Manifestación en contra y a favor de las obras, los vecinos esperaban a Marco pero pitaron a sus concejales
La convocatoria municipal por la que la alcaldesa iba a ‘recibir’ las obras de la avenida de Lidón a las 12:00 h del mediodía se desconvocaba en el último minuto “por razones de agenda”. Fueron sus concejales los que tuvieron que firmar las actas, recibir las pitadas de los vecinos de la avenida y, también, los aplausos de un grupo de ciudadanos, contentos con los resultados aunque no residían allí. Un circo.
El anuncio municipal sobre la ‘inauguración’ de la avenida de Lidón (recepción de las obras) por parte de la alcaldesa, con convocatoria a los medios de comunicación, se desconvocaba minutos antes de la hora programada.
Un mensaje del gabinete de alcaldía disculpaba a la alcaldesa ‘por motivos de agenda’ cuando ya los medios de comunicación, y ciudadanos a favor y en contra estaban ya preparados en la avenida.
Y surgió la confusión. Los vecinos de la calle ya se habían preparado con silbatos y carteles para protestar. Junto a la escultura de Tombatossals, algunos ciudadanos esperaban para aplaudir. Y allí nadie sabía nada.
Finalmente acudieron los concejales de Amparo Marco: José Luís López, Jorge Ribes e Isabel Granero, acompañados de algunos técnicos y personal de la empresa que ha hecho las obras.
A su paso, los vecinos hacían sonar los silbatos y exhibían los carteles en contra de la remodelación. Los medios de comunicación pedían declaraciones a los vecinos y a los ciudadanos que transitaban por la calle.
No todos se prestaron a declarar ni a todos los medios. Miembros de la asociación e Rafalafena ‘vetaron’ al periodista de Onda Cero porque decían que no había contrastado algunas informaciones que ellos consideraban que los atacaba. El resto de los compañeros se llevaba las manos a la cabeza y expresaban su solidaridad con el periodista.
Pero todo en general fue un circo.
Llegados a la altura de la escultura de Tombatossals, los responsables municipales y los de la obra firmaban las actas de la entrega de la obra.
Y allí se manifestaron los dos bandos.
Los unos, que se identificaban como vecinos de la avenida pitaban y reclamaban la presencia de la alcaldesa. Los otros, un grupo de 6 personas sentadas junto a escultura, respondían con aplausos cada vez que los primeros protestaban en contra. Esas manifestaciones de apoyo a la avenida también se tradujeron en aplausos para el periodista de Onda Cero, que intentaba desarrollar su trabajo sin que nadie lo convirtiera en protagonista de todo aquel desatino.
Los que aplaudían manifestaban que la avenida había quedado muy bonita, muy peatonal, muy atractiva.
Las manifestaciones en contra reclamaban que se podía haber construido el carril ciclista sin haber cerrado los viales de tránsito. Afirmaron sin tapujos, que los bancos eran incomodísimos, sobre todo los que no tenían respaldo. Que era incierto que se hubiera reducido la contaminación. “Yo antes, cuando salía de casa, en 800 metros me podía incorporar a cualquier vía para trasladarme, ahora tengo que recorrer 5 kilómetros para hacer lo mismo. Eso no es reducción de emisiones de carbono, es multiplicarlas y trasladarlas al resto de las calles de la ciudad".
Hubo quejas por la dificultad de acceder a los parkings, por la eliminación de las zonas de estacionamiento y por las calles con ‘fondo de saco’ adyacentes a la avenida. Además, ahora no pasa el autobús que los comunicaba con otros puntos de la ciudad.
Desde alguna ventana de las cercanías también se manifestaban con una cacerolada. Y entre los vecinos hubo quien cantó: “La alcaldesa dónde está? ¿Dónde está la alcaldesa?”
Frente al Colegio de la Consolación había un tramo en el que había varios coches aparcados. ¿Se han creado zonas de aparcamiento? Preguntaron los periodistas. Pero no, es una zona de carga y descarga en la que hoy no se multaba, pero donde solo se podrá aparcar puntualmente y por poco tiempo.
En su recorrido, mostraron al concejal una especie de caseta estrecha y vertical, cerrada. Se trata de un punto para el ‘arreglo de bicicletas’. Se abre con una moneda y dentro hay colgadas herramientas y un mecanismo para el inflado de las ruedas. “ya veremos cuánto durará”. Se preguntaban algunos de los visitantes.
Y así, los concejales completaron sus recorrido pero “sin hacer declaraciones”, porque la convocatoria realizada el día antes se había anulado.