Andrés Querol/Vicent Pla/Castellón Información
Clara Peris es una mujer con las ideas muy claras en lo que al deporte se refiere. La jugadora del BM Castellón se inicia en el balonmano en el colegio en Valencia. Lo empeiza practicando como actividad extraescolar. “Me gustó. Pasé por el Maritím y el Sagunto, después llego a la Universidad Jaume I para estudiar, y me incorporo al Club Deportivo Balonmano Castellón". La valenciana asegura que en la provincia del norte de la Comunitat “he mejorado”. “El balonmano lo he vivido con ilusión pero desde que estoy aquí, y la exigencia ha sido mayor, así como el nivel de sacrificio”.
El puesto de pivote no es nada fácil. Junto a la portería puede que sea una de las posiciones más complicadas en el conjunto, puesto que en los seis metros se juega un partido dentro de otro. “Antes de llegar al pivote pasé por varias posiciones, pero al ocupar ese puesto me gustó, y ahora me encuentro cómoda. Es verdad que tienes que pelear con todo el mundo, pero nuestra misión consiste en facilitar la labor de las primeras líneas, por tanto el contacto con las defensoras es constante y en ocasiones no todo lo deportivo que cabría esperar”.
Aparte de no ser fácil, tampoco es reconocido, pero esto, como nos ocurrió con Raquel Romero, no importa. Su misión está clara y el reconocimiento es la satisfacción del trabajo bien hecho y del deber cumplido. Salvo quien ha jugado al balonmano y un escaso- afortunadamente en aumento- sector de aficionados son capaces de entender el esfuerzo de un/a pivote, pero como Clara comenta “a mí me es suficiente que cuando finaliza el partido mis compañeras me digan, bien Clara”.
De todas formas la jugadora, tiene la suerte de estar en un equipo en el que en que en todos los partidos suele marcar, y aunque solo sea un solo gol, se siente recompensada. En algún partido de la presente temporada se ha notado su presencia goleadora. “Cuando marco yo es porque alguien ha visto mi movimiento y me ha permitido esa posibilidad. Lógicamente si anoto tengo esos segundos de euforia, pero ocurre lo mismo cuando por esa acción mía una compañera aprovecha el bloqueo y marca”.
El estribillo es constante entre todas las jugadoras e incluso tanto el entrenador, Vicent Sos, así como de su ayudante y recuperador, Oscar Sanahuja. “Somos un equipo, el balonmano es un deporte de asociación en el que es imprescindible una buena armonía entre todos los integrantes, y siempre prevalece el conjunto ante el solista. También está claro que dentro del grupo hay individuos que en ocasiones sobresalen por su calidad y capacidad”.
Los pies en el suelo
Al final de la charla con Clara Peris le transmitimos nuestra percepción de que tiene posibilidades de dar un salto hacia delante en cuento a su rendimiento, aunque nadie duda ni de su entrega ni de su falta de compromiso.
La respuesta es contundente y sincera a la vez. Comenta que juega al balonmano porque le gusta, pero al mismo tiempo tiene que mirar en afianzar su futuro, y siendo consciente de sus posibilidades. “Tengo que vivir de algo cuando deje el deporte”, sentencia.
Esto les ocurre a la mayor parte de las jugadoras , que a pesar de todo, conforman un equipo que no recibe el reconocimiento que merece, un equipo que desde hace mucho tiempo da mucho más de lo que recibe.
