Cristina Fernández. Portavoz de Cs Diputación Castellón y coordinadora provincial
La falta de ética y moralidad está deshumanizando a los representantes de las instituciones y con ello, a la sociedad en general. Una sociedad que por un lado, acepta este tipo de cuestiones con normalidad y por otra, aumenta su desafección sobre los representantes políticos.
A menudo, suele pasar que quien da una lección, no la practica. Ya saben aquello de "dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces". Unos, para tapar sus deficiencias como políticos, otros porque no encuentran ninguna excusa para criticar a quien tienen enfrente, y unos cuantos más, los que llaman "fuego amigo", que se dedican a alentar ese descrédito infundado para intentar beneficiarse cual ganancia de pescador en río revuelto.
La insensibilidad y el deterioro moral progresivo es una característica de nuestro tiempo que atiende a un interés individual y subjetivo. Y es que lo ético, lo moral, no vende. Ya advertía Zygmunt Bauman de los riesgos de 'La Ceguera Moral'.
Y es que en política no todo vale. Desde una perspectiva deontológica siempre debe imperar el bien común. Debemos nuestro respeto a los votantes que han depositado la confianza en nosotros y nuestro deber es actuar de manera ética y transparente. Es decir, mostrar a los ciudadanos la realidad, con todos los datos y hechos reales que son necesarios para que nadie pueda manipular y distorsionar la realidad a su conveniencia.
Crear una campaña de descrédito hacia un compañero para ocultar tu incapacidad para hacer política es indecente. Solo aquéllos que trabajan sirviendo sus propios intereses, que enmarañan y distraen de los problemas reales sobre los que no tienen ninguna propuesta ni solución.
Por ello, por mucho que algunos quieran desacreditarme con calumnias e injurias, no les tengo miedo. Seguiré trabajando para quienes confiaron en mí desde la más absoluta ética y moral en la que me educaron. Pero que no se aprovechen de mi educación para emprender actos contra una mujer honrada y trabajadora, porque eso no se lo voy a permitir.