La vegetación de ribera formada por chopos, adelfas, almeces, lentiscos y tamarindos, de entre otras especies, comienza a brotar entre las cenizas
El Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares gestionado por los ayuntamientos de Burriana, Almassora, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana comienza a recuperarse de las nefastas consecuencias de los últimos incendios forestales ocurridos durante los pasados meses de febrero y marzo entre los parajes de santa Quiteria y les Revalladores.
La lluvia de las últimas semanas ha ayudado a que una parte importante de la vegetación de ribera rebrote de entre las cenizas. La imagen de estos días en el lecho del río es la de una alfombra negra con los troncos y las ramas quemadas de muchas especies de árboles y arbustos, pero con el verde intenso de multitud de tallos y brotes verdes que empiezan a crecer de entre las cepas y que contrastan vivamente con el paisaje desolador.
Se trata de especies importantes que crecen en el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares como son los chopos negros (Populus nigra), las adelfas (Nerium oleander), los almeces (Celtis australis), los lentiscos (Pistacea lentiscus), los tamarindos (Tamarix spp) y los olivos bordes (Olea europaea L. var. sylvestris) de entre otras especies de árboles y plantas arbustivas.
La desembocadura del río Mijares arrastra una sequía intensa desde hace muchos meses seguidos que está estresando la vegetación de ribera, como ocurre en otros muchos parajes fluviales de la provincia de Castellón. El caudal de agua del Mijares se ha cortado, prácticamente, desde la confluencia de la rambla de la Viuda con el río. De hecho, desde los últimos meses únicamente llega hasta el puente de la antigua Nacional 340.
Desde aquí y hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Almassora, el Mijares no lleva agua. Es precisamente, desde el azud comunitario o de Almassora, cerca del paraje de santa Quiteria, hasta las proximidades del azud de las Revalladoras, frente a la finca del Milionari, donde se produjeron los dos últimos incendios forestales de los meses de febrero y marzo que afectaron a muchas especies vegetales ribereñas y a multitud de aves que habitan en los márgenes del río o iniciaban el período de cría.
Pero, desgraciadamente con la vegetación autóctona de ribera que empieza a reverdecer también están creciendo de entre la ceniza miles de cañas invasoras (Arundo donax L.).