Uno de los paradigmas de la ciencia política es que los países progresan o se empobrecen no tanto como consecuencia de su mayor o menor superficie, población, sus recursos naturales o su clima. Su estabilidad, su desarrollo y su fortaleza social radica en la solidez de sus instituciones.
En 2012, los profesores de la Universidad de Harvard, Daren Acemoglu y James Robinson, publicaron en los Estados Unidos el libro, "Por que fracasan los países" que abundaba en aquella tesis: las sociedades fracasan cuando no tiene incentivos proporcionados por las instituciones que impulsen a los ciudadanos a desarrollar su talento y favorecer la innovación.
El libro establece comparaciones entre países de los cinco continentes y viene a concluir que dos países vecinos con parámetros semejantes se encontraban de hecho bien desarrollados o sumidos en el subdesarrollo según funcionaran las instituciones de que se habían provisto. Ejemplos típicos son la República Dominicana y Haití, o Zimbabue y Botswana.
Los recientes sucesos de la DANA en Valencia, me ha hecho revisar el libro citado. España posee sobradas instituciones en todos los campos, incluido el del medio ambiente, el clima y la protección civil, tanto a nivel nacional como autonómico.
Ahí tenemos al Presidente del Gobierno con sus 700 asesores, y con no menos de media docena de Ministros dedicados principalmente a la protección en caso de desastres naturales, en especial la Vicepresidenta Teresa Ribera, la Ministra de Defensa, el Ministro de Interior, el de Transportes, Agricultura entre otros. Todos ellos con instrumental suficiente para hacer frente a una agresión de la naturaleza como la que acaba de ocurrir.
Ahí están a las órdenes de la Sra Ribera, la Directora de la Agencia Meteorológica (AEMET) Maria Jose Rallo con un numeroso equipo de meteorólogos capaces de predecir la fuerza de las lluvias y los vientos con suficiente antelación. También está ahí Miguel Polo director de la Cuenca Hidrográfica del Júcar (CHJ) encargado de predecir la fuerza con que discurrirán las aguas según la intensidad de la lluvia, el viento y otros factores geológicos. Tenemos también un Centro de Coordinación de Crisis (CECOPI).
A escala autonómica contamos con un Presidente de la Generalidad, Carlos Mazón, con sus consellers, una Delegada del Gobierno, Pilar Bernabe, la consejera de Justicia e Interior Salomé Prades y un largo etcetera.
Disculpen esta indigestion de nombres y siglas. Quería mostrar que no son instituciones lo que ha faltado en la solución de la crisis de la gota fría, en varias regiones españolas y en particular en la valenciana, que ha provocado mas de 220 víctimas la ruina para 75 localidades y la desgracia a miles de ciudadanos.
No basta con tener múltiples instituciones. Hay que tener las justas para evitar solapamientos y confrontaciones. Es necesario que se establezca una correcta coordinación entre ellas y que en cada caso se responsabilice quien debe hacerlo.
En esta DANA, un fenómeno que se repite con suficiente frecuencia como para que cada vez nos sorprenda desprevenidos, poco funcionó como debiera. La Vicepresidenta para Medio Ambiente, con su AEMET y su CHJ prácticamente desaparecieron del mapa. Bueno, la señora Ribera estaba pensando en su puesta o en Bruselas.El Presidente del Gobierno pensó que debía activarse el de la Generalitat por ser mejor conocedor del terreno y éste pronto se dio cuenta de que sin el apoyo estatal, Valencia estaba perdida. El Ejército, la institución mejor preparada para enfrentar este tipo de desastres se movilizó con retraso, con mayor retraso con que reacciona cuando se trata de apoyar a países extranjeros.
Prácticamente los únicos que actuaron con rapidez y generosidad fueron quienes no tenían obligación de hacerlo, con los que no se contaba: los voluntarios. El pueblo salva al pueblo.
No es este el momento de buscar responsabilidades sino de encontrar a los desaparecidos, ayudar a las víctimas, limpiar las ciudades y sus casas, reconstruir las empresas. Pero una vez se restablezca alguna normalidad -nunca podrá ser lo mismo teniendo en cuenta las víctimas- será necesario dar una pensada a nuestras Instituciones y buscar su correcta coordinación.