Cuando empiezo a redactar este articulo aún no hay constancia de la decisión que tomarán los gallegos para los próximos 4 años en Galicia.
Las encuestas dan claro ganador al Partido Popular, al igual que sucedió en las anteriores elecciones generales. Pero cuando se trata del PP eso no basta, o gana con mayoría absoluta o pasa a la oposición, ya que se efectúa un cordón político por parte de todas las minorías como está sucediendo en España que, 7 escaños mandan y doblegan a todo un Gobierno, cuestión que, a mi modo de entender, desvirtúa la voluntad popular de los ciudadanos y la esencia de la democracia.
Galicia va a ser un termómetro de hacia donde queremos ir los españoles y qué queremos hacer con nuestra nación hasta ahora llamada España. Los nacionalismos están colocando a España en una situación complicada ya que avanzan en sus reivindicaciones de independencia no queriendo ser españoles, cerrando la sociedad en un círculo ideológico que chirría en un mundo globalizado donde cada vez hay más interculturalidad y menos fronteras y donde la humanidad vive y se desplaza de forma constante.
Si los gallegos optan por el BNG y los vascos por Bildu las generaciones futuras deberán reflexionar y pensar qué es lo que realmente quieren para ellos y sus hijos: una España unida con sus diferentes singularidades o un reino de taifas donde nos olvidemos que todos somos españoles independientemente del territorio donde hayamos nacido o vivido.
Las costumbres, los dialectos y la historia de nuestros pueblos se deben cuidar y conservar, claro que sí, pero sin perder de vista que hemos nacido en una tierra cuya historia es la de una gran potencia mundial admirada y respetada por muchas naciones y pueblos, y eso también es nuestra historia y nuestras raíces. Espero por el bien de España y de Galicia que el PP pueda seguir dirigiendo los destinos de esa comunidad autónoma, de lo contrario, no nos lamentemos de lo que pueda suceder en el futuro, pues como dice el refrán “tenemos lo que nos merecemos”. Ahí queda.