La conferencia de Rafael Morenza clausura la exposición de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano
España llegó a descubrir más de 20.000 islas en el Pacífico, cuando aquel basto océano era conocido como el Lago Español, así lo ha contado Rafael Morenza, delegado de Defensa de la Comunitat Valenciana, que ha clausurado la exposición de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano en El Corte Inglés. Morenza ha explicado cómo se desarrolló aquella expedición en la que Portugal puso precio a la cabeza de Magallanes y dio la orden de búsqueda y captura a muerte de todos los navegantes de la expedición española. Gran Bretaña se atribuyó muchas de estas islas que ‘redescubrió como propias y contó su propia historia.
Esperanza Molina/ Castellón Información
La Exposición de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, de El Corte Inglés, se clausuraba ayer con una conferencia impartida por el delegado de Defensa de la Comunitat Valenciana, Fafael Morenza, que también forma parte de la Fundación del V Centenario de aquella expedición.
Morenza ha explicado lo que fue aquella expedición, pero también ha entrado en cómo se vivió aquella época y en las decisiones que adoptó la corona española que, lejos de parecer, arbitrarias, formaban parte de una estrategia global que convirtió a España en la dueña del globo.
Por ejemplo, en su relato, Morenza parte de una serie de premisas fundamentales entre las que se encuentran: España y Portugal como dos potencias mundiales que, aunque llegaron a hermanarse con los años, estuvieron enfrentadas a muerte.
Ambas eran, además, dos potencias religiosas, lo que en aquella época significó que alguno de aquellos tratados para repartirse el mundo llevaba pena de excomunión, tanto para los marinos que los incumplieran como para su rey.
Y como ya se ha visto a lo largo del ciclo de conferencias, que el espionaje internacional jugó un papel fundamental. El objetivo final no era el de descubrir mundos, sino el de hacer dinero y abrir rutas comerciales con las Molucas, al este de Asia.
En el desarrollo de su charla, Morenza pidió a los presentes que intentaran ponerse en la piel de aquella gente que habitaba España en los siglos XV y XVI, como parte de una Europa. La media de edad de vida que alcanzaba la población era de 30 años con una estatura de poco más de metro y medio, producto de la mala alimentación y de las penurias que atravesaban.
Así estaban las cosas cuando España y Portugal se repartieron el mundo con el Tratado de Tordesillas con la mediación del papado. Y no, los españoles no actuaron de cualquier manera, los mejores espías eran españoles y la corona también contaban con los mejores juristas. Pero, es más, afirmaba, la Escuela de Traductores de Toledo, impulsada por el rey castellano Alfonso X el Sabio (siglo XIII) había logrado agrupar los conocimientos procedentes de todo el mundo y serían esos conocimientos los que llevaron después a los españoles a emprender las expediciones que emprendieron.
En el Tratado de Tordesillas, que muchas veces ha sido explicado como una torpeza española, contaba Morenza, la corona española dejaba sin definir tantos aspectos como interesaban en aquel momento. Y eso se hizo para que se explorara lo que se explorara, los juristas españoles siempre pudieran defender la titularidad española sobre los nuevos territorios. Solo tuvieron un problema, y es, que, aunque ya se sabía que la tierra era redonda, se había estimado su perímetro mucho más pequeño de lo que realmente fue cuando concluyó la circunnavegación.
Con un globo más pequeño, las zonas estratégicas siempre pertenecerían a España, y si en algún caso no fue así, ya se encargaron los geógrafos de trasladar sobre el mapa los territorios conquistados (…Cuba en el mapa de Juan de la Cosa), un poquito para que lo fueran.
Magallanes se nacionalizó español y lo impuso a sus herederos
Datos que han llamado la atención en esta conferencia, han sido las referencias a Magallanes, nacido en Portugal pero nacionalizado español.
Cuando Magallanes expuso su proyecto a la corona portuguesa, le hicieron oídos sordos. No interesaba porque ya se había doblado el cabo de Buena Esperanza y los portugueses ya tenían una ruta segura para llegar a las islas de las especias.
Por esta razón, cuando la corona española lo acogió y le dio financiación para la expedición, Magallanes se nacionalizó español y en su testamento dejó arregladas las cosas para que sus descubrimientos y sus sucesores y herederos también tuvieran la obligación de ser españoles.
La Casa de Contratación de Indias, centro de estrategias y secretos
Morenza ha resaltado la importancia de la Casa de Contratación de Indias, en Sevilla. No se trataba solo de una entidad comercial sin más, sino de un centro logístico que, bajo el más absoluto secretismo, estudiaba, analizaba toda la cultura recopilada por la Escuela de Traductores de Toledo, añadía nuevos conocimientos y desarrollaba estrategias, instrumental náutico, elaboraba los mapas y documentaba cada una de las expediciones que se realizaban.
Con los datos que tenía Magallanes, la documentación que se conocía en la Casa de Contratación de Indias, el nuevo instrumental náutico elaborado por los españoles y los nuevos barcos, Naos, que habían evolucionado desde las Carabelas de Colón, se organizó aquella expedición que pretendía cruzar el continente americano para llegar a las Molucas.
Cuando el rey portugués se enteró de que Magallanes trabajaba para los españoles, le puso precio a su cabeza, y también decretó búsqueda, captura y muerte para aquella expedición española. De hecho, Magallanes es una figura defenestrada por los historiadores portugueses conde siempre, hasta ahora, conservó su etiqueta de traidor.
El Santiago naufraga, el San Antonio deserta y Magallanes encuentra el paso
En base a estos datos, comentaba Morenzo, la travesía de Magallanes se desarrolló con relativa rapidez desde que partió de San Lucar de Barrameda hasta pasado el Río de la Plata, en América.
Pero a partir de aquí el problema era mayúsculo. Las naves no estaban preparadas para maniobrar con facilidad, tampoco podían acercarse en las costas de las que se desconocía absolutamente todo, la profundidad, los escollos, los arrecifes, el régimen de viento…. De esta forma, se tardaron meses hasta que se descubrió el estrecho de Magallanes por el que pudieron atravesar el continente americano, para llegar al Pacífico. Un paso laberíntico que se mantuvo en el más absoluto secreto durante décadas. Pero para entonces, la expedición ya había perdido dos barcos, el Santiago, que naufragó tras encallar, y el San Antonio, que había desertado y había vuelto a España.
El interminable Pacífico, la muerte de Magallanes y las Molucas
Aunque ya se había establecido que entre Europa y Asia había un continente, todavía se pensaba que el globo era más pequeño y que el Pacífico era mucho menos extenso. De hecho, los mapas de la época ya situaban Asia a un tiro de piedra.
Pero tampoco fue así. El viaje duró una eternidad y durante el camino se fueron descubriendo nuevas islas y nuevos territorios.
Fue precisamente en uno de ellos, en la isla de Mactán, Filipinas, donde Magallanes fue asesinado por los indios, en una guerra de territorios entre los habitantes que vivían allí.
Y pese a todo lo que se ha difundido, tampoco Elcano fue elegido de forma inmediata para sustituirlo. Había otros hombres y otros capitanes… y faltaba tripulación. Por eso, se tuvo que optar por quemar la Concepción y solo quedaron dos de ellas, una gobernada por Elcano, la Victoria; y otra, la Trinidad, al mando de Gonzalo Gómez de Espinosa. Ambas naves llegaron a las Molucas donde pudieron cargar las especias.
Dos naos y dos rutas para volver a casa con los lusos en los talones
La orden inicial era que la expedición debía retornar a España por la misma ruta seguida hasta llegar allí. Sin embargo, la genialidad es que se adoptó la estrategia de que cada una de esas naos siguiera un camino diferente.
Cabe señalar, que la orden de caza de la corona portuguesa se mantuvo hasta el último momento. Los portugueses ya habían llegado antes a Molucas bordeando África, y el peligro seguía siendo inminente.
La Trinidad inició el viaje de vuelta por el mismo camino que la expedición había seguido hasta Molucas.
Lo que desconocían los marinos de la época, es que el régimen de vientos y corrientes que hoy se conoce como ‘El niño’, los había transportado con ‘relativa’ comodidad hasta allí, pero que al intentar volver, les presentó su peor cara. Una serie de tormentas y borrascas que les impidieron el paso y les obligó a volver a Molucas, donde fueron apresados por los portugueses. Los lusos mataron a la mayor parte de la expedición, solo quedaron 5 personas, entre ellos Gonzalo Gómez de Espinosa, que pudieron ser rescatados mucho tiempo después.
Elcano, por su parte, decidió desafiar las órdenes recibidas, y continuar la circunnavegación, aunque para ello debía bordear el continente africano, que era de dominio portugués, perseguido por los lusos, y con enormes penalidades.
A punto de ser capturado en Cabo Verde, para poder escapar a esta persecución, Elcano hubo de adentrarse en el Atlántico en lugar de arribar a Tenerife, y luego subir hacia el norte, para luego bajar al sur de España y llegar a san Lucar.
Todo el viaje de aquella expedición se documentó paso a paso, y comunicado a la Casa de contratación.
Miseria, escorbuto y compañía
El resultado de aquel viaje fue que, con la carga de una sola nave, la Victoria, se pudo financiar toda la expedición y enriquecer a los marinos que participaron en ella.
¡Pero a qué precio!
Como comentaba Morenza, aquellas naves pese a ser mucho mejores que las Carabelas, eran inhabitables. Si el lector ha podido contemplar la Nao Victoria en Escala a Castelló, podrá comprobar las dimensiones del barco y calcular las penalidades que se padecieron. La tripulación permanecía siempre en cubierta, noche y día, hiciera frío o calor, lloviera o hiciera buen tiempo, compartiendo espacio con los animales que puntualmente podían llevar a bordo hasta que se los comían (pronto, porque consumían provisiones y además adelgazaban pronto).
No había higiene. Chinches, cucarachas, insectos de todo orden; ratas, mientras las hubo, porque llegaron a cazarse y a venderse para comérselas. Insalubridad, frío, calor, miseria. La falta de alimentos provocaba enfermedades como el escorbuto, que diezmaban las tripulaciones. El agua se podría y se convertía en una pasta pestilente, mientras duraba, que mejor consumir de noche, para no ver lo que contenía…
Tanto en el tramo entre América y Filipinas, como en la vuelta de El Cano, de Molucas a España, apenas pudieron aprovisionarse en ninguna parte y llegaron a comerse hasta el cuero de forraba los mástiles y el serrín.
Ser marino, en aquella época, no era ningún lujo. Por eso, conseguir tripulación era de lo más complejo y quienes se enrolaban eran prófugos o personas que poco tenían que perder, cuya única pertenencia apenas cabía en un hatillo.
Según comentaba Morenza, tras la riqueza alcanzada por la Nao Victoria y la conquista de los nuevos territorios, se ofrecieron ciertas ventajas a los marinos que se embarcaban… y eso en todo el territorio español, señalaba, y no como se ha comentado en algunos casos solo a algunas zonas de España. Pero cabe señalar, apostillaba, que en algunas zonas los señores de las tierras disponían de sus labriegos o payeses como verdaderos esclavos. No tenían oportunidad de buscar fortuna. Y además, ¿quién sino el que se encontraba con verdadera necesidad se embarcaría en una aventura semejante donde lo más normal es que no volviera nunca y perdiera la vida antes de hacerse rico?
El Lago Español y más de 20.000 islas descubiertas
Morenza se ha referido también al Lago Español, nombre con el que llegó a conocerse al Pacífico porque nadie más era capaz de adentrarse en aquellas aguas que bien llegaron a conocer los españoles.
De hecho, manifestaba, los españoles llegaron descubrir más de 20.000 islas hasta que se otras potencias como ingleses u holandeses llegaron a surcar aquellas aguas.
El verdadero filón de España con todas aquellas expediciones no fueron las Molucas, que después vendieron a los holandeses, sino la apertura de una ruta comercial que aportó numerosas riquezas que transportaba regularmente el Galeón Manila.
El gran secreto de los españoles se centraba en el comercio a través del Pacífico. Las mercancías se transportaban a México, desde donde se embarcaban en el Galeón Manila hasta Filipinas. Allí se realizaba el intercambio de productos llegados de una y otra parte del mundo, desde Europa a través de América, y desde Asia a través de Filipinas. Completada la operación el Galeón Manila retornaba a México y luego los productos viajaban por el Atlántico a España.
Morenza admite que el final del imperio español llegaría con la independencia de las Colonias y la pérdida de Filipinas y Cuba, a finales del siglo XIX.
La expedición filantrópica de Balmis, la vacuna contra la viruela a través del mar
Otros detalles significativos del carácter con el que se realizaron todas aquellas expediciones, afirmaba el delegado de Defensa, fue la concepción que se tenía de las tierras conquistadas y sus habitantes. España establecía virreinatos, no colonias y, además, algunas de aquellas tierras, como fue el caso de Cuba, o de Filipinas, se incorporaron como provincias españolas, donde se respetaban los mismos derechos y leyes que se restablecían en España.
Morenza ha hecho referencia a la Misión Filantrópica, conocida también como la Expedición de Balmis. Un hecho sin precedentes que tampoco se ha vuelto a repetir.
La viruela se convirtió en una de las enfermedades más mortíferas en el mundo. Cuando se descubrió la vacuna, en Europa comenzó a mitigarse con éxito, pero en el continente americano, en las Filipinas, en Asia, la gente moría por millares.
En tiempos de Felipe IV, su médico personal, Balmis, montó una original expedición en la que utilizó niños para transportar esa vacuna en sus propios cuerpos. España financió la expedición que llegó a vacunar a la mayor parte de los territorios del nuevo mundo americano, se desplazó a Filipinas e incluso fueron requeridos por China. “los ingleses les daban mantas infestadas de viruela a los indios para que se murieran contagiados. Los españoles vacunaron a medio mundo”
El complejo de ser español y las mentiras idílicas del cine
Dicho todo esto, Rafael Morenza reconocía que con todo el poder que tuvo España, todos sus conocimientos y todas sus proezas, lo lamentable es que poco o nada se sepa en el terreno de la calle.
Las leyendas negras sobre España, fabricadas en Europa o por los ingleses han tenido un peso enorme que los españoles siempre asumieron acomplejados.
Mientras los españoles lo documentaban todo, pero no asumieron aquella información, los ingleses fabricaron sus propias historias, muchas de ellas inciertas, otras erróneas, y muchas veces malintencionadas.Y ahora el cine también fabrica historias idílicas que poco tienen que ver con la realidad.
Finalmente, Morenza se ha referido a aquellas más de 20.000 islas descubiertas por los españoles, que los ingleses dijeron redescubrir como les convino.
El problema fundamental es que hasta el siglo XIX no se encontraron las fórmulas adecuadas para establecer las líneas de longitud, que junto a la latitud, sirven para fijar las posiciones en los mapas. De esta forma, los ingleses se apropiaron de muchas de aquellas conquistas que dijeron haber descubierto ellos. Ahora, con el Brexit, admiten que quizá lo hicieron… pero la historia la han escrito los ingleses.
