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“La actual campaña citrícola no alcanzará el incremento de producción previsto inicialmente”, asegura el secretario técnico de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castellón (Fepac-Asaja), Doménec Nàcher, quien puntualiza que, como máximo, será un 3% mayor que la pasada, “pero muy lejos del 22% que se vaticinó en un principio por los organismos oficiales”, según las apreciaciones de los miembros de la sectorial de cítricos del sindicato agrario.
“Cualquier incremento es, sin lugar a dudas, positivo, pero como la anterior campaña no fue excelente, ese 3% no es suficiente para garantizar la rentabilidad de la cosecha y, por lo tanto, el agricultor debe adoptar las medidas necesarias para valorizar su producto”, explica Nàcher, quien subraya que, “ahora más que nunca, es necesario que ningún citricultor se precipite a la hora de vender su cosecha y no sucumba a las exigencias del mercado”.
Doménec Nàcher insiste en la “necesidad” de que los productores de clemenules adopten, de ahora en adelante, la estrategia comercial de “retrasar al máximo, y en la medida de lo posible, la recolección de los cítricos”. De esta manera, se lograría “mejorar la posición y la cotización de nuestros frutos en el mercado europeo al evitar tener que competir, por precio, con la fruta procedente de Huelva, Almería, Murcia y Valencia, así como con las variedades tardanas procedentes de otros hemisferios, hoy presentes todavía, en las cadenas de distribución europeas”.
El secretario técnico de Fepac-Asaja afirma que, ante un mercado saturado, “nuestras clementinas, a pesar de ser las más apreciadas y, además, presentar este año una calidad organoléptica impresionante, tendrán un precio más bajo del que le corresponden”.
En este sentido, Nàcher puntualiza que las mejores fechas para iniciar a comercializar el grueso de la producción citrícola castellonense “se encuentran entre finales de noviembre y principios de diciembre para abarcar la campaña de San Nicolás, Navidad y Reyes del mercado europeo”.
