Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Recientemente y a principios de esta semana, escuché a esta mujer en una entrevista radiofónica, que me dejó un poco desorientado.
Trataba de vender a la audiencia, la imperiosa necesidad que tiene la sociedad española de un partido liberal, como si los partidos liberales fuesen la solución de todos los problemas que aquejan a la sociedad.
Es cierto, que la aplicación sensata del concepto liberal en todos los términos políticos y económicos que encierra esa palabra, aportaría en sí misma una dosis de sentido común y equilibrio.
Pero visto lo visto tanto en la España actual, como en la misma República Federal Alemana de hace varias décadas, sólo con una palabra no se consigue nada y mucho menos si detrás de esa palabra lo que se esconden son intereses políticos personales, para ostentar una capacidad de poder muy superior a la representación parlamentaria.
Es decir, poder dar y quitar el Gobierno a quienes ellos decidan y cuando ellos lo consideren oportuno.
Precisamente por eso, acabaron sucumbiendo en la Alemania de Willy Brand llegando a desaparecer del mapa alemán como una fuerza imprescindible, para convertirse en un grupúsculo insignificante.
En España y por las mismas razones se ha quedado como un partido residual, que ahora vegeta en algunas regiones españolas junto al PP, aceptando resignadamente su papel de segundones necesarios, por haber querido ser lo que no eran, condicionando e intentado manipular y confundir en algunas autonomías como la murciana y la madrileña.
El golpe de mano de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, anticipándose a su Vicepresidente del Gobierno y convocando unas elecciones anticipadas, para evitar una Moción de Censura en su contra, vino a firmar la sentencia de muerte inmediata de Ciudadanos en Madrid, dejando a esta formación en la UVI en el resto de España.
Albert Rivera, y muchos de sus compañeros de primera hora como Villegas, Girauta, Cantó, De Quintos y otros muchos de menor relieve, han acabado abandonando a Inés Arrimadas, a la vista de sus movimientos subterráneos en connivencia con el PSOE de Pedro Sánchez para desbancar Gobiernos autonómicos en coalición con el PP.
Ella trata de vender liberalismo, cuando ha intentado pactar por activa y por pasiva con el socialismo 'sanchista' del que ahora abomina.
Esta mujer ha perdido toda credibilidad, no solo entre sus propios ex compañeros, que han optado por abandonarla los más significados, sino entre los votantes que en cada oportunidad que han tenido de ir a las urnas, le han demostrado que no creen ella.
La debacle en Madrid ha sido épica e incluso las empresas que hacen encuestas periódicamente le auguran un futuro desastroso.
Todos sus esfuerzos en mi opinión van a ser vanos, porque resulta muy fácil perder la afección de los ciudadanos cuando ven actitudes innobles e interesadas en algunos políticos.
Lo realmente imposible, es renacer de sus propias cenizas como Ave Fénix de la política.
Y sin duda Inés Arrimadas se va a llevar una decepción muy grande en las próximas elecciones, porque ha malversado su capital político con sus actitudes.
Pese a contar todavía con el apoyo de algunas personas válidas de su partido, como Edmundo Val, Igéa, Begoña Villacís y el mismo Juan Marín, que se siente muy confortable en su Andalucía, no creo que sobreviva a la sangría de pérdida de votos que va a tener, por su forma de comportarse.
Por muy convincente que se la palabra 'liberal' es excesivo el lastre negativo que lleva en su mochila por sus traiciones y estupideces.
Además recientemente, parece que también Pablo Casado haya decidido presentar entre sus credenciales la de liberal y hasta ahora su mochila de errores es mucho más ligera que la de Inés.
De todos modos lo que tengo claro, es que el PSOE intentará patrocinar a Inés Arrimadas, porque sabe que de capitalizar el PP los votos de quienes abandonen a los naranja, sin duda va a poder formar Gobierno, contando con la abstención o el apoyo explícito de VOX, que nunca permitiría que Pedro Sánchez, continuara arruinando a España.
Así lo veo y así lo escribo y razono.
Hasta la semana que viene amigos.
