Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Tenemos motivos más que suficientes, los europeos y sobre todo los españoles, para estar decepcionados, porque poco a poco se van retirando de la política en mayúsculas personas con peso específico transcendental y no acabamos de ver a unos sucesores con parecidas cualidades.
En estos momentos, pienso en el pasado algo más remoto, en una Margaret Thatcher, que con su salida, dejó huérfana a Gran Bretaña de un líder con las ideas muy claras y la capacidad no solo de vencer en las elecciones sino de convencer a su electorado.
Ante situaciones extremas como la que se vivió en Gibraltar atacando los servicios secretos británicos a espías o contraespías británicos, cuando todo el mundo se llamaba a andana y se encogía de hombros sin asumir responsabilidades, salió ella y con la solidez moral que amparaba su propio convencimiento de que había hecho lo que tenía que hacer, dijo que no había que buscar a más responsables que a ella misma, que había sido la que tomo la decisión adecuada.
Ahora, hace mutis por el foro AngelaMerkel, dejando tras ella una huella imborrable y muy positiva en la consolidación de la ‘Nueva Europa’, que ella ha sabido consolidar en los momentos más complicados, tomando decisiones muy valientes en temas económicos y financieros, contando siempre con el apoyo incondicional del italiano Draghi.
De momento en Alemania, el partido que durante muchos años había gobernado en la República Federal con singular acierto, presumiblemente pasara a la oposición si llegan a un equilibrio estable para formar gobierno los social-demócratas, con los verdes y los liberales.
Aunque las teorías sociales, ecológicas y financieras de estos dos últimos partidos están muy distantes, creo que el sentido común o el ansia de tocar poder por estas dos formaciones, acabaran articulando un Gobierno e impidiendo la gran coalición que venía gobernando en las últimas legislaturas con la cancillería Merkel.
Ahora su sucesor, tendrá que conformarse con ver toros desde la barrera de la oposición.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de esos vaivenes?
Sencillamente que ni Inglaterra ha vuelto a ser después de Margaret, lo que fue con ella ni tampoco Alemania va a conservar el liderato absoluto europeo como lo ha tenido Angela.
¿Alguien ve en España a algún político, con el peso específico y la capacidad de liderazgo de estas dos mujeres?
Por supuesto yo no veo a nadie que me inspire esa confianza en los principales partidos, ya que si Pedro Sánchez me parece un mequetrefe, engreído y carente de la formación política necesaria ni de los valores éticos y morales imprescindibles para llevar las riendas del Gobierno español, atemorizado y condicionado por los independentismos, el comunismo ‘podemita’ y las reminiscencias del terrorismo vasco, tampoco a Pablo Casado le veo firme en sus planteamientos y menos aún a su alter ego, Teodoro ‘el maniobrero’.
Se pierden mirando hacia donde sopla el viento, en vez de soplar en la dirección correcta.
Sólo veo posible, un cambio radical en la dirección del Partido Popular, colocando al frente del mismo a Isabel Díaz Ayuso que si ha demostrado saber lo que quiere y como lograrlo.
Apoyándose en Martínez Almeida y Juanma Moreno dos líderes muy capaces y buenos gestores y tratando de convencer al resto, podrían acabar articulando un Gobierno de coalición con VOX, cuyos líderes sin el menor género de dudas apoyarían esa candidatura, pero nunca la de un Casado, que les ha humillado siempre que ha podido.
Ahora que Europa se ha quedado sin referentes muy claros, sería el momento de demostrarle a la Unión Europea que en España, también tenemos a una Isabel Díaz Ayuso, tan sólida y consistentes como lo fueron Thatcher para Gran Bretaña y Merkel para Alemania.
Sé que es muy atrevida mi propuesta, pero no veo otra mejor, porque en España no hay más cera que la que arde y esta arde muy mal, quemando todo lo que toca hasta fundirse como se funde La Palma, pero más lentamente, lo cual es aún más doloroso, porque los españoles, ni nos damos cuenta de que estamos viviendo ‘el síndrome de la rana hervida’.
Hasta la semana que viene amigos.
