La vicepresidenta del Gobierno de España y ministra de Economía, la inefable Nadia Calviño debe repetir en voz alta: “El clúster cerámico está en Castellón”. Hasta que se quedé afónica. 100, 1.000 o 10.000 veces. Las que haga falta. Y si puede ser que lo diga en las reuniones que tenga con su jefe, con Pedro Sánchez que, por lo visto, tampoco sabe ni lo que es un azulejo ni dónde se fabrican porque no ha atendido ni una sola de las reivindicaciones de los empresarios cerámicos para superar esta grave crisis impuesta por el alto coste de la factura energética.
Y es que la ministra Nadia Calviño, tan socialista ella, aseguró que su gobierno -tan progresista él- estaba atendiendo las reclamaciones de los azulejeros… ¡De Alicante! Así nos va. Así nos luce el pelo. Calviño no tiene ni idea de dónde está el clúster cerámico, ni Castellón y hasta dudo si sabría localizar la Comunidad Valenciana en un mapa. Ella ha demostrado públicamente que no tiene ni idea del sector azulejero ni cosa que se le parezca… Y no le importa nada lo mal que lo estamos pasando aquí, en Castellón, provincia que acoge el principal y más importante núcleo productor de pavimentos y revestimientos cerámicos de Europa y el cuarto a nivel mundial. Aquí en Castellón, sí, señora ministra: en Castellón.
La ignorancia de Calviño -que también es la ignorancia del PSOE- es un desprecio al sector cerámico y a todos los castellonenses. Ni siquiera se ha preocupado por informarse de lo que pasa con una industria que es vital para la economía de toda una provincia y que, además, ha conseguido vincular el nombre de España a la calidad y a la innovación en los más exigentes mercados del mundo. El PSOE vive de espaldas a la realidad.
En un momento tan complicado -por no llamarlo trágico- que atraviesa nuestra industria cerámica, por la incapacidad del Gobierno de Pedro Sánchez y el PSOE para adoptar medidas que ponga freno a la pérdida de producción, de ventas y hasta de plantilla, es especialmente doloroso comprobar que la ministra de Economía piense que los azulejos se fabrican en Alicante… ¿Y dónde se producirán los turrones que Calviño se come en Navidad?
Lo mejor que podrá hacer la ministra Calviño, después de pedir disculpas por su metedura de pata, es pasearse por Castellón y comprobar qué pasa aquí y qué es lo que reclaman unos empresarios que crean puestos de trabajo y riqueza para todos. Como ha hecho el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Ya sabe, señora ministra, repita “el clúster cerámico español está en Castellón” hasta que su gobierno se digne a escuchar nuestras reclamaciones. 100, 1.000 o 10.000 veces. Las que haga falta.