Contra la despoblación, medidas contundentes y eficaces. Sobran las palabras vacías y hacen falta hechos. Por eso, desde el PP pedimos a la Diputación una reducción de la carga fiscal para todas aquellas explotaciones agrícola o ganaderas que están en zonas sensibles a la pérdida de habitantes. De esta manera, como ha dicho nuestra presidenta provincial, Marta Barrachina se consigue un doble objetivo: “Defendemos una actividad económica que es una de las principales señas de identidad de nuestra provincia, y que genera empleo y riqueza; y al mismo tiempo ayudamos a fijar población en los pueblos del interior”.
Y es que no podemos -ni debemos olvidar- que tanto la actividad agrícola como la ganadera son las grandes olvidadas por las políticas de la izquierda. Los sectores más castigados, a pesar de que de ellas dependen miles de familias y, por lo tanto, el futuro de muchos pueblos. Es necesarios reducir costes para que ambas actividades vuelvan a ser rentables y atractivas para los jóvenes emprendedores.
Hay que adoptar medidas urgentes y eficaces, pero lo izquierda mira hacia otro lado. La izquierda siempre mira hacia otro lado y se tapa los ojos cuando hay un problema. Y por eso, la Diputación del PSOE y Compromís ha rechazado la petición de ayudar al campo y de ayudar a nuestro interior. La izquierda cierra los ojos y se tapa lo oídos para ignorar que nuestro campo está profundamente herido por el desproporcionado aumento de los costes, y que el futuro de muchos de nuestros pueblos depende de manera directa de la agricultura y de la ganadería.
Las administraciones públicas no pueden dar la espalda a este grave problema. Hay que unir fuerzas -y talento- para hallar soluciones a los problemas de la agricultura y de la ganadería. Unas soluciones que pasan por la reducción de la burocracia tanto para poner en marcha una explotación como para acceder a una ayuda; pero también por una significativa rebaja de los costes fiscales.
La agricultura y la ganadería, dos sectores tan estrechamente vinculados a nuestra historia y a nuestra cultura, y que además garantizan productos básicos para una alimentación de calidad; necesitan ayuda. Pero la necesitan ya. Y no vale eso de mirar hacia otro lado. El futuro de la provincia de Castellón pasa sí o sí por la agricultura y la ganadería.