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Los agentes intermediarios de operaciones financieras o bróker es una de las profesiones que genera más altos niveles de estrés por la presión que ejerce sobre ellos la cantidad elevada de dinero que manejan.
La alta exigencia, la ganancia económica, la toma de decisiones y el asumir riesgos son fuentes generadoras de estrés en la profesión de bróker que puede derivar en consecuencias para la salud. El director de Ivane Adicciones, la Unidad de Desintoxicación Hospitalaria del Hospital Vithas Nisa Aguas Vivas, Augusto Zafra, asegura que "aunque no existen datos exactos sobre profesionales adictos a la bolsa, sí que se ha visto un incremento año tras año, siendo el perfil varones de una media de edad con edad alrededor de los 42 años".
La inmediatez de resultados; la pérdida de la percepción de riesgo; la conducta repetida de alta intensidad; así como la alta exigencia puede llevar a despertar una adicción al trabajo siendo el refuerzo mantenedor de este comportamiento la quimera de lograr cuantiosas ganancias económicas.
Evidentemente, al igual que la ludopatía, el bróker puede llegar a invertir cantidades de dinero desmesuradas que no corresponden con su nivel de vida, ni sus directrices de inversión habitual. Fácilmente puede caer en la búsqueda de la ganancia fácil en detrimento de una disminución de la percepción de riesgo y una fantasía de ganancia irreal que favorece comportamientos y actuaciones repetitivas, compulsivas y enfermizas asimilables a la ludopatía con la peculiaridad de estar contextualizado en un entorno laboral normalizado, en el que el profesional da rienda suelta a lo que se espera de él, invertir y obtener ganancias.
Añadido a esta situación, ya de por si disfuncional, el perfil de alta exigencia; ritmo de vida elevado; estrés desmedido; y la necesidad de rendir cada vez más puede actuar como factor precipitante y favorecedor de la búsqueda de estados cerebrales facilitadores de un mayor dinamismo en las funciones cognitivas. El alcohol, la cocaína, el éxtasis, los psicoestimulantes... consideradas como drogas activadoras pueden pasar fácilmente de un consumo puntual a un consumo habitual provocando en personas vulnerables la aparición de una verdadera drogodependencia o adicción.
Por tanto, no sólo la vida de un broker y los intensos estímulos a los que está sometido puede convertirse en una actividad de riesgo, sino también el consumo de drogas se convierten en conducta repetida, compulsiva y descontrolada.
Según las psicóloga de la Unidad, Clara Díez, "una vez instaurado éste bucle trabajo-estrés-adicción, la persona no puede dejar de repetir este mismo patrón comportamental, no hay salida, entra en una estado de "falso autocontrol" y de negación que desmorona la vida de la persona. Con el bucle del comportamiento patológico en marcha, la esclavitud es inevitable y la aparición de sintomatología psiquiátrica es la norma. Síntomas como el estrés crónico, el insomnio, la depresión, la irritabilidad, el descontrol y la impulsividad es lo que aparece más visible a familiares y amigos que son los que realmente notan en un primer momento este deterioro personal en el individuo".
"Cuando esto ocurre- añade el doctor Zafra- es cuestión de tiempo que aparezca un desmoronamiento personal, siendo indispensable la búsqueda de ayuda de los Servicios Médicos de empresa o de profesionales de la salud que aborden el tema especifico de ludopatía, trabajo desmedido y la adicción a drogas; se traten los graves cuadros emocionales acompañantes; y se reinstauren patrones comportamentales sanos que llenen el vacío que deja el abandono del consumo de las drogas y el excesivo ritmo de trabajo".