Este fin de semana hemos participado en una carrera solidaria contra el cáncer de mama organizada por la Fundación Le Cadó. Como ya hiciera nuestra Asociación Española Contra el Cáncer en nuestro pueblo, nos hemos enfundado la camiseta para hacer público nuestro deseo manifiesto de plantar cara a los problemas para superarnos.
Ese espíritu que tan bien define a mi pueblo y que tiene su expresión máxima el 22 de mayo, con Les Calderes, es el que nos empuja cada día a buscar la felicidad. Porque de eso se trata. De trabajar y esforzarnos por lo que merece la pena, por sonreír al futuro, por plantar cara a las adversidades y por alcanzar metas y retos que nos hagan felices.
Y la política no es más que eso. Gestionar, esforzarte y trazar un camino, el que entre todos consideremos, para ser felices. Y en este proyecto estamos todos implicados porque todos podemos aportar nuestro punto de vista, nuestra opinión, nuestros conocimientos y nuestras ideas. Así lo creemos en el PP. Compartir un reto común que se llama Almassora, para tratar de prosperar y ganar bienestar para vivir mejor.
Hace ya unos años que mi pueblo abandonó esta senda de oportunidades para tomar otros derroteros. Un rumbo que viró hacia la izquierda y nos llevó a una subida de la tasa de basuras, una pérdida de especialidades médicas, el cierre de nuestro consultorio de Pla de la Torre y el abandono de polígonos industriales. Esos parques empresariales que son sinónimo de empleo y atraen capitales e inversores.
Hoy la situación nos hace mirar con preocupación el mañana porque la inflación está disparada, los carburantes están desbocados y las tarifas eléctricas por las nubes. El paro afecta a 1840 familias, según el último dato del mes de octubre, y el reto es revertir esta situación.
Y en ello estamos. Porque nosotros nos negamos a abandonar ese camino hacia la felicidad que defendemos sin falsas utopías ni cuentos de hadas. Con los pies en la tierra para enfrentar con arrojo el mañana y plantar cara a la adversidad. Sabemos que hemos superado peores crisis y lo hemos hecho con las ideas útiles y el sentido común sobre los hombros. Con esfuerzo y sacrificios, nadie lo niega. Pero con la vehemencia y la convicción de que somos capaces de conseguirlo para volver a sonreír. Pasión y entusiasmo no nos falta. A por ello Almassora.