El Patronato de Fiestas aprobaba tanto el presupuesto inicial como la liquidación, y se pasaba el informe a la Sindicatura de Cuentas
La Comisión de Investigación de las Fiestas del Ayuntamiento de Castellón ha confirmado hoy lo que ya se sabía: que los estatutos de la Junta de Fiestas, respaldados por los políticos, permitieron a este órgano una total independencia y autonomía, sin dar cuenta de su gestión, pese a los ‘reparos’ de los técnicos. La Junta presentaba el presupuesto inicial y daba cuenta de la liquidación cuando acababa el ejercicio. El Ayuntamiento aprobaba y, se notificaba a la Sindicatura de Cuentas.
Esperanza Molina /Castellón Información
Esta tarde han comparecido ante la Comisión de Investigación de las Fiestas, tres técnicos municipales, que han confirmado la declaración que realizó el martes el que fue secretario municipal entre 1985 y 2011.
Es decir, que los estatutos de la Fundación de Fiestas, aprobados en julio de 1988 permitían a la Junta de Fiestas una total independencia en la gestión, sin tener que dar cuenta de cada paso al Patronato o al Ayuntamiento de Castellón.
Esta autonomía fue cuestionada por los técnicos municipales desde el primer momento, porque consideraban que la Junta debía contar en su estructura con técnicos municipales que auditaran los ingresos y gastos, y garantizaran la corrección de los procesos administrativos, en cumplimiento de la normativa de la Administración Local.
Sin embargo y, a pesar de las reticencias del secretario, los ‘reparos’ del interventor, o las ‘debilidades’ del director del área de Gestión Presupuestaria, tanto el Patronato como el pleno del Ayuntamiento, aprobaron por unanimidad estos estatutos, y dieron cobertura y respaldo a esta forma de proceder.
De esta manera y, tal como comentaron esta tarde el interventor, Manuel Medall, como el director del Área de Gestión Presupuestaria, Pascual Hernández, lo único que los técnicos controlaron fueron los pasos inicial y final del proceso. Es decir, la Junta presentaba su presupuesto con la previsión de ingresos y gastos. El Área de Gestión Presupuestaria daba forma contable a la propuesta de la Junta. Y las previsiones económicas de las Fiestas se integraban en el Presupuesto municipal con la misma estructura. No cambiaba el contenido sino la forma.
La Junta, aprobado su presupuesto, decidía qué, cómo y cuándo. Contrataba, gestionaba, conveniaba patrocinios, ingresaba bien por contratos o por ingresos bancarios en efectivo, pagaba a los proveedores y organizaba la totalidad de las fiestas.
Una semana antes de la Magdalena, la Junta llevaba el Programa de Fiestas al Patronato; y el Patronato aprobaba por unanimidad (casi siempre). No había oposición, porque eso hubiera significado no realizar las actividades programadas.
Cuando se completaba el año, la Junta ofrecía la liquidación del presupuesto, dando cuenta del equilibrio entre ingresos y gastos, pero sin pormenores de su gestión. Las cuentas cuadraban. Los técnicos municipales informaban de sus ‘reparos’, en los que daban fe de que las cuentas eran las que eran pero que no se habían podido garantizar procesos y fiscalizar la gestión por no disponer de información alguna por parte de la Junta de Fiestas.
El área de Gestión Presupuestaria daba forma contable al documento de la liquidación y lo incluía, a su vez, en el informe de liquidación del Presupuesto municipal. El Pleno lo aprobaba, y el documento se remitía a Hacienda y a la Sindicatura de Cuentas.
De esta manera, la Junta podía ‘saltarse’ procedimientos que eran obligados para el Ayuntamiento, como los de sacar a contratación pública cada contrato o cada actividad del programa de fiestas. Podía contratar personal, contar con voluntarios o colaboradores, establecer el precio de las sillas para los desfiles, o colaborar con entidades como Xarxa Teatre para contratar animaciones de calle…
Este tipo de gestión aportaba algunas ventajas. Como han comentado algunos de los declarantes y en su momento comentaron fuentes municipales. La Junta podía contratar, pero también pagar a corto plazo y mantener los ingresos y gastos al día; cosa que no ocurría cuando la gestión tenía que ser fiscalizada por los técnicos municipales. Se daba además la cuestión, de que la Junta conseguía mejores precios y más rebaja en las actividades que ofrecía, porque el Ayuntamiento retrasaba los pagos. Los proveedores cobraban más caro al Ayuntamiento que a la Junta de fiestas por los mismos productos o servicios. Cobraban al día y con puntualidad.
Pero lógicamente, y como ha puesto de manifiesto el presidente de la Comisión, Xavier del Señor, la otra cara de esta moneda es que no se puede certificar oficialmente que las cosas se hicieron bien. Es decir, falta documentación y control de los ingresos y los gastos que se realizaron, de cuanto y como se abonó o se ingresó por distintos conceptos, o del uso del ‘dinero de caja’ que tenía la Junta de Fiestas y, que según el interventor municipal, podía resultar demasiado elevado en relación con el importe total del presupuesto.
‘Dinero de caja’, por cierto, que también generó reparos por parte de los técnicos, pero que, según se comentó esta tarde, también forma parte del ‘modus operandi’ de la actual Junta de Fiestas.
La persona que ha aportado mayor claridad a todo el proceso, ha sido, sin duda Pascual Hernández, director del área de Gestión Presupuestaria, que ha sido breve, claro y conciso.
Desde su parecer, el problema de base eran los estatutos de la Junta de Fiestas. Se decidió que fueran así y, en función de esos estatutos, se actuó. Los técnicos informaron. “¿Pusieron reparos?”, preguntó Xavi del Señor, a lo que Hernández respondió: “yo no diría reparos, lo llamaría ‘debilidades’ de la Junta de Fiestas y del Ayuntamiento en la función contable”.
La venganza de la Colla del Rey Barbut
Y si la Comisión quería claridad, la tuvo antes de cerrar esta sesión.
La Colla del Rey Barbut remitió sus respuestas por escrito, que fueron leídas al final de la sesión…
Más de 10 folios de apretada literatura que la Comisión miró con cara de susto antes de comenzar la lectura. Porque los del ‘Rey’ no se limitaron al ‘si’ o al ‘no’.
Ejemplo. Pregunta: “¿Son ente vinculado?”… y ¡qué mejor que responder con toda la documentación al respecto. “Según la normativa un ente vinculado es...” (Multiplíquese por todas las preguntas)
¡Y vaya si lo son!
Por cierto, pusieron sus cuentas boca arriba, pero también dejaron una cosa clara… antes cobraban los acuerdos y al día, ellos y sus proveedores. Ahora, cuando se han normalizado las cosas, se han complicado los trámites y los procedimientos, y el proveedor que contrataban por acuerdo con las Fiestas… todavía no ha cobrado.
Quedan todavía tres sesiones que estaban previstas para los días 13, 14 y 15 de diciembre. De las tres solo se mantiene la del día 14… ¡cómo irse de Navidad sin haber escuchado a Jesús López!.
Los políticos se quedarán para después de Navidad… y es que los presupuestos municipales serán prioritarios durante esa semana si se consigue llevarlos a pleno el próximo 22 de diciembre.
