Han destacado las grandes dificultades que se encuentran a la hora de perseguir este tipo de delitos, ya que no resulta sencillo identificar las direcciones IP.
Las I Jornadas sobre Criminología, Seguridad y Derecho Penal han analizado uno de los fenómenos delincuenciales de mayor actualidad: los delitos informáticos. Javier G. Fernández Teruelo, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo; Alfredo Garrido, comisario de la Brigada de Policía Judicial de la Comunidad Valenciana, y José Ortiz, fiscal de Delitos Informáticos de la Fiscalía Provincial de Valencia, han sido los encargados de abordar este ámbito desde el punto de vista penal y de la investigación policial.
Los ponentes han incidido en el aumento exponencial de este tipo de delincuencia, ya que ha pasado de ser un delito realizado por especialistas a cometerse por ciudadanos comunes sin conocimientos informáticos. Así mismo, también han destacado las grandes dificultades que se encuentran a la hora de perseguir este tipo de delitos, ya que no resulta sencillo identificar las direcciones IP, se opera desde locutorios o redes wifi, se utilizan tarjetas prepago y en muchas ocasiones los países tampoco ofrecen su colaboración.
Fernández Teruelo ha explicado las repercusiones que tendrá la nueva reforma del Código Penal, que afectará al fenómeno del sexting (envío de contenidos pornográficos generalmente producidos por la persona remitente para dañar la imagen e intimidad de otra persona), una práctica cada vez más extendida entre los jóvenes. «Con la reforma, la persona que difunda imágenes o vídeos que afecten a la intimidad será responsable, no como hasta ahora», ha puntualizado el catedrático.
Así mismo, la reforma también afectará al ámbito de la propiedad intelectual, un tema que afecta a las conocidas «webs de enlaces». «Hasta el momento los delitos de propiedad intelectual no se aplicaban en los casos que no concurrían en ánimo de lucro, es por ello que no se castigan las redes P2P. No obstante, existe una vía civil por la que se podría castigar pero sería necesario determinar la IP y el usuario, lo cual requiere de una autorización judicial que solo se puede dar si se investiga un delito, creándose así un círculo vicioso», ha explicado.
En este sentido, Fernández Teruelo ha señalado que con la reforma se podrán perseguir estos casos de delito contra la propiedad intelectual con algunas restricciones ya que sólo afectará a conductas que tengan una gran relevancia, se excluirá a los motores de búsqueda y a los foros.
Por su parte, Ortiz ha destacado la diversidad criminológica que hay en el área de delitos informáticos y ha planteado casos prácticos centrados en redes sociales, phising y pornografía infantil. En este último caso, ha explicado la problemática que existe en los casos de grooming (acoso a menores por Internet) ya que se exigen muchos requisitos para que se incurra en delito, principalmente demostrar que el adulto iba a cometer actos que atenten contra el menor y que este tenga una edad inferior a 13 años, entre otros. Así mismo, también ha señalado otras prácticas como el ciberbullying o el sexting en las que incurren un 5% de los jóvenes entre 10 y 18 años.
Ante esta diversidad criminológica, Garrido ha hecho una clasificación de los delitos actuales distinguiéndolos en delitos cibereconómicos y delitos ciberintrusivos. En el ámbito cibereconómico ha definido términos como el skimming (copia de la tarjeta de crédito), pharming (simulación de una página oficial para recoger datos del usuario) o carding (compras en la red con una tarjeta copiada). Respecto a los delitos ciberintrusivos ha abordado el ataque a sistemas informáticos, pornografía en la red, gromming o sexting.
Para finalizar, los integrantes de la mesa han hecho algunas recomendaciones básicas para evitar este tipo de delitos. Principalmente han instado a los asistentes a no facilitar en ningún caso datos personales y bancarios a través de la red, evitar hacer click en enlaces sospechosos y analizar bien las ofertas en subastas y páginas de compraventa que se encuentran por Internet para evitar los fraudes.