Desde hace varias semanas, el presidente Sánchez se había sacado de manga una estrategia con la que esperaba sacar pingües beneficios políticos: se trataba de convocar uno a uno a los presidentes de las Autonomías tanto a las gobernadas por sus correligionarios como por el PP.
El proyecto se fue desarrollando ordenadamente. Los barones estaban satisfechos de poder visitar al presidente en tete a tete, un hecho muy poco frecuente en esta y otras legislaturas, poder llevar la lista de peticiones y quejas, y en que Sánchez buscaba equilibrar las ventajas concedidas al País Vasco y, sobre todo, a Cataluña.
Ninguno de los barones dio por buena la singularidad financiera respecto a Cataluña y tampoco la amnistía, pese a lo cual el paripé iba funcionando bastante bien y con cortesía versallesca. Los barones volvían a sus regiones satisfechos por haber tocado poder y creyendo habían obtenido promesas importantes.
Ayer todo se complicó con la negativa de la presidenta de Madrid de acudir a la cita. El plantón dejaba con el pie cambiado a Feijóo -que había estimulado los encuentros-, a todos los colegas que ya los habían realizado y algunos con cierto entusiasmo sirviendo a Sánchez para criticar no solo la falta de respeto institucional de la Sra Ayuso, sino también la debilidad del liderazgo de Feijóo incapaz de controlar a sus barones.
Lo cierto es que entre Sánchez y Ayuso se había formado una relación tan tensa y cargada de insultos entrecruzados que el encuentro resultaba imposible y el plantón resultó cuidadosamente preparado tanto de parte de Ayuso como, sobre todo, de Sánchez.
Para el PP no es bueno que esto haya ocurrido. Una vez más parece mostrar la debilidad de Feijóo y reavivar las dudas sobre quién representa mejor al partido y quien tendría mejores posibilidades de derribar a Sánchez. A este paso, ninguno de los dos ya que estas dudas no hacen sino beneficiar al PSOE, reforzando su posición en La Moncloa y creando dudas sobre la oposición.
Es muy noble de la presidenta de Madrid defender enconadamente a su pareja, a su hermano y a sus familiares. De igual modo cabría decir que es encomiable la defensa de Sánchez de toda su parentela. No cabe duda que los ataques contra los de Ayuso son un claro intento para equilibrar y neutralizar la campaña montada contra los de Sánchez. Existe una pequeña diferencia y es que los jueces posiblemente verán culpabilidad en un flanco e inocencia en el otro.
Hace falta tener una gran resistencia tanto de un lado como del otro para resistir los ataques que están recibiendo del partido rival. Sin duda Sánchez esta jugando con ventaja, cuenta con el apoyo del Fiscal general, el Tribunal Constitucional, las Instituciones casi en pleno, el Ejecutivo, la Abogacía del Estado, los miles de asesores siempre preparados para urdir un relato agresivo. Por el contrario la Sra Ayuso solo cuenta con un reducido número de Consejeros, su inefable Jefe de Gabinete y el apoyo no siempre unánime de su partido.
Es llamativo el equilibrio de insultos de un lado y de otro. Ambos se acusan de lo mismo: corrupción, falsedad y en especial pérdida de tiempo en la defensa de sus familiares y en propinar insultos a su rival en lugar de estar resolviendo los problemas de los ciudadanos idénticas acusaciones, pero la casa por barrer.
Los trenes que no llegan o descarrilan, miles de inmigrantes arribando a nuestras costa, un tercio de nuestra población sumida en la pobreza, carencia grave de vivienda, los inquilinos que amenazan con bajar unilateralmente sus mensualidades o convertirse en inquiocupas.
Y, aparentemente a juzgar por la proliferación de noticias lo más grave de todo : en Cuba se han quedado sin luz.
