El concejal de Sostenibilidad insiste en que “para que siga descendiendo la población hay que evitar darles de comer, una actividad que puede supone multas de hasta 600 euros”.
Castellón Información
El concejal de Sostenibilidad, Gonzalo Romero, ha comparecido hoy ante los medios de comunicación para informar sobre el control de palomas que realiza el Ayuntamiento en colaboración con la asociación 'Grup AU', cuyo presidente, Joan Castany, ha estado también presente como responsable de las capturas.
Romero ha recordado en primer lugar que “lo más importante para lograr un control efectivo de la población de palomas en la ciudad es evitar que la gente las alimente. Dar de comer a las palomas está prohibido por la Ordenanza Municipal de Tenencia de Animales y puede acarrear multas de entre 30 y 600 euros”.
“Hay que insistir en concienciar a la ciudadanía sobre este aspecto de no alimentar a las palomas, ya que es la mejor medida para evitar su reproducción. Se da el caso también de personas con el llamado 'Síndrome de Noé', que se dedican a echar comida a los animales de manera compulsiva e incontrolada, lo que hace que en algunas zonas haya una concentración importante de estas aves”, ha subrayado.
El edil ha señalado “los buenos datos que arroja el control de palomas este curso pasado, en el que se han capturado en la ciudad un total de 1.140 ejemplares, en hasta 24 localizaciones diferentes en el término municipal habiendo un número importante de ‘Capturas 0’, lo que significa que la población va disminuyendo en diferentes lugares”.
Gonzalo Romero ha recordado que “hace apenas unos años, la población de palomas en Castellón rondaba los 7.000 u 8.000 ejemplares. Gracias a las medidas que estamos tomando se está consiguiendo reducir de manera importante este número, por lo que es clave también la colaboración de los vecinos de Castellón, para que no alimenten a las palomas o que eviten que otras personas puedan hacerlo”.
Por su parte, Joan Castany ha referido que “la falta de lluvia también favorece la reproducción de las palomas, un factor que se ha notado este año, pero que no ha evitado una reducción de la población hasta las 400 palomas, aproximadamente, según nuestro censo”.
Castany también ha comentado que “al reducirse el número de palomas, aumenta la diversidad de otras especies, con las que compite. Esto ha hecho que en la ciudad encontremos más ejemplares de jilgueros, urracas (que evitan también la presencia de palomas) o tórtolas, que nidifican en el ámbito urbano”.
Síndrome de Noe
Respecto a los casos de 'Síndrome de Noé', el responsable del control de palomas ha hecho hincapié en que “se trata de una patología que afecta a algunas personas y que consiste en acumular animales como perros o gatos en casa, pero en ocasiones, se convierte en una actitud a dar de comer fuera de los domicilios, creyendo que está 'salvando' a estos animales”.
“Se trata de un trastorno donde las familias deben también de tratar de impedir que se lleven a cabo prácticas que perjudican al resto de la ciudadanía. De lo contrario, será necesaria la actuación policial a través de la sanción por incumplimiento de la Ordenanza Municipal”, ha insistido.
