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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 18:48

Fallece Pepe Falomir, empresario, político y uno de los mejores alcaldes del Grau de Castelló

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Se dejó la piel por el distrito marítimo y fue uno de los ‘conseguidores’ del acuerdo de la Marjalería

Esperanza Molina Coronado/ Castellón Información

Hoy ha fallecido Pepe Falomir Martínez, sobre todo, una buena persona, que se dejó la piel por el Distrito Marítimo de Castelló, del que fue su teniente de alcalde.

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Pleno Castello 290196

José Falomir Martínez, Pepe Falomir, como lo conocían coloquialmente todos sus allegados, era empresario, en la sociedad ‘Pescados Falomir’. Pero también era político. Militó en la Unión de Centro Democrático, bajo cuyas siglas fue teniente de alcalde (10º) ya en el primer ayuntamiento democrático que presidía Antonio Tirado, en la corporación constituida el 20 de abril de 1981, en la que un pacto político y una visión por el futuro de la ciudad llevó al alcalde socialista a constituir su junta de gobierno con representantes de todos los grupos políticos representados en el Ayuntamiento. Una iniciativa que, pese a contar con mayoría absoluta, el alcalde Tirado repitió en su segunda legislatura.

Tras la debacle de la UCD, Pepe Falomir, como muchos otros compañeros de la extinta agrupación política, también se integró en la coalición de Alianza Popular, con la que volvió a ser concejal del Ayuntamiento de Castelló, junto al entonces independiente José Luís Gimeno, en la legislatura del alcalde socialista Daniel Gozalbo.

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Colectores anti-inundacion Caminas

Fue a raíz de las elecciones municipales de 1991, cuando la antigua Alianza Popular, que se había convertido ya en Partido Popular, consiguió la victoria en las urnas por apenas 1.300 votos de diferencia. De hecho, Pepe Falomir fue el fundador del PP en el Grau.

José Falomir volvió a formar parte del equipo de gobierno como 5º teniente de alcalde y, alcalde del Grau de Castelló, con José Luís Gimeno como alcalde de Castelló.

Conservó este puesto hasta el 9 de septiembre de 1999, cuando renunció a su acta y a su cargo de 4º teniente alcalde y alcalde del Grau cargo en el que le sucedió Ximo Torres.

Durante su mandato al frente del Distrito Marítimo, una de sus grandes preocupaciones fue el bienestar de los vecinos del Grau, del frontal marítimo y  la regulación de la Marjalería.

En aquellos años se desdobló el sistema de alcantarillado para separar la recogida de aguas pluviales y fecales, para su depuración. Se creó una red transversal de colectores por el camí del Caminás para recoger las aguas de la parte superior del término municipal y reducir la inundabilidad de la Marjalería y el Grau; se avanzó en la recuperación del muelle de Costa para la ciudad y se creó el Polideportivo Cubierto del Grao.

Desde el corazón

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Perdóneme el lector, que continúe esta necrológica utilizando la primera persona, con el relato de anécdotas, situaciones y momentos que esta periodista conserva en la memoria. Porque solo así se podrá conocer quien fue de verdad Pepe Falomir, y como lo recuerda esta redactora.

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Fiestas del Grao 1992

Falomir era un hombre alto, fuerte, y con un gran carácter. No era versado en letras, y podía ser algo ‘rudo' en sus expresiones pero… ¡que grauero de raza no lo es!.

Era un hombre excepcional que defendía todo aquello en lo que creía hasta sus últimas consecuencias.No había vecino del Grau con quien no se tratara, al que no conociera y al que no admitiera en el despacho de su empresa, o después, en el de la Tenencia de Alcaldía.

“¡Me cague en Deu! ¿qui m’ha furtat el Crist!”

Recuerdo, que una de las primeras veces que tuve el gusto de conocerle, fue durante uno de los primeros plenos que presidió el socialista Daniel Gozalbo.

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1989 Pleno Castello

El alcalde había ordenado retirar el cristo que presidía las sesiones en la mesa de la presidencia. Cuando Pepe Falomir entró en el salón de plenos, se quedó espantado: “¡Me cague en Deu! ¿qui m’ha furtat el Crist!” Y no, no era una blasfemia. Era una expresión como cualquier otra que, en boca de un Grauero no tiene más malicia que la intención verdadera de protestar por la sorpresa. , en el Salón de plenos sonó fuerte y los más ‘decorosos’ lo miraron entre aterrorizados y dubitativos. Pero es que, Pepe Falomir no tenía pelos en la lengua. Líbrese el lector de quien le da una palmadita en la espalda con una sonrisa traicionera. El grauero, por naturaleza, no esconderá lo que piensa y le dirá con las palabras más fuertes lo que otros le esconden mientras le acarician el lomo.

Pero, por esa 'libertad' de la que hacía gala Falomir, y por  width='pasión' por 'su Grau,  cada pleno de aquella legislatura de Gozalbo era una y cien veces singular. Eran aquel un tiempo sin mayorías absolutas, que comenzó con un gobierno en minoría por el PSOE y desembocó en un pacto PSOE-CDS.  en virtud de aquella coalición, fue nombrado teniente alcalde del Grau José Luís Peteiro, del CDS.  En el gobierno del Grau los enfrentamientos entre Pepeiro y Falomir fueron totales, pero a la vez anecdóticos. En cada propuesta de Peteiro, Falomir razonaba alternativas, Peteiro dudaba, y muchas veces salía adelante lo que había propuesto el representante del PP.

Si eso sucedía en el Grau, imagínese el lector lo que ocurría en las sesiones plenarias. Cada pleno era una sorpresa y un cúmulo de aciertos y desaciertos con resultados de votaciones imposibles de predecir.  Ante esta situación, los populares provocaban al CDS, el PSOE se desesperaba y los cambios de posicionamiento podían ser totalmente increibles. Además, cuando se tocaba el Grau, Los del PP provocaban a Peteiro (CDS); y los de los de Gozalbo (PSOE) a Falomir, porque sabían que 'era de sangre caliente'. Y cada vez que Pepe Falomir se sentía aludido, estallaba en su bancada, pero cuando hacía amago de contestar o levantarse,  para defender 'a su Grau', su jefe de filas, Gimeno, pedía la palabra para ‘defender' con un lenguaje ‘más oficial’ lo que su compañero de Partido hubiera expresado en lengua grauera.

No, no se equivoque el lector. Falomir no era grosero, ni soez. Era un hombre que se había hecho a sí mismo, un trabajador incansable, que pasó todo un pleno para defender que el nombre del islote de las Columbretes, tal como todos los marineros lo conocían era ‘Carallot’ y no ‘Bergantí’, como se imponía en lo políticamente correcto.

La caridad, de su propio bolsillo

Falomir, como muchos de los políticos que han estado al frente de la ciudad, han sufrido ‘en sus carnes’ la lentitud y lo farragoso de los trámites administrativos. Unos trámites especialmente duros cuando en aquel Grau de gente modesta llamaba a la puerta de su despacho, porque el sueldo no le llegaba para pagar su casa, porque necesitaba ayuda para comer, madres que pedían un vale para comprar leche para sus hijos. Yo vi, en repetidas ocasiones, como Pepe Falomir, metía la mano en el bolsillo y pagaba, de su patrimonio, aquella ‘caridad’, que los más necesitados suplicaban de hoy para ayer; para poderles dar una respuesta inmediata. La política le costó dinero a Falomir, pero para él era obligación atender a quienes le solicitaban ayuda. Y tampoco tenía ni días ni horas, por la mañana, por la tarde e incluso por la noche, sin importarle la hora.

El diálogo y la relación personal con los vecinos

Falomir era un hombre de diálogo. Y fue precisamente ese convencimiento el que le llevaba a mantener reuniones y más reuniones con todos los vecinos.  En aquel momento, como ahora, los vecinos de la Marjalería reclamaban soluciones para sus viviendas.

Aquel tema se volvió especialmente tenso cuando, durante el gobierno de Daniel Gozalbo se ordenaron las primeras demoliciones en la Marjalería. Los vecinos estallaron en protestas y las manifestaciones se sucedieron en la ciudad.

Pepe Falomir se puso al lado de los marjaleros. Cuando el PP ganó las elecciones, las promesas no se quedaron en el aire. Él, como teniente alcalde del Grau, y Víctor Falomir, como responsable de Urbanismo, trabajaron con los vecinos y con los servicios técnicos hasta conseguir la redacción de un Plan Especial de la Marjalería  y el reconocimiento de muchas de las viviendas ‘condenadas’.

¿Es de extrañar que hoy, la pérdida de José Falomir se reciba como un día de luto en la Marjalería?. Sus vecinos solicitaban a esta periodista que lo recordara, que no dejara que el nombre de Pepe Falomir, todo aquel esfuerzo se perdiera en el olvido.

Falomir pudo no ser un hombre perfecto, pero si muy humano, trabajador y, sobre todo, una bellísima persona. Fue la política, que tanto le apasionaba, la que le obligó a dar un paso atrás. Convencido de que gente más joven sería capaz de tomar su testigo y volcarse, como él lo hizo, en el Distrito Marítimo, en el Grau, en la Marjalería, en las gentes que lo conocieron y llegaron a quererlo como un padre, renunció a su acta de concejal.

Castellón Información lamenta su pérdida, y envía un fuerte abrazo a sus familiares y amigos.

El velatorio tendrá lugar esta tarde y durante la jornada de mañana en la sala nº 1 del Nuevo Tanatorio de Castellón. La ceremonia religiosa tendrá lugar mañana a las 16:00 horas en la parroquia de San Pedro del Grau de Castelló.