Cada día es más difícil para las familias -para todas- llegar a fin de mes. El precio de los productos alimenticios se disparó un 3% el pasado mes de octubre, sumando en lo que va de año un escandaloso aumento del 16,5% Y esos datos no son del Partido Popular, sino que son el resultado de los estudios que cada mes realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son datos públicos y oficiales que muestran un encarecimiento de los productos más básicos de la cesta de la compra que no hay economía doméstica que lo soporte. Y mientras tanto, Pedro Sánchez y Ximo Puig se cruzan de brazos y, como solo saben hacer ellos, miran hacia otro lado.
Es necesario que las administraciones públicas, todos aquellos que nos están gobernando, tomen las medidas necesarias para garantizar el bienestar de todos. Hay que buscar alternativas y soluciones para que nuestros pueblos y ciudades vuelvan a transitar por la senda del crecimiento y la generación de empleo. Y esas medidas pasan, obligatoriamente, por una apuesta decidida por apoyar a los emprendedores, a los autónomos que quieren crear -o ya lo han hecho- su puesto de trabajo, a las pymes y, como no, a las grandes empresas. Porque no hay mayor riqueza ni política social más efectiva, que crear puesto de trabajo.
Y hay que bajar impuestos. Hay que reducir o eliminar tasas. Hay que aligerar la presión fiscal que padecemos todos los castellonenses. Desde los ayuntamientos gobernados por el PP ya hemos dado ejemplo de cómo llevar a cabo la reducción fiscal, y ese es el ejemplo que deben seguir las demás administraciones. El dinero debe estar en los bolsillos de los contribuyentes para dinamizar la economía, para crear riqueza.
Por eso, no se puede entender de ninguna manera la obstinación de Ximo Puig, el inefable presidente socialista de la Generalitat Valenciana, en aumentar más de 4.500 tasas un 10% en el próximo ejercicio 2023 así como crear cuatro nuevos impuestos que castigan al turismo y a la industria, entre la que se encuentra la cerámica, el motor de la economía provincial.
O sea, que en 2023, los castellonenses seremos un poquito más pobres gracias a las políticas progresistas del PSOE.