Marta Barrachina, Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada provincial y Presidenta provincial del PP de Castellón.
“Te juro que si no fuera tan triste sería imperdonable no reírse”, reza una canción del gran Luis Eduardo Aute. Y la frase me va como anillo al dedo para intentar explicar el desconcierto y estupor que me han provocado las palabras de Carmen Calvo en Castellón. Y es que lo último de la exvicepresidenta de Pedro Sánchez –y actual diputada nacional- no tiene nombre. Y es, realmente, para ponerse a llorar desconsoladamente o echarse a reír a carcajadas… Es que solo a ella se le podía ocurrir como fórmula mágica para acabar con la despoblación del interior que los ciudadanos regresen a los pueblos para morir junto a un olivo…
Las declaraciones de Carmen Calvo durante el congreso de los 200 años de la Diputación de Castellón que se organizó para mayor gloria socialista, me producen auténtica vergüenza ajena. La solución de la diputada del PSOE pasa, según sus palabras textuales, por “nacer en un pueblo, luego irte a vivir, a descubrir la vida como si fuera un misterio (…) y luego hay que morir en un sitio pequeño, no se puede morir en el asfalto, hay que morir junto a un olivo o algo que se le parezca”. Y lo peor de todo es que obtuvo el aplauso unánime del presidente de la Diputación castellonense, José Martí; y de cuantos diputados y cargos del PSOE abarrotaban la sala. Increíble.
Para mí, como ciudadana pero sobre todo como cargo público, las declaraciones de Carmen Calvo me ofenden y considero que son un insulto para los municipios del interior de la provincia de Castellón. Y es que en el Partido Popular no queremos que nuestros pueblos se conviertan ni en residencias de mayores ni en cementerios. Queremos que las personas puedan nacer y vivir con dignidad y libertad en sus pueblos, con las mismas oportunidades que el resto de ciudadanos. En eso también nos diferenciamos de los socialistas…
Pero claro, para garantizar la supervivencia y la dignidad de nuestros pueblos, hay que destinar inversiones, garantizar servicios y, sobre todo, crear empleo. Hace falta ser buenos gestores económicos y tener talento… Ahora ya entendemos por qué el PSOE no es capaz de frenar la despoblación y por qué sus políticas son tan poco útiles para frenar el desierto demográfico y social en el que se está convirtiendo el interior.