoy sufren padres y madres que trabajan y que reciben una precaria compensación salarial. Pues eso, las futuras personitas que aprendan a esforzarse y a resistir.
Pensar en ellas es pensar en su bienestar, en su felicidad en su aprendizaje para ser libres y creo, no nos dan la oportunidad de pensar en ello. Y en algunos casos como en Vila-real donde sale que No quieren cambiar, que hay que conformarse con que los hijos e hijas sigan resistiendo esas jornadas, en donde ni siquiera puedan hacer en casa esa siesta española que tanto nos gusta y que a esas edades dicen los especialistas son fundamentales para su desarrollo.
La educación para la libertad es muy grande, aún nos sigue quedando grande, implica educar emocionalmente, educar socialmente, educar racionalmente. Sentir, actuar y pensar libremente en beneficio, propio y de toda nuestra gente, nuestra familia, nuestros grupos sociales, nuestra sociedad, nuestro país y por qué no el mundo entero que compartimos con otras culturas.
Olvidemos el interés de quien exprime la maquinaria para enriquecerse a costa del sacrificio, inclusive en la educación, de nuestros hijos e hijas. Por los resultados, 5 colegios al NO y 1 al SI en Vila-real, al menos por el momento la educación no se perciben, no se entiende como una herramienta para la libertad de las personas. Por lo tanto mi conclusión un poco atrevida es que seguimos como en el pasado.