Santiago Vila. Informador Deportivo.
Sí que se puede, éste es el grito más utilizado en estos últimos años en el deporte para poder hacer realidad un objetivo, a priori, harto complicado. Y a esto nos vamos a ceñir en este comentario sobre el partido de vuelta de los octavos de final del Villarreal CF en el Sánchez Pizjuán.
La empresa no es nada fácil, sino todo lo contario, después del 1-3 de El Madrigal, pero a uno le viene a la memoria los muchos logros conseguidos por el equipo amarillo, no sólo en el campeonato nacional, sino en Europa.
Por tanto, que a nadie le quepa ninguna duda de que el conjunto de Marcelino García Toral va a apurar al máximo todas sus opciones de pasar a los cuartos de final. También la afición amarilla ha demostrado ser más fiel que nunca a sus colores, al ser más de 2.000, los aficionados que arroparán a su equipo en el feudo hispalense y que esperan reverdecer viejos laureles lejos de El Madrigal.
Esperemos que el 19 de marzo sea una fecha para recordar, ya que significaría que el Villarreal CF remontó una eliminatoria que la tenía prácticamente perdida, aunque repito que, en estos momentos, uno recuerda aquella gesta del Multiusos de San Lázaro con aquel gol de Alberto al Compostela que valió el primer ascenso a la máxima categoría y, aún más lejano en el tiempo, aquel 1-5 en Sarría ante el Espanyol en la Copa del Rey, tras perder en la ida en El Madrigal por 1-2.
Esperemos que los de Marcelino nos hagan recordar aquellas gestas amarillas en el Sánchez Pizjuán.