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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 15:46

Garcia discrepa con la alcaldesa, no llevará la modificación del Código Ético a pleno sin pasar por Comisión

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El PSOE tiene prisa por modificar el documento  y ‘aprieta’ al concejal de Transparencia para asuma él la responsabilidad

El concejal de Transparencia, Ignasi Garcia, no llevará a pleno un documento para modificar el Código Ético del Ayuntamiento de Castellón a las bravas, sin contar con la oposición municipal, o por lo menos, sin pasarlo por Comisión. Pero el PSOE tiene prisa, demasiada y resta importancia a este trámite, que dice, se trata solo de adaptarlo al de la FEMP. Hoy la alcaldesa le ha pasado la patata caliente al portavoz de Compromís y ha evidenciado nuevas discrepancias en Fadrell.

Esperanza Molina/ Castellón Información

Pleno Castellon 260919

El Grupo Municipal Socialista tiene prisa por cambiar el Código Ético del Ayuntamiento de Castellón, pero no quiere atribuirse la responsabilidad de dar el paso en solitario y aprieta a sus socios de Gobierno para que asuma la iniciativa.

Para comprender las prisas del PSOE y lo que significa una medida que, en principio los socialistas quieren hacer pasar como un mero trámite, hay que recordar, que:

El Código de Buen Gobierno de Castellón actual, se aprobó en 2015 (gobernaba el PP) después de una Comisión Ética promovida por EU y Compromís, en pleno caso Gürtell, para instar a que cualquier concejal investigado por el juzgado tuviera que abandonar sus delegaciones, para recuperar la reputación de las instituciones. Se aprobó por unanimidad, con los votos favorables del PSOE pero también del PP, que parecía el partido que podía salir más perjudicado.

Ese Código Ético se cobró su primera víctima en la concejal de Compromís, entonces vice alcaldesa, Ali Brancal, al estar investigada por el conocido ‘caso de los sobres’.

De producirse un nuevo proceso judicial, con este Código, cualquier concejal que fuera llamado como ‘investigado’, tendría que renunciar a sus delegaciones y presumiblemente, dejar el cargo (en función de los compromisos con su partido).

Cambian las tornas

Una vez probada la medicina con el caso Brancal, el Acuerdo de Fadrell que firmaron los socios de Gobierno (PSOE, Compromís y Podem) incluye un punto por el que se propone modificar ese Código Ético municipal, que ahora ya resulta excesivamente duro y fuera de lugar, para adoptar un nuevo documento de Buen Gobierno ‘más razonable’. La alternativa pasa por adherirse al Código Ético de la Federación Española de Municipios y Provincias.

Hasta aquí, el tema podría ser razonable. Bastaría con convocar una nueva Comisión ética, llegar a un acuerdo con todos los grupos municipales, y, a poder ser, llevarlo a pleno por consenso o por mayoría.

"No es modificación es adhesión"

Pleno Castellon C Investigacion Marco 180919

Pero aquí es donde se rompe la baraja. El Grupo Socialista tiene tanta prisa que prefiere no retrasar el tema y pretende llevarlo a pleno lo antes posible sin contar siquiera con la oposición municipal.

Para justificar tanta premura, los socialistas recurren a la modificación de conceptos: según ellos, no es lo mismo 'una modificación' que una adhesión, aun cuando la segunda lleve implícita la primera. La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco,  manifestaba esta mañana, que una cosa es ‘modificar’ el Código Ético’ y otra adaptarlo al de la FEMP. Y como donde dije digo, vale Diego, pasado el verano el PSOE ya se puso manos a la obra para que los tres socios del Acuerdo de Fadrell firmaran la propuesta de ‘adhesión’ a la FEMP, con el objetivo de llevarlo al pleno de octubre para su aprobación.

De todo esto no hubo consulta alguna con los miembros de los grupos de la oposición: PP, CS o VOX. Para una adhesión (que es como PSOE denomina a la modificación), ya tenían la mayoría simple necesaria.

Pero las cosas no han salido como esperaban los socialistas.

Tirar la piedra y esconder la mano

Ignasi Garcia - portaveu CompromÌs CastellÛ

La razón prioritaria es que, según fuentes consultadas, el PSOE quiere tirar la piedra y esconder la mano. Dado que el concejal delegado de Transparencia es Ignasi Garcia, portavoz de Compromís, al Grupo Socialista le venía de perlas que fuera García el que propusiera el tema y lo llevara a pleno. De ser así, todo el mundo hubiera recordado el caso Brancal, se hubiera justificado, a simple vista, que Compromís quisiera cambiar cuanto antes ese Código de Buen Gobierno y el resto de sus socios, concretamente el PSOE, no hubiera tenido más que apoyar lo acordado en el convenio de Fadrell.

Por parte del PSOE se lavaron las manos pero esperaron que Compromís diera los pasos e instaron a Podem a sumarse a la estrategia de su acuerdo de Gobierno.

Y mientras, estallaba la guerra de las Tascas, los empresarios acusaban abiertamente a Rafa Simó, el PSOE seguía con sus prisas, la oposición sin recibir notificación sobre una presumible comisión ética, y todos con las orejas extendidas a ver quien y como daba el paso.

Si el pasado jueves era el portavoz del equipo de Gobierno, Rafa Simó, el que esgrimía el argumento de que tenían mayoría, y que la modificación del código Ético estaba en el Acuerdo de Fadrell, la alcaldesa, que hasta ahora, ha intentado mantenerse al margen, entraba hoy al trapo.

Ha sido Amparo Marco la que ha señalado que ‘modificar’ no tiene nada que ver con ‘adherirse’, la que ha confirmado la intención de su grupo de modificar el código/ adherirse a la FEMP, y la que ha acabado por salir de ese jardín señalando directamente a Ignasi Garcia como concejal de Transparencia.

Ignasi Garcia Diputacion 201119

Preguntado posteriormente ese concejal de Transparencia, Ignasi Garcia, el edil de Compromís no ha podido ser más claro: No llevará al pleno la modificación del Código Ético del Ayuntamiento sin antes cumplir los trámites que deben llevarse a cabo.

Esto es, convocar una Comisión donde se exponga la idoneidad de cambiar ese Código Ético, para adherirse al que aprobó en su día la Federación Española de Municipios y Provincias. Proponer el tema y consultar con la oposición. Y finalmente, llevar la propuesta a pleno, donde puede o no haber consenso. Pero por lo menos, hacer las cosas como toca y con la mayor transparencia.

Eso significa también, que la modificación no irá al pleno de noviembre, que podría hacerlo para diciembre, o para enero. Que hay intención de hacerlo, pero que los socios de Fadrell discrepan con las formas.

Así las cosas, el Código de Buen Gobierno vuelve a mostrar las divergencias internas que sacuden a los socios del equipo de Gobierno.

La otra pregunta que muchos se formulan es ¿por qué tanta prisa ahora por parte del PSOE para cambiar los términos de un Código que los mismos socialistas apoyaron con tesón para aplicarlo en contra del PP? ¿qué puede haber en el cajón de los juzgados para que el Grupo Socialista presione en tal medida a sus socios?