Esta tarde se conocerá cuál de ellas es votada como la mejor y representa a la ciudad en la Magdalena de 2017
El acto de la Encesa de Gaiatas cumplió una nueva edición, como homenaje a la luz y al trabajo de los 19 sectores de la ciudad. Los monumentos lucieron juntos, por última vez, antes de ser trasladados a ‘su casa’, donde iluminarán los 19 puntos de la ciudad. Esta noche se conocerá cuál de ellas recibe más votos y se convierte en la Gaiata de la Ciudad de la Magdalena 2017
Esperanza Molina/ Castellón Información
Tras un año de intenso trabajo, las Gaiatas salieron por vez primera a la calle en el desfile del domingo, y ayer lucieron juntas en la avenida del Rey.
La Encesa de Gaiatas es el acto creado por la Junta de Fiestas de Domenech, para rendir homenaje al sector, pero también, para que todos los ciudadanos puedan disfrutar y contemplar todos los monumentos juntos.
Porque anoche, mientras parte de la ciudad ya dormía, y otros estaban de fiesta, los sectores se hicieron cargo de sus monumentos, que fueron trasladados a los diecinueve puntos de la ciudad, a los que pertenecen las Gaiatas, y donde lucirán hasta el final de las fiestas de la Magdalena.
El esquema obligado que regula la construcción e los monumentos se basa Una planta de tres por tres metros, y una altura de seis metros, con tres elementos fundamentales que no deben faltar en ninguno de los monumentos: ‘la gaita’, que representa el báculo del padre de familia que se trasladó con su prole de la montaña al llano, por los caminos de huerta, para fundar la ciudad; el escudo de la ciudad de Castellón; y la luz, elemento imprescindible de la fiesta ‘sense foc ni fum’, que cada año experimenta con las nuevas tecnologías para encontrar iluminaciones más precisas, capaces de cambiar su tonalidad, de transformarse continuamente para, afrontar los cambios a los que los castellonenses han sobrevivido a lo largo de su historia.
El problema básico de los sectores, a la hora de construir sus monumentos es, sobre todo, económico.
Los 19 sectores de Castellón representan a 19 zonas de la ciudad. Algunas tienen un vecindario más numeroso. Otras son capaces de implicar a los habitantes de la zona y crecen con nuevos miembros. Y las hay que se han quedado ‘encajonadas’ en el centro, donde los ‘vecinos de a pie’ se han reducido con los años, en barrios llenos de tiendas u oficinas.
Hay sectores que conservan el sabor de ‘antaño’, cuando la gaiata englobaba a todo el vecindario y todos ellos gozaban y presumían al defender sus fiestas, su sector y sus monumentos. Pero eso no sucede en todas partes, y como consecuencia de ello, hay zonas de la ciudad donde la Gaiata estuvo ausente durante algunos años.
Aunque los sectores reciben una subvención para construir el monumento, la mayor parte de sus ingresos procede de actividades como la venta de lotería o la aportación de sus socios.
Además, comentaba un conocido maestro gaiatero, sin dinero, al final es complicado hacer un buen monumento. Lejos está la época de los aprendices. Castellón sigue sin disponer de un ‘oficio’ que dé continuidad y solidez al trabajo de diseñar y construir la gaiata.
Son los vecinos, los miembros de cada sector, los que mayormente diseñan la base de la gaiata; los que hacen acopio de los materiales, y los que, con asesoramiento unas veces, y otras por la buena voluntad de sus vecinos, invierten horas y horas, fines de semana viviendo por y para la gaiata.
Y de esta forma, aunque haya un maestro detrás, los materiales son caros y el trabajo es pura artesanía. Dibujos sobre plantillas que luego hay que recortar y pintar; relieves que solo los muy entendidos pueden realizar para aportar matices de colores. Bombillas que los niños de la gaiata pintan en las tarde noche de los fines de semana, al lado de familiares y amigos, para completar la fiesta con una torrá en la puerta del almacén de Gaiatas.
Es preciso conocer todos estos detalles para entender qué se esconde detrás de cada monumento, y por qué la historia de Castellón avanza y vive sus tradiciones con el apoyo de su gente. Por qué es importante la Gaiata. Por qué gracias a ellos, los trajes tradicionales se mantienen como símbolo de la ciudad. Y por qué, cuando cada madrina sale con su corte y su comisión de sector, detrás de su monumento, lo sienten como propio y lo defienden con el corazón.
Unos serán mejores que otros. Habrá acabados muy trabajados y otros más humildes, quizá el diseño… puede ser que las ganas de innovar… las ideas surgen y el trabajo dura todo un año, los gaiteros lo aceptan y se sumergen en él.
Nuevamente, este año se volverá a votar la mejor gaiata, la que los representará el año que viene, como Gaiata de la Ciudad en la Magdalena 2017. El estilo que impera es ya, por tradición, el clásico. Entre otras cosas, porque es el que más se valora, y los sectores no acaban de mirar con buenos ojos las innovaciones. Un diseño clásico tiene más posibilidades de llevarse el premio.
Entre las favoritas, como ya es costumbre, está la 15, Sequiol, que lleva varios años seguidos como la mejor de Castellón. Porque en Sequiol cuidan hasta los mínimos detalles y todo en el monumento es una obra de arte, sus cristaleras, sus diseños, sus desarrollos.
Pero También hay otras gaiatas que optarán a premio, como son la 18, Cremor, en línea clásica; la 6, Farola Ravalet; la 8, Portal de L´Om, y por supuesto, la 10, El Toll.
Una Gaiata adquiere sentido cuando está iluminada. Por eso el acto de la Encesa era importante ayer, casi tanto como el Desfile de Gaiatas del domingo. Y no siempre el resultado se muestra acorde con el trabajo realizado. Una Gaiata puede ser preciosa a la luz del día, y resultar oscura’ durante la noche. Y monumentos que se realzan con las luces y las variaciones. Y de ahí las caras de desconsuelo cuando falla algo en la instalación y un brazo no se ilumina; o cuando los matices que se buscaron no son los que se pensaron cuando el monumento está en la calle.
El Grau tiene este año un monumento más modesto. Y entre las innovaciones, una muy curiosa es la que presenta la 14, Castalia, que reproduce en la infantil y la mayor a una dama de la ciudad portando la Gaiata de la Romería. La más revolucionaria y la que más comentarios ha arrancado es la 11, Forn del Pla, con materiales metálicos y futuristas.
La incógnita se despejará esta noche en la plaza Mayor.
La revolución de los leds.
La evolución de las gaiatas durante los últimos 50 años, marca puntos muy interesantes a tener en cuenta. Las gaiatas son, sobre todo, monumentos de luz, y además son monumentos que, en actos como el Desfile de Gaiatas, deben poder circular por la ciudad sin perder esa luz.
Todavía muchos castellonenses recuerdan como, un elemento fundamental de la fiesta, de la Magdalena, era la instalación de postes a lo largo de todo el recorrido del desfile. El objetivo era poder mantener esa luz, intentando que no se perdiera, en todo momento.
Para ello, dentro del personal de la gaiata estaban los que conectaban y desconectaban de un poste a otro, para mantener la alimentación eléctrica.
Los grupos electrógenos, y los sistemas de alimentación autónoma acabaron con aquellos postes. Pero la revolución de la luz de la Gaiata ha ido más allá de la forma de alimentación.
Hace relativamente pocos años, se indicó a las gaiatas, que también debían ser sostenibles. Fue cuando comenzó la era de los leds. Las gaiatas, en general, se mostraban muy reacias al cambio. Los leds tal como se los conoció en sus primeros momentos, no conseguían igualar ni los efectos de las lamparitas de toda la vida. No había experiencia. Las gaiatas, que en muchos casos son puramente artesanales, construidas y revisadas por los mismos gaiateros del sector; tenían que cambiar sus esquemas, buscar expertos, y controlar esta nueva técnica.
Esas primeras gaiatas con Leds, fueron, sin duda, mucho más eficientes energéticamente hablando, pero paseaban como fantasmas, en muchos casos con una luz apagada que sacaba de quicio a los gaiateros de toda la vida.
Sin embargo, el Led también presenta sus ventajas. Las bombillas duran más tiempo. Solo es cuestión de tener profesionales que sepan cómo adaptarlo. Una de estas ventajas se basa tanto en la luz, su intensidad, como en los cambios de luz que se puede conseguir sobre el mismo monumento y la misma instalación.
Según algunos maestros gaiateros, el sistema de las bombillas de led puede generar hasta 200 cambios diferentes. Y como cada bombilla proporciona los cuatro tonos elementales, la mezcla de unos y otros, generan también nuevos tonos, nuevos matices de luz, que anteriormente no eran posibles por el medio tradicional.
Este año, la mayor parte de las gaiatas, han sido clásicas, pero los sistemas de luz, los led y sus combinaciones, destacan elementos que antes no se habían valorado y levantan espectacularidad en los monumentos.