El paso siguiente será la entrada en vigor del nuevo protocolo y el reto trabajar para consolidar nuevos circuitos comerciales en un mercado difícil
Castellón Información
El grueso de este primer envío experimental coordinado por el Comité de Gestión de Cítricos (CGC) –de nueve contenedores de naranjas Valencia- partió del Puerto de Valencia en el buque de MSC Sixin el 9 de junio, procedente de las instalaciones de Fricasa en el Puerto de Castellón. Antes, el 27 de mayo, lo hicieron otros dos contenedores desde este enclave, que también formaban parte de la misma expedición. El primer envío citado llegó al Puerto de Nhava Sheva, en Bombai, el pasado 28 de junio; el segundo aludido lo hizo el 24 del mismo mes. Ambas partidas –en total, unas 246 toneladas- fueron analizadas por las autoridades indias, que pudieron comprobar en los termógrafos de los contenedores que no se había roto la cadena de frío para su conservación ni producido incidencia alguna en el tratamiento de frío aplicado durante el transporte en barco hacia India. Más tarde, la carga pasó también los controles en materia de fitosanidad, de calidad y otros más específicos, por lo que se permitió despachar las dos partidas. La apertura definitiva de este mercado –en condiciones viables para exportar naranjas españolas- queda ahora pendiente de la aprobación del nuevo plan de cuarentena, de su notificación a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la definitiva publicación en el diario oficial del nuevo protocolo. Será entonces, probablemente cuestión de varios meses, cuando se habilitará a los operadores para poder realizar el necesario cold treatment en tránsito.
La validación del envío de prueba realizado por el CGC --única entidad representativa del comercio privado de cítricos a nivel nacional—representará, en la práctica, la apertura del mercado de cítricos indio para la naranja española. El CGC quiere reiterar su agradecimiento, más allá del esfuerzo conjunto de los 10 exportadores asociados que han participado en la misión, a todas las entidades que han contribuido a su éxito: al Ministerio de Agricultura –que negoció durante años con paciencia y trabajo continuo el expediente-, al esfuerzo político y técnico desarrollado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Embajada de España en Nueva Delhi, a la Oficina Comercial de España –que trabajó eficientemente ‘sobre el terreno’- y a la Consejería de Agricultura de la Comunidad Valenciana, que contribuyó a financiar la expedición. “A partir de la aprobación del nuevo protocolo, el reto pasará a ser consolidar la red comercial embrionariamente abierta en este mercado, que es un destino complicado, con dificultades logísticas evidentes para los productos perecederos pero muy interesante, porque tiene un gran potencial demográfico, una clase media que va a más y que por todo ello podría tener un importante recorrido y crecimiento”, señaló la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu.
El actual protocolo –el que ahora se pretende modificar- impone que el tratamiento de frío exigido para garantizar la no presencia de Ceratitis capitata en los cítricos se tenga que realizar necesariamente antes de embarcar la fruta. Los cítricos deben someterse en pre-embarque, en las instalaciones del puerto de salida, a unas temperaturas de entre 0 y 1,1 grados durante entre 10 y 12 días. A este cold treatment se le debe añadir el transporte refrigerado durante los 21-30 días que se emplean en llegar al puerto de destino. Con este modo de proceder, se realizó un primer envío experimental de un contenedor en 2015 y a partir de entonces diversos operadores del CGC comenzaron a trabajar exportando pequeños volúmenes. “La operativa, con tantos días de tratamiento de frío y de viaje en barco era carísima y afectaba a la condición de la fruta y en todo este tiempo no se han podido consolidar los esfuerzos realizados porque el protocolo era inviable”, explica Sanfeliu. Con las nuevas condiciones, que ahora han demostrado su eficacia en cuanto a garantizar la ausencia de la citada plaga y que además son las que se ajustan a los estándares internacionales, las naranjas son sometidas durante más días –hasta 20- pero a una temperatura algo más alta –3 grados o menos- y, lo que es si cabe más importante, el tratamiento se puede realizar en tránsito, durante el viaje. “Es igual de seguro en términos fitosanitarios, la fruta llegará en mejores condiciones a los consumidores indios y es mucho más económico”, concluye la presidenta del CGC.
India es el tercer mayor productor de cítricos del mundo, tras China y Brasil, pero su enorme población –próxima a los 1.400 millones de habitantes- provoca que la práctica totalidad de su cosecha (alrededor de 14 millones de toneladas, el doble que la española) se comercialice en su mercado doméstico. La importación foránea está restringida casi al 100% a las naranjas y si bien, dada su población, resulta aún muy reducida, está acreditando un crecimiento exponencial: si en 2009 ésta sólo llegaba a 9.925 toneladas ( t ), en 2019 las importaciones foráneas ascendieron a 76.538 t y en 2020, pese a la enorme incidencia del Covid en el transporte marítimo internacional, estas cifras se mantuvieron (según las primeras estimaciones). De ése volumen correspondiente a 2019, 53.589 t procedieron de Egipto, 10.792 t de Sudáfrica y 7.514 t de Australia (estos dos últimos países, en contraestación).
Las diez empresas que han participado en esta expedición liderada por el CGC han sido: Bagu, Bollo International Fruits, Cañamás Hermanos, Fontestad Citrus, Frutas Tono, Fruxeresa, García Ballester, Juan Motilla, Martinavarro y Vicente Giner.