Durante más de 40 años se han alternado en el poder, sus derechas e izquierdas siempre triunfan en las urnas . La ciudadanía elección tras elección sigue votándoles. La alternancia en el poder queda supeditada a las mayorías que les puedan dar los mal llamados nacionalistas y a una minoría que quizás ronde el 14% del electorado y que otorga su voto atendiendo a unos parámetros que no son los de esa mayoría de españoles que vota a rojos y azules con una venda en los ojos y muchas veces con una pinza en la nariz.
Nada puede con el PSOE y el PP, ni malos gobiernos, ni corruptelas, ni decisiones equivocadas, a todas las tortillas saben darle la vuelta y sus correligionarios les son infalibles y fieles.
Por eso, el principio democrático de "La soberanía reside en el pueblo", por cesión tácita y permanente del voto por parte de una mayoría de españoles, ha convertido de facto nuestra democracia en una partidocracia.
El inmovilismo perpetuo de una mayoría a la hora de concurrir a las urnas, sumado a que tienen en nómina directa o indirectamente aun incontable número de palmeros, hace que sean cientos de miles de votos cautivos a lo que se une un control férreo y total "de todo lo que se mueve", consiguiendo así llegar con sus tentáculos a todas partes y tenerlo todo bajo control.
Además, durante décadas el bipartidismo, ha mantenido un pacto no escrito de no agresión directa y de "no levantar las alfombras" cuando se alternaban en el poder.
Así han fraguado su éxito. Pero todo ha saltado por los aires, han perdido las formas, el respeto y el enfrentamiento es total. El diálogo y la búsqueda de acuerdos ha pasado a mejor vida, "la guerra es total". El resultado es evidente, polarización, crispación social y decisiones políticas reprobables, la más significativa, la amnistía, en la que una minoría que intento romper España, humilla y obliga a la mayoría a aceptar que el hecho no fue delito y que por tanto no existió. El error es mayúsculo, el fracaso total. Lo cierto es que el PSOE, toma la decisión para mantenerse a toda costa en el poder y por otra el PP ha visto en la amnistía "la panacea", para con razón, atacar y tratar de destruir al PSOE. Todo y sin duda un error de cálculo de la derecha, porque en una partidocracia nunca puedes ganar una guerra en las urnas (aunque tengas razón); porque sencillamente las mayorías y como se ha demostrado siguen acudiendo a las urnas a piñón fijo.
Está falta de diálogo y de cesión de ambos partidos, nos ridiculiza y consigue un efecto pernicioso a futuro y es que los extremos políticos se siguen ensanchando y el centro estrechándose.
El empecinamiento de Pedro Sánchez y otras veleidades, hace que estemos ante el mayor error político de nuestra democracia . Aunque el PP, también se equivoca, por seguir tensando la cuerda. El incremento de la tensión no le ha dado resultado, ¡ a la vista está !, sus victorias han sido pírricas e insuficientes. Por tanto ambos deben distensionar la relación y no persistir en sus errores.
El bipartidismo está fracasando y nos pueden abocar a situaciones límite. Por eso alguien tendrá que dar el primer paso y virar 180 grados. El que lo haga tomará la delantera y quizás y sin quizás, tenga premio y la sociedad también.