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La formación La Grande Chapelle ofrece, en el marco de la XX edición del Festival de Música Antigua y Barroca de Peñiscola, el concierto Teresa de Ávila: misticismo y devoción puestos en música. La música en los viajes y fundaciones de Santa Teresa, que recoge obras de los compositores como Ribera, Navarro, Cabezón, Manchicourt, Des Prés, Ceballos, Victoria y Morales. El concierto está dividido en tres partes que llevan por título: Teresa de Ahumada, La experiencia mística y La muerte.
Quinientos años después de su nacimiento, Teresa de Jesús (1515-1582) sigue siendo una figura casi tan desconcertante como lo fue en su propio tiempo, y en ella se encuentra uno de los pilares de la modernidad. Su individualidad radical, de persona comprometida hasta las últimas consecuencias con sus emociones y sentimientos, hace de ella una figura en permanente conflicto con el mundo en el que vivió.
Plasmadas en diferentes manifestaciones artísticas, poetas como Garcilaso; pintores como el Greco; o músicos como Francisco Guerrero, Alonso Lobo y Tomás Luis de Victoria, llevaron a cabo su obra desde similares planteamientos: la exaltación del individuo, la concepción progresiva del tiempo, la vivencia de lo trascendente como algo inmediato y la congruencia entre lo que se siente, lo que se dice, lo que se piensa y lo que se hace.
Este concierto trata de recrear precisamente ese impulso creador común. A través de los géneros musicales que alcanzaron su plenitud en esta época, emprendemos un recorrido por la sensibilidad y la peripecia vital de Teresa de Ávila. Con la música de vihuela, instrumento apreciadísimo en el siglo xvi, asistimos al afloramiento de una armónica serenidad interior. Con Gombert recreamos la estilizada visión del mundo caballeresco, a cuya lectura se entregó con fruición en la juventud.
Surge, propera amica mea, de Francisco Guerrero, abre una etapa nueva en la vida de la santa: la entrega incondicional hacia lo absoluto y el enfrentamiento hacia las convenciones sociales. Su firme resolución y la osadía de sus convicciones dieron fruto a dramáticos episodios de acoso, que se ilustran con Si tus penas, de Guerrero, y Popule meus, de Tomás Luis de Victoria: patético grito de dolor y angustioso lamento por la soledad e incomprensión que también tuvo que superar Teresa de Ávila.
En el Libro de la vida narra varias visiones que la sumieron en la confusión, sentimientos encontrados que están presentes en O quam suavis est, de Alonso Lobo, y en la Chanson, de Josquin; la arrebatadora vehemencia de la elevación amorosa en Ardens est cor meum, de Victoria y Guerrero, subrayando el sentimiento amoroso con Vulnerasti cor meum.
La dolorosa experiencia de la muerte está presente en las dos piezas fúnebres que se incluyen en el programa de Manuel Cardoso y Tomás Luis de Victoria.
El siguiente concierto del festival será el de la formación Al Ayre Español, con el título El canto de Parténope, que se celebrará el domingo 9 de agosto, a las 22.30 horas, en la Iglesia de Santa María.