Castellón Información
El 21 de Febrero de 2019, ha tenido lugar la primera huelga convocada por un Gobierno (el de la Generalitat Catalana) y seguida única y exclusivamente por sus funcionarios y “paniaguados” (CDR, ANC y OMNIUM) que se han ocupado de bloquear autopistas y carreteras quemando neumáticos e incluso dificultando el metro de Barcelona, saltándose los controles y bloqueando las vías, para impedir a la ciudadanía normal y responsable incorporarse a sus puestos de trabajo pacíficamente.
Desde el Gobierno se patrocinó la violencia, para impedir el ejercicio libre del derecho a acudir a sus puestos de trabajo al menos con la debida puntualidad.
La razón para esas actitudes, era fundamentalmente la defensa de unos políticos golpistas y presuntos delincuentes hasta que se dicte sentencia definitiva, en el juicio que se está llevando a cabo, por la Proclamación Unilateral de Independencia del 1º de octubre del 2017.
Para comprender el fondo del problema, hay que remontarse al origen del conflicto.
El fondo del mismo, fue la Corrupción económica, que durante más de cuarenta años, le permitió a Pujol y a todos sus “adláteres” de CiU amasar unas fortunas inmensas en base a unas comisiones ilegales que iban recibiendo de todas las empresas que llevaban a cabo proyectos de la Generalitat, mientras los Gobiernos del PSOE y PP miraban hacia otra parte al necesitar sus votos para alcanzar el Gobierno de España.
Hasta que el problema se hizo tan evidente, que Pujol tuvo que hacerse a un lado y dejarle paso a su lugarteniente y hombre de confianza Arturo Más que intentó por todos los medios parar el golpe y encontró como medio más adecuado, buscar el apoyo de sus adversarios tradicionales de Esquerra Republicana de Catalunya envolviéndose en la bandera del independentismo, a fin de eludir a la justicia española que ya se había puesto en marcha para acabar con su cueva de “Alí Babá Pujol y Cia”.
A partir de ese momento se inicia un proceso inconstitucional, por todos los medios al alcance del Gobierno de Cataluña, que les lleva al 1º de octubre del 2017 y cuyos delitos son los que se están juzgando ahora en el Tribunal Supremo de Justicia de España.
¿Cuál es la situación actual?
Pues sencillamente, que mientras los ladrones de CiU y sus sucesivas siglas siguen disfrutando del fruto de sus latrocinios en Cataluña (Pujol, Mas y todos sus coetáneos y Torra entre otros) o en Waterloo (Puigdemont y quienes le siguieron al destierro) tenemos encarcelados y sentados ante el Tribunal Supremo a los “tontos útiles” auténticos románticos de una Independencia que ellos sabían y saben que es utópica de Esquerra Republicana de Cataluña y a los “mamporreros” de aquellos ladrones ya sea a través de CDR, ANC o OMNIUM o a los menos ágiles a la hora de salir corriendo hacia el destierro como el “jefe de su banda”, que ha demostrado eso, ser el “jefe de una secta de delincuentes” que escapa a la acción de la Justicia, en vez de asumir dignamente sus responsabilidades.
Por eso ahora tenemos una Barcelona desconocida, gobernada por los 'okupas' que la deterioran día a día y a Cataluña teóricamente Gobernada por una Generalidad “cerrada por desaparición del heredero de Ali Babá”, que recibe con relativa frecuencia la visita de su “botones Torra” para rendirle cuentas al delincuente fugado, de “como va lo suyo”, pero sin poder llevarle ni un solo síntoma positivo, pese a los esfuerzos realizados en el último semestre por el Presidente 'okupa' en funciones del Gobierno Español, que no se ha permitido dar el paso definitivo contra nuestra Constitución, que le hubiera dejado a él también inmerso en un proceso judicial para poder correr el riesgo de terminar o bien el destierro o en a la cárcel, que son los dos destinos reservados a aquellos políticos españoles, sean catalanes o no lo sean, que vulneran nuestras Leyes y no se sujetan a los límites marcados por nuestra Constitución.
Sólo me queda disculparme por no haber escrito mi columna la última semana, por problemas informáticos míos, y despedirme de ustedes hasta la semana que viene.