El lunes comienza una nueva edición de Cevisama, la feria que, después del silencio impuesto por la pandemia, renace con el objetivo de recuperar su condición de mayor escaparate comercial de ‘Tile of Spain’ ante el mundo. El regreso -esperado regreso- de Cevisama se produce en un escenario verdaderamente duro para la industria cerámica castellonense, tanto si hablamos de baldosas como si lo hacemos de esmaltes. Y por extensión, también se ha visto afectado el sector de tecnología y maquinaria cerámica.
La desorbitada subida de la factura energética ha puesto a nuestra industria cerámica, principal motor de la economía provincial, en una situación muy delicada. Extremadamente delicada. El aumento de los costes de producción, derivados del incremento del precio del gas y de la electricidad, hace prácticamente inviable la producción de baldosas o de esmaltes. No es rentable producir en España. No hay forma de repercutir el incremento total de los costes y mantener los mercados. El sector cerámico de Castellón está perdiendo toda su competitividad.
Pero no solamente nos están adelantado los países emergentes que no tienen prácticamente cargas medioambientales y sociales, sino que incluso Italia está recuperando producción y ventas, ya que ellos sí que cuentan con ayudas de su gobierno. Repito: Italia sí que cuenta con ayudas de su gobierno. Y Portugal. Y Alemania… Pero España, no.
Por eso, desde el Partido Popular exigimos que el Gobierno de Pedro Sánchez explique por qué no llegan las ayudas a la industria cerámica que en estos momentos tiene a más de 13.000 trabajadores en ERTE y más de 1.000 han perdido su empleo ante el abandono del Gobierno de Sánchez. La situación se agrava cada día mientras que sigue sin llegar ni un euro de las ayudas que anunció Sánchez hace tres meses en su visita a Castellón.
El PP exigen que las ayudas sean inmediatas, directas y las máximas que permite la Unión Europea de hasta 150 millones de euros por empresa. El sector cerámico de la provincia de Castellón, que representa más del 90% de la producción cerámica española, supone un 13% del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunitat Valenciana y el 23% del de la provincia de Castellón.
Ni los empresarios ni los técnicos tienen las herramientas necesarias para hacer frente a una crisis coyuntural de la que son víctimas. Ellos han hecho bien su trabajo. Han creado empresas sólidas y comercializan un producto que es referente de calidad e innovación en todo el mundo. Ahora todo está en manos de Pedro Sánchez, pero ya todos saben que el PSOE ha abandonado a Castellón. Y por eso el PP ha iniciado una recogida de firmas y presentará mociones en todos los municipios cerámicos para que el Gobierno de Sánchez atienda a la cerámica y a los trabajadores antes de que sea demasiado tarde.
