Los detalles de la procesión penitencial explicados en un folleto informativo par aclarar las dudas del público
Tornà festiva y penitencial de la Romeria de les Canyes de Castellón, con buena temperatura y mucho público en la calle. Carros engalanados haciendo sonar sus campanas, los romeros con sus faroles, la Corporación de gala y la procesión penitencial, que quiso aclarar las dudas del público con información recogida en un folleto. Pasaba bastante de las ocho de la tarde cuando comenzó el Desfile de Gaiatas, y la luz de los monumentos inundó la ciudad. Una curiosidad, todas sobrepasaban el galibo de 6 metros de la Junta.
Esperanza molina/ Castellón Información.
Si la mañana había sido intensa, la tarde noche no dejó lugar para un respiro. Con buen tiempo y mejor temperatura, la Torná se prolongó sobre el horario previsto.
Sobre las 19:15 se disparaba la mascletá en Rosa María Molas. La Torná de la Romería se adentraba ya en la ciudad. Pero todavía hubo que esperar para ver el trasiego de los carros engalanados haciendo sonar sus campanitas.
En el Forn del Pla esperaban ya las Cofradías de Penitentes y los niños de ‘Las tres Marías’, preparados para entrar en escena, los santos, y los penitentes, frente al Cristo de la Sangre.
Era chocante observar, por un lado, el ambiente de fiesta de los que retornaban de la Magdalena, con faroles, canticos y risas; y la sobriedad de los penitentes y las cofradías.
Tal como indicaba ayer este periódico, son actos que se relacionan con el mismo evento, pero vivido de diferente manera. El motivo central, la Romería de les Canyes y su Torná, pero sobre este evento, las distintas percepciones, sentimientos, simbologías y protocolos.
Procesión penitencial
Este año, para aclarar las dudas que suelen dejar perpleja a la gente, que no acaba de entender ambas conexiones, el Patronato Municipal de Fiestas imprimió un folleto informativo, en el que relataba quién, qué, cómo y por qué.
Y dice el folleto: “en al confluencia de la calle San Roque con la de Sanhauja, lugar conocido como el Forn del Pla, se sitúa la Cofradía y los Apóstoles. Justo en el preciso momento en que afrontan las dos procesiones tiene lugar el simbólico y emotivo acto de la ‘Adoración de la Cruz’, conocido popularmente como ‘Les reverencies’ o ‘Les tres Caigudes’
Las primeras referencias escritas de este acto penitencial en la Romería, se remontan a 1865, aunque se estima que su celebración es mucho más antigua.
En cumplimiento de esta tradición, en la que participaban activamente los gremios, las cofradías y la iglesia, todos sus componentes se prepararon y esperaron pacientemente a que la Torná festiva llegara a la misma altura, en el Forn del Pla. La reina de las Fiestas, Estefanía Climent y la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, se separaron de la Comitiva Cívica para asistir al acto de homenaje y genuflexión de ‘Las tres Marías’, la madre de Jesús, María Magdalena, y María Cleofás, madre de los apóstoles Santiago y Juan, representada por tres niñas de corta edad, con un muchacho que representa al apóstol San Juan.
Completada esta parte de la ceremonia, comenzó la procesión de Penitentes con las diferentes Cofradías al son de los tambores.
Les siguieron las carrozas con las escenas de la Magdalena, en su transición de la mujer profana a la mujer arrepentida y santa que preside el lugar de donde procede Castellón.
Torná de la Romería
La reina de las Fiestas, Estefanía Climent, y la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, se incorporaron a sus respectivos lugares en al Comitiva, y desfilaron ante el aplauso de la ciudad.
La procesión penitencial finalizó en la Iglesia de la Sangre, en plaza María Agustina.
Los carros y los Romeros, llegaron hasta Santa María.
Desfile de Gaiatas
Para entonces, el inicio de la calle Sant Roc era ya un hervidero de gente. Comisiones de los 19 sectores, madrinas infantiles, niños ataviados de castelloneros, madrinas, y representantes festeros de otros puntos de la geografía valenciana, hermanados con los sectores de Castellón. Todos ellos reunidos en torno a sus monumentos lumínicos, las Gaiatas.
Todos ellos preparados y dispuestos para formar y realizar el Desfile de Gaiatas, que representa la entrada de la luz en la ciudad.
Encabezó el desfile la Gaiata del Escultor Viciano, que representa la historia del monumento en la ciudad, con las ‘niñas del meneo’. Pequeñas de pocos años ataviadas de blanco y atadas a la Gaiata con lazos que rodean sus cinturas.
Tiene su origen en la evocación de aquellos primeros romeros, padres de familia, con un ‘gaiato’ en la mano para ayudarse a caminar, y comprobar la solidez del terreno; con un farol sujeto al ‘gaiato’, para iluminar el camino, y ejes de la familia, cuya prole controlaba conncintas atadas al ‘gaiato’ para evitar la dispersión y el peligro.
Acompañaban a la Escultura Viciano, Na Violant D´Hongría y sus ‘dones de Companya’, ataviadas de castelloneras.
A partir de este símbolo comenzaron a desfilar los monumentos de sector de este año, en orden inverso a su numeración: la 19, La Cultural; la 18, Crèmor; la 17, Tir de Colom; la 16, Rafalafena; la 15, Sequiol; la 14, Castalia; la 13, Sensal; la 12, el Grau; la 11, Forn del Pla; la 10, El Tol; la 9, L´Espartera; la 8, Portal de L´Om; la 7 Cor de la Ciutat; la 6, Farola Ravalet; la 5, Hort dels Corders; la 4, L´Almelar; la 3, Porta del Sol, La 2, Fadrell y la 1, Brancal de la Ciutat.
En orden, primero el monumento infantil, después la Gaiata Grande, el estandarte del sector y, detrás, madrinas mayores e infantiles, y la Comisión, acompañados por una banda de música que interpreta siempre la misma pieza, el ‘Rotllo i Canya’, sintonía musical de las fiestas de Castellón.
Tras la salida del monumento del Escultor Viciano, el desfile se hizo esperar un poco. Pero por fin arrancó la 19, la Cultural. Tras ella iba la 18, Crèmor, que este año compite también por el primer premio de Gaiata.
Llamó la atención porque tardó en ponerse en marcha, y mientras otros sectores lucían ya la luz de sus monumentos, la 18 lo mantuvo apagado hasta el último momento.
En el público se sembraron las dudas… hasta el punto, de que se llegó a pensar si es que sufría algún problema eléctrico o mecánico para su iluminación.
Pero las dudas se disiparon cuando por fin la Gaiata comenzó a moverse y a incorporarse al desfile. Todavía los del sector se hicieron de rogar un poco. Por eso, cuando por fin se iluminó el monumento, muchos asistentes exhalaron un suspiro profundo. Además, la Gaiata es espectacular.
No fue un desfile rápido. Tampoco se pretendía. La primera Gaiata iniciaba el desfile pasadas las 20:30 horas, y a las 10 de la noche todavía no había salido la 1, Brancal de la Ciutat. Las Gaiatas se llevaron su tiempo, se lo merecían por el esfuerzo, pero mucha gente había abandonado ya la calle cuando por fin desfiló la reina de las Fiestas Estefanía Climent.
El galibo de los 6 metros
La Junta de Fiestas había colocado un cable del que colgaba un cartel en el que se podía leer Galibo de 6 metros de altura.
Esto es, porque el monumento gaitero de Castellón debe cumplir una normativa y unos protocolos mínimos, entre ellos, el de las medidas.
Por seguridad se decidió hace ya años que ningún monumento sobrepasara los 6 metros de altura. Esta decisión se adoptó cuando se llegó a plantear hacer monumentos más grandes para que tuvieran una expresión más espectacular, quizá más parecidos a las Fallas.
Pero a diferencia de las Fallas, las Gaiatas deben recorrer la ciudad y llenar las calles con su luz, antes de ubicarse en un lugar fijo de su sector. Un monumento de mayor tamaño hubiera sino más inestable, y más inseguro. Se descartó la idea.
La curiosidad y la anécdota de este año viene relacionada con la altura de las gaiatas y con el Galibo de la Junta de Fiestas.
Ninguna Gaiata logró pasar sin rozar o sobrepasar la altura que se había determinado. ¿Se habían excedido los artesanos con las medidas de sus monumentos? ¿o es que la altura en la que se había situado el Galibo estaba mal medida?.
Sorprendió cuando desfiló la 19, la Cultural, y más aún cuando le ocurrió lo mismo a la 18, Crèmor… A partir de entonces, el público estaba pendiente de la altura de los monumentos, y se especulaba sobre si unos eran más altos que otros.
En algunos casos, como sucedió en la 6, Farola Ravalet, y más tras los problemas que tuvo el año pasado, se habían extremado las precauciones de todo tipo. “mi Gaiata mide exactamente 5,95 metros”, afirmó tajante su presidente. “Si toca, es que el Galibo no está bien medido”. Y también tocaba.
Cabe recordar, en este sentido que, aunque con ruedas para favorecer el transporte, las Gaiatas son empujadas por los miembros de la Comisión. Son pesadas y no es fácil maniobrar con ellas.
La presencia de este galibo que marcaba una altura que ninguna cumplía, obligó a los monumentos a retroceder, modificar su dirección y desviarse un poco para poder pasar por debajo del cable que sujetaba el galibo.
Y le ocurrió prácticamente a todas, incluso, la 15, Sequiol, que este año ha vuelto a construir un monumento de primera para optar la victoria. Solo que, en su caso, los artesanos ya lo tenían todo pensado, y tenían instalado un ‘gaiato’ que podía elevarse o bajarse para alcanzar mayor o menor altura. Pese a todo, pasó rozando.
Tras las Gaiatas, desfilaron las damas infantiles de la Ciudad. Luego la reina infantil Berta Montañés; y a continuación, las damas de la Ciudad y su reina, Estefanía Climent.
Cerraban el desfile la Junta de Fiestas y la Banda Municipal de Castellón.