El 42% de los españoles mayores de 18 años declara no realizar ningún tipo de actividad física, frente al 6% de Suecia o al 7% de Finlandia
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Según la European Heart Network, España se sitúa a la cabeza de los países europeos con más sedentarismo. El 42% de los mayores de 18 años declara no realizar ningún tipo de actividad física, frente al 6% de Suecia o al 7% de Finlandia. Por delante de España figuran Grecia, con el 67% de los adultos sedentarios, Bulgaria con el 58% y Portugal con el 55%.
Los datos se desprenden del proyecto "EuroHeart II: Dieta, Actividad Física y Prevención de la Enfermedad Cardiovascular en Europa" llevado cabo en 2013 por la European Heart Network en colaboración con la Fundación Española del Corazón (FEC).
Ante este escenario, desde la Unidad de Salud Deportiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, su responsable el Dr. Darío Sanmiguel, destaca el alcance terapéutico del ejercicio físico, capaz de "reducir, y en ocasiones eliminar, la dosis de fármacos hipotensores –para controlar la hipertensión arterial- y betabloqueantes, que controlan la frecuencia cardíaca en personas con problemas cardíacos".
Mejor descanso en patología mental
Sin embargo, los beneficios del ejercicio físico en personas que se medican va más allá de la salud cardiovascular. "Las personas con ansiedad y depresión también se benefician de las bondades del ejercicio físico hasta el punto de poder suspender, en determinados casos, la medicación". Entre otros factores que explicarían esta capacidad del ejercicio –generación de endorfinas, etc.- se encuentra el cansancio propio tras las sesiones de actividad física. "El binomio cansancio/sueño es inseparable", asegura el Dr. Sanmiguel. "Cuanto más cansado estás, descansas mejor".
Beneficios en enfermedades neurodegenerativas
La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sidney publicó en 2016 en la revista Journal of American Geriatrics Society un trabajo de investigación con el título 'Estudio sobre Entrenamiento Mental y de Resistencia' (SMART) que tuvo por objetivo evaluar la posible asociación entre la ganancia muscular y las capacidades cerebrales. El estudio demostró una mejora de la función cognitiva asociada a la ganancia de fuerza muscular. De hecho, cuando más fuerte se volvía la persona, mayor era el beneficio para su cerebro. Y así, el estudio concluyó que el aumento de la fuerza muscular mejora las funciones cerebrales de las personas de mediana edad o mayores que padecen deterioro cognitivo leve. Al hilo de esta información, el Dr. Sanmiguel subraya la capacidad del ejercicio físico de ralentizar el deterioro cognitivo. "En enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, el ejercicio físico protege frente al deterioro cognitivo y/o la pérdida de memoria, ralentiza su progresión. De hecho, éstos aparecen generalmente más tarde en personas no sedentarias"
Tras el infarto
Las ventajas apuntadas se unen a las más conocidas: las que actúan en el sistema cardiovascular protegiéndolo. En este sentido, conviene destacar que la mala salud cardiovascular es la primera causa de fallecimiento en el mundo, por delante, de lejos, del cáncer.
En relación a la capacidad de la rehabilitación cardíaca –basada en una rutina de ejercicio físico- tras un infarto de miocardio, el responsable de la Unidad de Salud Deportiva del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, asegura que, no solo reduce el riesgo de un segundo accidente cardiovascular, sino que "equipara la supervivencia de personas que ya han sufrido un infarto con otras que no han pasado por ello; en cierta forma el ejercicio físico logra compensar un escenario con otro". Y así, concluye "una buena rehabilitación cardíaca puede lograr algo tan increíble como que una persona viva tras un infarto lo mismo que otra que no lo ha tenido y, además, con buena calidad de vida"