"Es el momento de pasar de las palabras a los hechos, si no nos ayudan ahora no saldremos a flote”
El ocio nocturno se ha concentrado en la plaza mayor de Castellón para pedir soluciones a sus negocios. Llevan cerrados desde hace 7 meses y acumulan gastos de más de 800.000 euros. “Es el momento de pasar de las palabras a los hechos, si no nos ayudan ahora no podremos salir a flote”. Reclaman soluciones a la administración para no echar el cierre porque de ellos también dependen muchas familias
EM/ TB/ Castellón Información
Llevan 7 meses cerrados por la pandemia, y ya no saben como hacer frente a la situación. Por esa razón, los empresarios del ocio nocturno se han concentrado hoy en la plaza Mayor de Castelló para llamar la atención de las administraciones públicas y encontrar vías de solución a esta crisis.
Inicialmente habían enviado convocatoria a 500 personas. Con las medidas anticovid, redujeron la concentración a 300 personas, pero la Subdelegación del Gobierno solo ha autorizado a los 200 que se han manifestado. Eso si, con distancias, repartidos, sin aglomeraciones, con mascarillas y con una llamada SOS para evitar que este sector se vaya a pique y no vuelva a abrir sus puertas.
El problema de muchos de ellos es que tienen autorización para el ocio nocturno, pero esta actividad ha sido prohibida por el coronavirus. Muchos han pedido que se les permita abrir en horario diurno. El Ayuntamiento de Castelló ha indicado que sus licencias dependen de Generalitat. Además, se da otra circunstancia, la normativa que reguló su apertura hace años ha cambiado y la mayoría de ellos no podrían modificar el negocio para poder trabajar durante el día y recuperar después sus licencias de ocio nocturno, no cumplirían las condiciones actuales.
Pero la pandemia se alarga y son ya 7 meses sin poder trabajar, y mientras tienen gastos fijos que no pueden dejar de pagar.
En la lectura del manifiesto han denunciado que los gastos se los comen, suman ya en torno a 800.000 euros, 15.000 euros por local. Se sienten abandonado, sin ayudas reales a las que acogerse.
“Nosotros fuimos responsables”, indicaban, porque fueron ellos los que, con los primeros coletazos del coronavirus adoptaron medidas para evitar los contagios y velaron por su cumplimiento. Pero eso les ha servido de poco, o de nada.
Con su cierre se propagaron los botellones incontrolados que ahora se intentan frenar con el toque de queda… y se preguntan ¿No hubiera sido más útil y más razonable que los hubieran dejado abrir, mantener sus negocios y que ellos hubieran dado servicio y evitaran los incumplimientos y los contagios?.
Pero nadie responde a sus preguntas. Por eso afirman, es el momento de pasar de las palabras a los hechos, que las administraciones demuestren su voluntad política, de liderazgo y de valentía.
Ellos también son empresarios y trabajadores y tienen detrás muchas familias que también se encuentran en riesgo porque no hay ingresos, ni ayudas ni posibilidades de salir adelante si no pueden trabajar. “Querer es poder”