El fuego generó una densa columna de humo que se veía desde el centro de Castellón y desde la playa de Benicàssim
Un aparatoso incendio sembraba la alarma en la ciudad de Castellón, por la columna de humo negro que se pudo divisar desde el centro de la localidad, e incluso desde Benicàssim. Se produjo junto a la cuadra Borriolenc, y frente a la valla norte del Cementerio de San José, en un escampado, antigua propiedad de Viveros Molinas, lleno de desperdicios, escombros y restos de maleza y neveras abandonadas. La Policía Local ha confirmado que han sido desalojadas medio centenar de personas, se ha calcinado una alquería y realojada la familia que la ocupaba.
EM/ Castellón Información
Una oscura columna de humo se levantaba hoy, al mediodía en la parte oeste de Castellón. La intensidad y la 
densidad era tal, que pronto podía verse desde el centro de la ciudad, e incluso, desde las playas del municipio cercano de Benicàssim.
El incendio se produjo sobre las 13 horas en la zona oeste, en un solardelante de la Cuadra del Borriolenc, y de la valla norte del Cementerio de San José de Castellón.
Según los vecinos de la zona, allí se encuentran varias ‘casas’ o naves’, abandonadas.
El solar, está repleto de vertederos. Pese al cartel que prohíbe depositar residuos, bajo la amenaza de multas, aquello es un almacén de restos de neveras, 
desechos de electrodomésticos, de los enseres más variopintos, y de escombros.
Quizá por esa razón, el incendio cobró enseguida un volumen desmesurado.
Desde las viviendas más cercanas pudieron comprobar como crecía y se expandía la columna de humo. La vegetación, seca e incontrolada, ayudaron a que las llamas se expandieran con la mayor rapidez, ayudadas por las rachas de viento.
Pero además, de vez en cuando se escuchaban pequeñas explosiones, y el olor a goma quemada, daban a entender que lo que se quemaba era algo más que maleza.
Curiosos de todas partes comenzaron a acercarse a la zona del siniestro. Pronto, la Policía cortó el acceso, desde el cementerio a la Cuadra del Borriolench; pero los bomberos todavía tardaron en llegar. Y mientras, el fuego avanzaba, quemaba a su paso los árboles y los postes de la luz y las comunicaciones, así como los cables tendidos entre ellos.
“Como cambie el viento tendremos que salir por patas y echar a correr”, comentaba un compañero de medios de comunicación, que con precaución tomaba todo tipo de imágenes de cuanto estaba pasando.
En el ‘poblado’ de chabolas que ha tomado posesión de los antiguos Viveros Molina, comentaban con precaución todo lo que sucedía. Mientras policía y bomberos intentaban atajar el incendio, una persona con un remolque trasportaba hasta allí un calentador de agua y varios somieres de muelles, haciendo como que no veía a nada ni a nadie.
Una mujer, cuyo lenguaje era difícil de entender, agradecía la atención recibida y comentaba a este medio: “yo llevo tres años aquí, con mi familia”, y se dirigía a una vecina de las inmediaciones. “Nos conocemos porque llevamos a las niñas a la parada del autobús escolar”. “Son buena gente, comentaba a su vez la otra vecina, que vive en uno de los edificio s que lindan con la antigua Nacional 340.
En torno a las 14:30 horas llegaban por fin los bomberos. El dispositivo de seguridad se ponía en marcha. “Por favor, ¡váyanse de aquí!, no es seguro”, comentaban los policías a los curiosos y los periodistas. “¡Solo cinco minutos!, por favor”, respondían los segundos. Y es que el helicóptero de salvamento llegaba ya y descargaba agua sobre las llamas.
A partir de ese momento, las llamas perdieron intensidad; la columna de humo fue a menos, y cambió de color… Al menos, en apariencia, el incendio estaba controlado. Fuentes de la Policía Local han señalado que por precaución se ha desalojado a medio centenar de personas, de los grupos periféricos de San Bartolomé y San Enrique, pero añadieron que no hay constancia de que se haya producido ningún herido. Las personas desalojadas pudieron retornar a sus domicilios en torno a las 16:30 horas.
También ha quedado arrasada una alquería abandonada, ocupada por una familia, que ha sido atendida por los Servicios Sociales.
En estos momentos continúan las labores de extinción. El fuego ha calcinado 2 hectáreas de superficie.
En el control del incendio ha participado la Policía Local de Castellón y los Bomberos, pero también se ha solicitado la ayuda del Consorcio Provincial que ha desplazado hasta el lugar del siniestro a un helicóptero y a dos brigadas forestales. Los trabajos para apagar las llamas han sido muy costosos ya que los servicios de extinción de incendios han tenido que trabajar con equipos autónomos debido al intenso humo y las fuertes temperaturas, lo que ha provocado que algunos de los efectivos hayan tenido que ser relevados de sus tareas por bomberos de refresco. Las tareas de extinción del incendio se van a prolongar hasta las nueve de la noche. Los bomberos, tras apagar las llamas, están en estos momentos refrescando la zona para evitar que se reaviven las llamas.
Según fuentes de la Policía Local de Castellón, en el siniestro están trabajando 11 bomberos, un cabo y un sargento jefe de salida y se han empleado en las tareas de extinción dos bombas urbanas pesadas, un vehículo ligero, un vehículo de apoyo sanitario y dos camiones nodriza de gran capacidad. Por otro lado, también han participado en las labores de extinción dos brigadas forestales y un helicóptero del Consorcio provincial. Por su parte, la Policía local de Castellón ha desplazado al lugar seis patrullas las cuales ha cortado al tráfico durante aproximadamente tres horas el tramo de la cuadra Borriolench afectado por el incendio mientras se llevaban a cabo las tareas de extinción del incendio y las posteriores maniobras de refresco de la zona.
