Guerrero, diplomático y político llevó a cabo el proyecto templario para la creación de un reino cristiano contra la amenaza musulmana
Pocas veces un personaje ha dado tanto juego en la historia y ha sido tan ninguneado en el tiempo como el Papa Luna. Guerrero, diplomático y político, fue el artífice del ‘juego de tronos’ que cambió la historia hasta hacer posible el ‘objetivo templario’: crear un reino occidental fuerte y unido, centrado en la península Ibérica para mantener a raya la amenaza musulmana.
La figura del Papa Luna es el protagonista del libro escrito por Javier Más, presentado en el Casino Antiguo de Castelló. Un personaje casi desconocido, ninguneado por la historia y que, sin embargo, supo llevar a cabo un proyecto que lo superó en el tiempo.
El libro de Javier Más: ‘Benedicto XIII. El Papa templario que luchó contra Roma’, da una versión muy diferente de la que ha llegado hasta nuestros días.
Mucho se ha contado del Papa que habitó en Peñíscola y que fue asediado por los poderes políticos europeos, fundamentalmente por Francia y por Roma, en un momento en el que la Iglesia Católica sufrió una de sus peores crisis de identidad en el Cisma de Occidente.
Pero poco se ha dicho de la persona que logró situar a los miembros de su familia en los puestos más relevantes de las Coronas de Castilla y Aragón; que logró posicionar a los Trastamara en ambas coronas; que modificó las estrategias de la guerra para crear su propia armada naval que defendía su posición y ‘alquilaba’ a otros poderosos…
Doctor en derecho canónigo y derecho civil, guerrero por educación y heredero del pensamiento templario convirtió a la ciudad de Peñíscola y la provincia de Castelló en el centro neurálgico desde donde se orquestaron los movimientos que cambiaron los poderes del mundo.
Como bien comentaba Javier Más en la tertulia de Castellón Información, la historia de los siglos XIV y XV, y a través de la figura de Pedro de Luna, como Papa, fue más allá de un ‘juego de tronos’ en la que se ponían y quitaban reyes y papas a conveniencia de la política.
Y de nuevo, la realidad supera a la ficción. El Papa que tuvo que huir disfrazado de Aviñón, que posicionó Peñíscola como sede papal, que se relacionaba con las órdenes militares y religiosas que se movían a sus órdenes, y al que intentaron asesinar en varias ocasiones sin conseguirlo, llegó a sobrevivir a todos sus enemigos para poner los cimientos de un nuevo orden mundial.
Y no, no fue un Papa derrotado, aislado y olvidado, como se ha querido recordar su figura. Sino la de un hombre poderoso que supo jugar sus mejores bazas ya como diplomático, ya como guerrero para cumplir objetivos mucho más ambiciosos, los que le sucedieron: la unión de las coronas de Castilla y Aragón en un solo reino que llegaría a posicionar a dos papas en Roma, los dos Borgia; y que se convertiría en el reino más poderoso del mundo.
¿Cómo se puede jugar partida semejante y ser relegado en el olvido?
Su personalidad, su profundo ideal y sus dotes estratégicas lo convirtieron en una temible amenaza para sus adversarios (a los que fue viendo morir uno a uno hasta Martín V) y en un nombre familiar y popular entre las gentes. Merece la pena conocer al Papa Luna y valorar quien y cómo fue uno de los personajes más singulares de la historia.