La Administración autonómica elabora un plan de acción territorial para asegurar la preservación de estos espacios de gran valor paisajístico, cultural, histórico e identitario
Ramón Pardo/Castellón Información
La fiebre desatada por instalar plantas de captación de energía fotovoltaica amenaza con arrasar importantes áreas de cultivos tradicionales en Castellón. Es el caso del suelo destinado a la producción de vino. Si bien es cierto que esta apenas supone el 0,3 por ciento de la Comunitat Valenciana. Pero desde el Consell se pretende proteger estos terrenos de viñedos en Benlloch, Le Useres y Vilafamés por sus valores paisajísticos, patrimoniales e históricos.
Loas tres localidades acogen en sus términos municipales empresas, bien particulares o bien en cooperativas, que han recuperado la tradición vitivinícola de la provincia y apuestan por lograr de la Administración una denominación de origen de vinos de Castellón. Los tres municipios son herederos de una tradición secular y por ello esas tierras de cultivo son objetivos a preservar. Más ahora cuando algunas de esas zonas figuran entre las elegidas por las empresas para instalar las plantas fotovoltaicas.
La Conselleria de Política Territorial quiere "blindar" los paisajes del vino y para ello trabaja en la implementación de una figura jurídica que les deje a salvo. Para ello se elaborará un Plan de Acción Territorial que blindará inicialmente las zonas más sensibles, con la consideración de entornos indisolubles de la actividad vitivinícola en la Comunitat, caso de los viñedos del paisaje de Vilafamés, les Useres y Benlloch; los viñedos de la Serranía y la Hoya de Buñol; los de Utiel-Requena; los de la Marina Alta; los del Vinalopó Mitjà-Alicante y los de les Alcusses, els Alforins y la Vall d’Albaida.
El departamento que lidera Arcadi España considera estos suelos, parajes singulares dominados por viñedos tradicionales. Unos espacios naturales, con hondos significados históricos, patrimoniales e identitarios que ahora se ven amenazadas por intereses empresariales que buscan destinarlos a otros usos.
El catálogo para la protección de los paisajes vitivinícolas servirá de base para el citado plan de acción territorial y será tenido en cuenta en la elaboración del borrador del proyecto de planificación urbanística, que está en fase de consulta pública para la recogida de aportaciones. Con esa exposición a los afectados, la conselleria busca” identificar los elementos constituyentes de los citados ámbitos productivos del vino para garantizar su conservación y puesta en valor ante la amenaza de otros proyectos en suelo no urbanizable que "pueden acabar banalizando un paisaje identitario y gran calidad» y también ante la necesidad de abrir nuevas vías de desarrollo rural, como es el agroturismo”.
La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vinos de Castellón agrupa 15 bodegas, en las que el año pasado se registró una producción de 1600 toneladas.
