Esta guerra contra el terrorismo se ha convertido en uno de los conflictos bélicos más largos en los que ha participado directamente EEUU
Castellón Información
El gobierno de Estados Unidos firmó un acuerdo con el líder talibán Mullah Abdul Ghani Baradar como parte de las negociaciones para retirar las tropas militares estadounidenses del país afgano.
En representación de la administración de Donald Trump, se encontraba el enviado de paz y diplomático Zalmay Khalilzad, quien ha sido el Representante Especial para la Reconciliación de Afganistán en el Departamento de Estado.
El acuerdo de retirar las tropas estadounidenses, se da después de un año de diálogo entre ambas partes.
No obstante, según especialistas en el área internacional, este acuerdo no supondría la retirada inmediata de las fuerzas militares estadounidenses. Pero si sería, al menos, un primer paso que prepara el camino.
La guerra entre Estados Unidos y Afganistán tiene su origen luego de la serie de cuatro atentados terroristas del 11 de septiembre en la ciudad de Nueva York, lo que marcó el inicio de la guerra contra el terrorismo de todas las administraciones estadounidenses desde el 2001.
Esta guerra contra el terrorismo en Afganistán se ha convertido con el paso de los años en uno de los conflictos bélicos y más largos en los que ha participado directamente Estados Unidos. Lo que equivale en tiempo a la Primera Guerra Mundial; la Segunda Guerra Mundial; Corea y Vietnam juntas.
El coste de la guerra
El resultado no ha sido nada alentador para Estados Unidos, quien desde que inició el conflicto, han perdido más de 3.500 soldados en combate y otras decenas de miles ha sido heridas. Aún permanecen más de 12.000 soldados estadounidenses en suelo de Afganistán.
Pero con estas cifras no se estima aún el costo que tendrá para la economía norteamericana la atención médica de los veteranos a largo plazo. El conflicto bélico ha costado alrededor de 2 billones de dólares a los contribuyentes estadounidenses durante tres administraciones: George W. Bush; Barack Obama y Donald Trump.
Por su parte, los afganos también han sufrido las consecuencias de este conflicto bélico que parece interminable. En principio, la invasión de la URSS de 1979 suscitó la los asesinatos de más de 100.000 nacionales a manos de los soldados soviéticos y otros millones de afganos fueron desplazados de sus hogares.
La alguna vez llamada “guerra buena” o “necesaria” movilizó a 100.000 tropas estadounidenses en total y otros tanto miles de soldados ocuparon el país del sur de Asia provenientes de 40 países miembros de la OTAN.
Los afganos padecen de una fuerte corrupción, en contraste con su débil economía, que aún necesita en gran parte del aporte y la ayuda de los Estados Unidos.
¿Quién pierde y quién gana?
Esta es la pregunta que se hacen los estadounidenses de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 3 de noviembre.
“Realmente creo que los talibanes quieren hacer algo para demostrar que no todos estamos perdiendo el tiempo (…) Si suceden cosas malas, volveremos”, puntualizó el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
De acuerdo con el gobierno estadounidense, en territorio afganistán se han dado enormes progresos.
Todo parece indicar, que el movimiento talibán podría ser un nuevo aliado norteamericano en la región, por lo que Trump ha asegurado que, personalmente, mantendrá el diálogo entre ambas partes. En este sentido, es muy pronto para asegurar que la paz entre ambos actores será total y duradera.
El Isis en Afganistán
Por su parte, el Estado Islámico continúa su avance en tierras afganas. No en vano, algunos especialistas se han atrevido a asegurar que los yihadistas reemplazarán a los talibanes. Washington ha manifestado su preocupación ante la toma de espacios por parte del Estado Islámico, una vez que los talibanes se retiran.
El portavoz del ISIS, Muslimdost, aseguró que Pakistán reemplazaría a los talibanes si llegaran a ser gobierno respaldado por los Estados Unidos, por lo que la guerra en Afganistán continuaría, pero esta vez, en nombre del Estado Islámico.
No es fortuito que el número de yihadistas se haya triplicado en Afganistán desde el 2016. Lo que supondría un total de 6.000 terroristas en el país islámico.
Las bajas que sufrió el Estado Islámico en Siria e Irak, ha obligado al grupo terrorista a hacerse con otras fuentes de apoyo logísticos, en principio al norte de Afganistán.
La baja más importante del ISIS: su líder
Este mes de marzo se cumplen 5 meses de la caída en combate de uno de los terroristas más buscados del mundo en la última década.
Abu Bakr al Baghdadi, el difunto líder de ISIS, murió el pasado 26 de octubre de 2019, gracias a una operación militar encabezada por los Estados Unidos, que provocó el suicidio del irakí a través de un chaleco explosivo.
Estos hechos ocurrieron en el noroeste de Siria, en las cercanías de la frontera con Turquía. Sin embargo, otras naciones del mundo, como Rusia, desestimaron la versión de los hechos ofrecida por los estadounidenses.
Ibrahim Awwad Ibrahim al Badri, el verdadero nombre del difunto líder de la organización terrorista, nació en el año de 1971 en la ciudad de Samarra, Irak.
Los analistas consideran que fue su aprehensión en el año 2004, por parte de tropas estadounidenses en un centro de detención en Camp Bucca, un factor determinante para convertirse en uno de los hombres más peligrosos del mundo.
Sin embargo, a pocos días de su muerte, Abu Ibrahim al Hachemí al Qurashi fue nombrado como el sucesor y nuevo jefe del Estado Islámico, organización que aseguró mantenerse fieles el linaje de Mahoma.
