Enrique Domínguez. Economista.
Acaban de publicarse los datos relativos a la evolución del paro registrado el pasado mes de mayo y, como suele ser muy normal en ese mes, ha tenido lugar una disminución en la cifra de personas paradas.
Digo que suele ser muy normal porque desde 1994 solamente se dieron aumentos en 1996 (60 personas), 2004 (82 personas) y en los dos primeros años de la crisis, 2008 (1.052 personas) y 2009 (746 personas).
Como ustedes saben, el número de parados ha disminuido en 480. Sin embargo, ese retroceso es bastante inferior al de años precedentes; es, más bien, escaso. Por no dar demasiadas cifras, desde 2013 a 2017, ambos inclusive, el número de parados se redujo en más de mil personas.
Por si en este menor descenso han podido tener algo que ver las fechas de la semana santa, en 2016 el domingo de pascua fue el 27 de marzo (cinco días antes que este año) y se dio una gran coincidencia en el retroceso del número de parados ( 98 este año y 81 en abril de 2016). En cambio, este mayo el descenso ha sido el indicado y en igual mes de 2016 fueron 1.285 las personas que abandonaron el paro.
Como he repetido en diferentes comentarios, la provincia de Castelló adolece de una excesiva estacionalidad en la actividad que puede crear más empleo, aunque temporal, la relacionada con el turismo y sectores complementarios.
Y esa lentitud en el arranque de la campaña turística se aprecia claramente en el menor retroceso de la cifras de paro este mes. Pero alguien podrá decirme que cómo hago esa afirmación si de las 480 personas paradas menos, casi la mitad (208) corresponden al sector servicios (el 43,3% del total).
Lo anterior es cierto, pero es importante comparar este comportamiento con el de las otras dos provincias valencianas: en Alacant el descenso en el sector servicios supone el 65,4% del total y en València el 67,5%.
Podríamos pensar que es un comportamiento normal el descenso en Castelló a tenor de la menor relevancia de su actividad turística. Pero ya no lo es para mí cuando se constata que del total del descenso del paro en el sector servicios de la Comunitat Valenciana (4.077 personas) solamente el 5,1% corresponde a Castelló.
Otro sector de futuro y que, a diferencia del turístico, crea empleo generalmente más estable, el industrial, también manifiesta un comportamiento poco positivo este mes ya que el descenso del paro industrial en Castelló apenas supone el 5% del retroceso total en la Comunitat Valenciana.
Pero, dicho lo anterior, justo es reconocer que la contratación indefinida, a pesar el poco peso que representa dentro del total de contratos formalizados, es en Castelló importante; nuestra provincia es la quinta con mayor tasa de contratos indefinidos en los cinco primeros meses de 2018. Aunque, como decía, sólo 13,68 contratos sobre cien son indefinidos.
La afiliación a la Seguridad Social también ha tenido un comportamiento diferente en Castelló respecto a València y Alacant y al conjunto de España. Frente a un aumento histórico de la misma para España, en la provincia sólo se han afiliado 69 personas más respecto a abril. ¿Por qué?
Pues aunque sí ha habido un avance relevante en la afiliación al régimen general en sentido estricto (891), éste no ha podido ser contrarrestado por la reducción de afiliaciones, totalmente normales, en el sistema especial agrario (959); también los autónomos han mejorado su afiliación (113). Ese ligero aumento en la afiliación ha dado lugar a que la provincia haya sido la de menor avance entre las que han experimentado aumentos (todas salvo Almería y Melilla).
En resumen, descenso muy normal aunque escaso de las cifras de parados en mayo pero preocupante por la estacionalidad del turismo, que apenas se corrige, y por la escasa inversión en innovación e investigación. Pero esto es harina de otro costal. ¿Qué opinan ustedes?