Begoña Carrasco. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón
Casi 9 meses después desde que estallara la pandemia de Coronavirus, el Ayuntamiento de Castellón funciona a medio gas. Datos de la Intervención Municipal certifican que de los 180 millones de euros, solo se han gastado el 48%, en su mayoría a nóminas. En el caso de las inversiones, solo se han gastado el 8% de los 34 millones previstos, apenas 4 millones.
Ya lo veníamos advirtiendo, y los resultados nos han dado la razón: es lo que tiene aprobar el presupuesto municipal del año 2020 el 25 de agosto. Tarde y mal. Y eso es lo que explica por qué, a día de hoy, el Ayuntamiento de Castellón, en lugar de ser el motor que necesitan las familias, los autónomos y las pymes, los comercios, la hostelería, los gestores de los locales de ocio nocturno… todavía no haya hecho efectiva la distribución de ninguna de las ayudas anunciadas para superar la crisis. Anuncian sobre el papel 1,7 millones de euros, pero hoy apenas se han distribuido 163.000 euros.
Mucha foto, mucha propaganda, y pocos resultados. Es absolutamente reprobable que todo el apartado que tiene que ver con las ayudas económicas y de reactivación, esté completamente pendiente de ejecutar. Nada de nada ha llegado al bolsillo de los castellonenses.
Estamos ante el Gobierno del DesAmparo. Tenemos un Ayuntamiento que cobra impuestos de primera y desde el primer día, pero que luego va lento, muy lento, a la hora de devolver el esfuerzo que realizan los castellonenses en forma de inversiones y servicios.
El resultado del presupuesto de este año, a la vista de los hechos, será muy pobre. En pleno Covid-19, la partida de dinero para reforzar la limpieza de calles está por estrenar. Los colegios llevan 5 años de retrasos, y todavía no están ni los barracones puestos. Los proyectos de los presupuestos participativos están sin hacer desde el año 2016. Ni siquiera han sido capaces de ejecutar su plan estrella de reactivación económica, que no era otra cosa que tareas de mantenimiento de ciudad, como poner semáforos, pasos elevados, pintar fachadas… Y un área tan sensible como la de Vivienda, y de la que el tripartito ha hecho bandera, en 9 meses apenas ha gastado el 0,20%, poco más de 6.000 euros, de los casi 2,5 millones de euros que maneja. De ahí que hayamos pedido su dimisión.
Insistimos: si no saben qué hacer con el dinero de los castellonenses, déjenlo en el bolsillo de los vecinos, porque lo único que han hecho ha sido subirse el sueldo un 52%, que eso sí lo ejecutan al 100%. El Gobierno municipal más caro de la historia, y también el que menos hace.
Pedimos a Amparo Marco que baje los impuestos a los castellonenses. IBI, basuras, vehículos… Exigimos que el Ayuntamiento active de manera inmediata la ayuda que necesitan los castellonenses, porque los vecinos de esta ciudad no pueden esperar ni un minuto más.