Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
De nuevo esa lamentable palabra, viene a nublarnos a los españoles el panorama económico, como ya lo hizo en la época de Zapatero.
Los socialistas culparán a su mala suerte, de que ese fenómeno vuelva a repetirse estando ellos en el Gobierno, pero la suerte poco o nada tiene que ver con la suma de esos factores tan contradictorios, como una inflación galopante que está a punto de llegar a los dos dígitos, acompañada de un aumento muy importante del paro (disimulado con los ERTES) y una retracción muy notable de la actividad económica.
Estancamiento económico, inflación notable y paro exagerado son los tres factores que la determinan e impiden una recuperación de los datos macroeconómicos de un país y le condenan a una baja muy importante del poder adquisitivo de sus ciudadanos.
¿Qué propone nuestro Gobierno para mejorar la calidad de vida de los españoles?
Bajar veinte céntimos el precio de gasolina y gasóleo a final de mes y por un periodo de tres meses.
“No me haga reír, que tengo el labio partido” les diría un castizo, consciente de que eso es el chocolate del loro.
Lo normal para aumentar la actividad económica, es reducir los impuestos de las empresas y contribuyentes, para que tanto unos como otros, dispongan de mayor liquidez y paralelamente, recortar en Gasto Público Improductivo, como lo son todos los chiringuitos montados desde los Gobiernos tanto nacional como autonómicos, para colocar a esa gente que nunca ha trabajado en la empresa privada ni está preparada para hacerlo, pero que son su nicho más cuantioso de votantes.
Las políticas económicas liberales, están totalmente boicoteadas por la izquierda radical española, más empeñada en multiplicar el número de pobres a quienes regalarles unas migajas para que sigan malviviendo, que en responsabilizar al trabajador para que con su esfuerzo personal multiplique su creatividad y ganas de progresar en la vida.
Hablarle a la izquierda en los términos que yo lo hago, es un absurdo, porque la inmensa mayoría de los que puedan leerme, ni siquiera entienden el significado de palabras tan necesarias en la vida como esfuerzo, sacrificio, iniciativa, economía y estanflación.
Es algo así como lavarle la cabeza al burro.
Se pierde el tiempo, el agua y el jabón para nada.
