Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Reconozcámoslo de una vez; los políticos de la Comunidad Valenciana en general y los del PP en particular son unos fracasados. Y son unos fracasados porque no hacen aquello que es su tarea más importante: defender los intereses de los ciudadanos de nuestra Comunidad.
Así, hemos visto como desde el PP intentan vendernos la rebaja de la tasa de gas en un 60 % como si fuera la leche. Se olvidan de que esta tasa no debería existir, de que la industria azulejera no debería pagar ni un euro por la misma, ya que, se diga lo que se diga, supone un gran hándicap para el sector, un hándicap que puede suponer una pérdida de competitividad y por lo tanto el cierre de muchas empresas y el despido de cientos de personas.
Sin embargo, lo peor no es eso. Lo peor es que es la enésima humillación que sufre nuestra tierra, humillaciones que han aumentado de forma exponencial en los últimos meses. Así, no hace falta recordar que en los Presupuestos Generales del Estado, la Comunidad Valenciana, que representa más del 10 % de la población total de España, apenas ha recibido poco más del 6 % de la inversión directa del Estado. Supone pues una discriminación tremenda, discriminación que llueve sobre mojado. Al mismo tiempo, y hace casi nada, el PP, a través de su nueva lideresa, la señora Cospedal, ha cerrado la posibilidad de revisar la financiación autonómica, una financiación que hace que los castellonenses, los valencianos y los alicantinos recibamos una media de 200 euros por persona menos al año que la media de los españoles, y eso supone 1.000 millones menos de euros al año, casi la décima parte del presupuesto de la Generalitat. Por no hablar de que el Corredor Mediterráneo ha pasado al baúl de las entelequias, mientras desde el Partido Popular se apuesta descaradamente por el Corredor Central o el AVE a Galicia, o que el AVE a Castellón sigue en posición de que ni está ni se le espera.
Y bien, ¿qué ha hecho ante todo esto la Generalitat Valenciana y el PP de la Comunidad? Pues nada, la verdad. Todo lo que les sirvió para ganar elecciones ha caído en el baúl de los olvidos, y se ha quedado en mera propaganda vacía. Claro que las facturas, las políticas, esas sí, siempre se pagan. Y sin duda, pagarán.