Una vez efectuada la rehabilitación hoy se inaugura como museo y se abre para que pueda ser visitado por los vecinos
Parte de la historia de guerra y miseria vivida por una ciudad de provincias, bombardeada por cielo y por mar, abre hoy sus puertas en forma de museo. Es el Refugio de la Guerra Civil de la plaza Tetuán de Castellón. Una muestra, la mejor conservada, de todo el entramado de oquedades y galerías que llegaron a hacer del subsuelo de Castellón un verdadero queso de gruyere. El origen de los refugios está datado ya en febrero de 1937. El de Tetuán se mantiene porque fue abovedado. El resto desaparecieron cuando fueron ‘liberados’ por el Estado para convertirse en parquins.
Esperanza Molina/Castellón Información
El Ayuntamiento de Castellón inaugurará hoy a las 13:00 horas el nuevo museo construido en lo que fue un refugio de la Guerra Civil en la plaza Tetuán. Uno de los muchos que albergo Castellón, una ciudad de provincias bombardeada por cielo y mar en la última Guerra Civil.
El Refugio de la Plaza Tetuán es, posiblemente el único que se conserva… y lo que hoy abre sus puertas es solo una parte de un entresijo de oquedades y galerías que llegaron a convertir el subsuelo de la capital de la plana en un verdadero queso de gruyere…
Porque no hace tantos años que los refugios pudieron pasar totalmente a la historia. Estuvieron protegidos por las normas estatales hasta principios de la década de los 80.
Y cuando se construye en el solar de alguna casa antigua de Castellón todavía salen a la luz entradas, pasadizos, galerías, con las que los castellonenses fabricaban sus propias entradas a los refugios oficialmente habilitados.
La mayoría de los refugios de Castellón, una vez levantada la prohibición de obrar que permitía su conservación ‘por si acaso’, acabaron albergando algunos de los aparcamientos subterráneos de los que presume ahora la ciudad. Ese fue el caso, entre otros, de los aparcamientos subterráneos de Santa Clara, Plaza de las Aulas, avenida del Rey, calle Navarra, avenida de Lledó…
Y otras galerías se cerraron, se sumieron en el olvido por seguridad… Pero ¡ojo!, si va a construir en el solar de una antigua vivienda de Castellón, cabe prestar atención ¿quién sabe cuantos secretos escondidos puede albergar todavía bajo sus cimientos?
¿Por qué se mantuvo el Refugio de la Plaza Tetuán?
El Refugio de plaza Tetuán, a diferencia de los otros, se conservó por el lugar que ocupaba, en una zona del patrimonio protegido de la ciudad, bajo una plaza; y porque su estructura central fue abovedada y reforzada en la década de los 70 del siglo pasado, para evitar hundimientos y accidentes.
Por entonces, los refugios estaban todavía protegidos por el Estado, y cuando se sucedieron diversos hundimientos, una brigada llegó desde Asturias para asegurar y reforzar su interior.
Castellón Información ya ha relatado en ocasiones anteriores la historia de los Refugios de Castellón, pero hoy merece la pena volver a repasar aquella historia que mañana va a escribir un nuevo capítulo en Castellón.
Historia de los Refugios
Hay datos que reseñan, a través de un Anuncio publicado por el Gobierno Civil de Castellón (17 de febrero 1937), la existencia de estos lugares habilitados para acoger a los castellonenses para guarecerse de los bombardeos que sufría la ciudad.
El ataque de ‘El Baleares’
Pero hubo una fecha clave para que los castellonenses tomaran plena conciencia del peligro que se cernía sobre ellos. Fue el ataque de ‘el Baleares’el 23 de marzo de 1937, que originó varios muertos y numerosos destrozos en la ciudad, como cuenta José A. Aparici Gallart (http://www.aulamilitar.com).
“El Baleares barajó la costa de Levante a 5 millas de distancia, desde Benicarló a Castellón, cuyo puerto bombardeó con la artillería media”. Esta es la corta y escueta reseña que los Vicealmirantes Moreno de Alborán, hacen en su libro “La guerra silenciosa y silenciada”. Sin embargo estas afirmaciones no son exactas, pues lo que se bombardea no es el Grao sino Castellón. Hay impactos de obuses en la actual plaza de Tetuán, donde será destruido el quiosco de bebidas allí ubicado (propiedad de la familia Campos), en la plaza de la Independencia (la Farola), impacta un obús en la casa de los Bellido sin llegar a estallar, hay explosiones en el Raval de San Felix. El saldo, 10 muertos y once heridos graves por metralla, todos ellos trasladados al Hospital Provincial. El entierro de las víctimas partirá desde el Hospital, constituyendo una importante manifestación de duelo de recuerdo imborrable. Este ataque crea un antes y un después en Castellón, pues desata una psicosis de miedo y dispara la construcción de los refugios. Hasta hoy, los castellonenses no habían conocido la magnitud del desastre que supone el estallido de las bombas y obuses en la propia ciudad, con la destrucción de edificios y la muerte despiadada de parientes, amigos o convecinos. La “rumorología” atribuyó este bombardeo al Crucero Canarias. Durante este mes efectúan labores de carga y descarga en el puerto 21 vapores”.
El Castellón de 40.000 habitantes que se refugiaba bajo tierra
A partir de entonces, hombres, mujeres y niños excavaban las calles de Castellón para construir Refugios. La ciudad contaba con una población de unos 40.000 habitantes.
Según relato del que fue arquitecto municipal, Joaquín Tirado (a la periodista de Castellón Diario y posteriormente corresponsal del diario ABC-Ambos diarios publicaron el reportaje), La construcción de los refugios fue promovida desde el Ayuntamiento, “los entendidos guiaban los trabajos, pero la ciudad entera participó en su consecución”. “Familias enteras colaboraron en la empresa, dirigidos por los capataces que conocían mejor el oficio, hombres, mujeres y niños se trasladaban una vez acabada la faena para excavar en el suelo, armados con capazos picos y palas”.
La incesante actividad de aquellos años se conservó intacta durante décadas en muchos sitios de la ciudad.
Aunque acabada la Guerra Civil se dejaron de utilizar aquellos Refugios, la amenaza había calado profundamente en la sociedad española y más aún en la de Castellón. Prueba de ello, es que se llegó a editar un manual para la construcción de refugios que describía como debían realizarse las galerías, la profundidad aconsejada, las medidas de seguridad y su orientación, manual que fue reeditado posteriormente en la década de los 60.
Instrucciones para fabricar el refugio 'homologado'
Tal como publicó Castellón diario y Posteriormente ABC Comunitat Valenciana (los dos reportajes fueron realizados por la misma persona), los refugios se excavaban directamente en la tierra. La galería, de apenas dos metros de ancho, tenía una boca de entrada en el suelo, de la que descendían unas escaleras, muchas veces excavadas en tierra, que daban acceso a los pasadizos en forma de zig- zag para evitar la onda expansiva de las bombas, a una profundidad de 12 metros.
Los refugios del centro de Castellón eran de mayor calidad, fueron abovedados con cemento y hormigón de la época para mejorar sus condiciones, y junto a las paredes se adosaban bancos para que pudieran sentarse las personas.
Los refugios de la periferia no se lucían, se realizaban directamente en la tierra y en la roca con la forma de los bancos de tierra junto a las paredes y los escalones de acceso, estaban forrados de madera para evitar su deterioro. Esto era posible, indicaba en aquella información Joaquín Tirado, el arquitecto municipal, porque la composición arcillosa del subsuelo de Castellón, permitía la excavación sin peligro para las viviendas de la superficie.
La tierra de las excavaciones convirtió al Castellón de la época en una ciudad que tardó muchos años en reponerse de aquel drama. “Cuando sonaba la campana todos sabíamos que venían los aviones, luego bombardearon también desde el mar; en el Puerto, la cañonera Cervantes, arrojaba sus bombas sobre Castellón y podía oírse en zumbido del proyectil hasta que explotaba sobre la ciudad”, manifiesta el arquitecto. Entonces todos, los niños los primeros, corrían hacia los refugios donde trasladaban sus enseres, muebles, sillas, comida y alimentos, que se compartían entre las familias, en una solidaridad promovida por las circunstancias que muchos recuerdan todavía entre la añoranza y el respeto.
Algunos refugios más grandes y mejor construidos albergaban los hospitales. Había un refugio hospital en la plaza Santa Clara, y otro de dos plantas en la avenida Rey don Jaime. Hay constancia también de otros refugios en la plaza Teodoro Izquierdo, Avenida de Lledó, plaza Tetuán, y plaza de la Independencia, cuyos ramales se prolongaban, a su vez, por debajo de otras tantas calles y plazas de Castellón, hasta recorrer toda la ciudad. También se descubrieron los restos de un refugio bajo la plaza de Las Aulas, cuando se realizaron las obras del parking en el subsuelo, frente a la Diputación.
La construcción de los refugios llegó a convertirse en algo tan cotidiano, que muchos ciudadanos optaron por construir accesos desde sus propias viviendas, hasta que Castellón se convirtió en una ciudad subterránea repleta de laberintos, por los que podía cruzarse de un punto a otro de la localidad.
Con el fin de la Guerra Civil Española, los refugios quedaron olvidados, y muchas de sus bocas se fueron cerrando progresivamente, hasta el punto de que muchos ni siguiera recuerdan donde se encontraban.
Durante algunos años el Ayuntamiento dispuso de planos sobre su localización, pero otros muchos se encuentran escondidos y solo salen a la luz cuando se realizan nuevas edificaciones.
Hundimientos y sorpresas
La existencia de los refugios subterráneos de Castellón condicionó durante décadas la evolución y las construcciones de Castellón.
Según el antiguo arquitecto municipal “cuando se va a realizar una nueva construcción es paso obligado detectar si bajo la superficie se esconde un refugio, una galería o un pozo ciego, que también eran numerosos en Castellón”.
La precaución era sumamente necesaria, como se demostró en sucesivas ocasiones, con más de una sorpresa.
Sobre este particular hay numerosos relatos, como los publicados en la década de los 90 en Castellón Diario, sobre fuentes de transmisión oral, de técnicos del Ayuntamiento de Castellón.
En la década de los 80, el Estado levantó la protección que pesaba sobre ellos. Fue entonces cuando comenzaron a construirse algunos de los aparcamientos subterráneos de Castellón como el de la plaza Santa Clara, Cardona Vives o Rey don Jaime.
El socavón de la calle Zaragoza
Por el relato recogido en el periódico Castellón Diario, debió acontecer en la década de los 70. Se produjo un gran socavón que dejó al descubierto parte del ramal que procedía del Refugio de la plaza Tetuán. El hecho, indicaba aquella información, provocó cierta incertidumbre y fue necesario traer desde Asturias a una brigada de mineros para asegurar la estructura interior antes de reponer el perfil de la calle.
En la plaza de la Independencia, contaban las mismas fuentes, junto a la Farola, un autobús estuvo a punto de hundirse en el pavimento, y el desastre no fue a mayores de puro milagro. El boquete abierto por una de sus ruedas dejó al descubierto otro ramal del refugio de la calle Cataluña, que también se extendía por debajo del Parque Ribalta.
Y para sorpresas, recoge también aquel articulo, “la que se llevaron en el Instituto Francisco Ribalta de Castellón, cuando parte del suelo del despacho del director se vino abajo sobre la cubierta de otra galería de los refugios de las inmediaciones”.
Pero estos fueron solo algunos de los que vieron la luz, como sucedió más tarde cuando se realizó el parking de la Calle Navarra, donde también se descubrió otro refugio subterráneo, o en la avenida de Lledó, donde también había señalado otro refugio, que se inspeccionó cuando se realizaron las obras de otro aparcamiento público.
El refugio de la Plaza Tetuán sale a la luz
A medida que pasaron los años, los castellonenses intentaron olvidar aquellos años de infortunio. Muchos olvidaron las entradas, ya selladas dentro de las casas, y cerradas en la vía pública mediante compuertas o plantas de hierro.
Los más antiguos olvidaban por el horror sufrido… los nuevos, por desconocimiento… En el Ayuntamiento los documentos se conservaban en papel y los archivos se multiplicaban. Solo algunos, como fue en su momento el arquitecto Tirado, o el ingeniero Prades, llevaban buena cuenta de todo… Pero Castellón crecía y se transformaba… Muchas cosas se guardaron en el olvido.
La entrada del Refugio de Plaza Tetuán seguía allí, a la vista de todo el mundo… ¡una alcantarilla más! pensaban muchos.
Pero sucedió que el Ayuntamiento de Castellón se planteó como prioridad la remodelación de la plaza. Y entonces llamó la atención aquella trampilla que pasaba completamente desapercibida. Se daba por sentado que estaba, pero no se había abierto durante décadas.
Cuando se inspeccionó la zona para realizar las obras, se abrió la trampilla y lo que se encontró entonces, era completamente inesperado. Una entrada con escalones perfectamente conservados que conducía a unas galerías, completamente abovedadas y cegadas por varios extremos, uno de ellos, a la altura del cruce entre la calle Zaragoza y la avenida del Rey. Sus paredes dejaban al descubierto entradas y accesos procedentes de las viviendas del exterior, y filtraban la humedad de la superficie en forma de pequeñas estalactitas.
El Ayuntamiento, presidido por Daniel Gozalbo, resolvió volverlo a cerrar, pero proteger la entrada. Surgieron voces que reclamaban su recuperación como un lugar que recordaba la historia de la ciudad… otros se posicionaron en contra.
Volvió a pasar el tiempo. Hasta que el equipo de Gobierno actual determinó obrar, restaurar y abrir al público.
El Refugio de plaza Tetuán se ha convertido en un museo con dos entradas independientes, una de ellas en la plaza Tetuán, y la otra en la avenida del Rey esquina con Zaragoza. A partir de ahora, sale a la luz para que pueda ser visitado como un museo más de Castellón.
La mayor parte de las fotografías antiguas pertenecen a la exposición realizada por el ‘Grup de la Recerca de la Memoria Histórica', organizada por el Ayuntamiento de Castellón y la colaboración de la Generalitat Valenciana
























































