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lunes, 3 de marzo de 2025 | Última actualización: 20:39

Si tu empresa empieza a hundirse, ¿esperarás a tocar fondo?

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Las empresas de Castellón han demostrado una capacidad increíble para adaptarse a los cambios. Desde el sector cerámico hasta la industria agroalimentaria, el turismo y la tecnología, han sabido evolucionar en un entorno cada vez más incierto y competitivo.

Sin embargo, la complejidad y dificultad no hace sino crecer cada día: mayor competencia, inteligencia artificial, cambios regulatorios constantes y la dificultad para encontrar talento cualificado que se comprometa con la empresa.

Tomar decisiones estratégicas acertadas no es solo una ventaja competitiva, es una necesidad. Pero, ¿qué sucede cuando los empresarios se enfrentan a retos que sobrepasan su experiencia o que requieren una transformación más profunda?

En muchas ocasiones, las pymes se encuentran con los problemas de: contratar a alguien fijo para resolverlo les supone una inversión arriesgada y afrontarlo con los recursos internos disponibles es complicado ya que puede implicar costosos errores o una gestión ineficaz.

Es aquí donde la figura de un Interim Manager o consultor empresarial, para muchos desconocida se convierte en una solución clave para muchas empresas, especialmente en nuestra provincia de Castellón.

Llevo más de 20 años gestionando empresas de diferentes tamaños y en entornos nacionales e internacionales y toda esa experiencia me ha enseñado algo fundamental: la diferencia entre el éxito y el fracaso no suele estar en la falta de recursos como muchas veces pensamos, sino en la falta de visión estratégica y en la dirección de las personas a la hora de acometer las estrategias diseñadas.

Un Interim Manager no viene a “calentar la silla”, viene a resolver un cometido (crear un departamento de recursos humanos, mentorizar a un manager inexperto a alguien que va a suceder al dueño, etc.) o a resolver problemas concretos (caídas de ventas, mejorar un ambiente laboral enrarecido, mejorar los indicadores de rotación y absentismo, etc.).

Lo he visto demasiadas veces en Castellón: empresarios brillantes, con productos y servicios increíbles, que esperan demasiado para actuar. No porque no vean el problema, sino porque el miedo al cambio les frena. Pero el mayor riesgo no es equivocarse, sino no hacer nada.

Al final acaban dilatando tanto la decisión de pedir ayuda que cuando lo hacen el enfermo ya está en fase terminal (Piiii). Es triste ver cómo años de esfuerzo, sacrificio y dedicación pueden irse por la borda solo por miedo a pedir ayuda a tiempo. Lo veo y siempre me hago la misma pregunta: ¿en qué momento perdimos la capacidad de aceptar que, a veces, no podemos con todo?.

Si algo he aprendido en estos años es que la mejor estrategia no es resistir hasta que la situación se vuelva insostenible, sino anticiparse y si pare ello es necesario contar con un liderazgo externo que aporte claridad, experiencia y ejecución efectiva, hay que dar el paso.

El momento de actuar es ahora. No esperes a que tu negocio esté en la UCI. Pregúntate: ¿quiero liderar el cambio o lamentarlo después?

www.javiergimenezdivieso.com