Alerta de que la plaga está descontrolada por la falta de insecticidas hábiles y que los daños en la próxima campaña serán muy graves
Castellón Información
Con la intención de facilitar la actuación de los Servicios de Sanidad Vegetal valencianos, el CGC pone a su disposición los insectarios particulares de más de una decena de operadores asociados para ampliar la producción de ambas soluciones naturales y facilitar a un tiempo su dispersión, tanto por las fincas propias como por las vecinas. El caso del Cryptolaemus es especialmente acuciante porque su suelta podría comenzar este mismo verano pero la falta de cantidad suficiente que poder distribuir por parte de los insectarios de la Generalitat va a limitar su dispersión a unos mínimos de dudosa eficacia. En idéntico sentido, la Conselleria de Agricultura valenciana tampoco ofrece garantías de que en 2021 haya multiplicado el parasitoide Anagyrus en cantidad suficiente para ser capaz de menguar la población de esta plaga.
Junto a ello y dado que la identificación precoz y la monitorización del estado fenológico del ‘Cotonet de Sudáfrica’ son claves para planificar las posibles acciones de control, las empresas exportadoras del CGC han venido informando a la Conselleria de Agricultura de las posibles detecciones y se ofrecen también para instalar en los árboles de sus fincas las trampas con la feromona sexual atrayente que sirve para confirmar su presencia y niveles de población. Garantizar en 2021 un plan de lucha biológica efectivo que permita evitar el impacto de una segunda campaña con la plaga descontrolada y en expansión (además de los daños en la próxima, se podrían sumar los de la 2021/2022) pasa también, a juicio del CGC, porque el ministerio renueve ya el permiso excepcional dado para el uso de esta feromona en la presente campaña. Por eso y por encontrar alguna manera de abaratar su coste y por facilitar su inclusión en los programas operativos europeos para así propiciar un uso más generalizado.
Como ha reclamado ya el propio Gobierno valenciano y secunda el conjunto del sector, el éxito de la cruzada contra el ‘Cotonet de Sudáfrica’ pasa –en último pero no menos importante lugar- por la implicación financiera del propio Gobierno central así como por la coordinación de todas las administraciones regionales de las zonas citrícolas, que el CGC reitera que se van a ver afectadas a corto o medio plazo. Con todo, donde primero y más intensamente urge actuar para reducir sus niveles de población y atenuar el daño es, obviamente, en la Comunidad Valenciana, donde las autoridades no han sido capaces de planificar la respuesta a una plaga que se detectó en otoño de 2009.