El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) ha puesto en marcha un nuevo ensayo por el que determinará el poder de emisión de los materiales pulverulentos. El objetivo es tomar medidas para mejorar los ámbitos en los que exista una exposición de polvo suspendido en el aire, como sería el caso de comercializadoras de materiales pulverulentos, procesadores de materias primas o fabricantes de pigmentos, fritas, esmaltes y polvo atomizado para la industria cerámica.
Sin duda uno de los aspectos que mayor interés tiene para una empresa cerámica es generar la mínima cantidad de polvo cuando manipula materiales pulverulentos, porque además de los costes por la pérdida del material, puede ocasionar problemas ambientales y de salud laboral. A pesar de existir esa preocupación, la capacidad de emitir polvo de un material se solía establecer por criterios de experiencia, pero no existía una clasificación aceptada entre suministradores, proveedores y usuarios.
Este problema, común a otros sectores, ha hecho que la aparición de una norma internacional, que permita clasificar los materiales según su capacidad de emitir polvo, se perciba como de indudable interés para la industria cerámica. Por ello, el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) ha puesto en marcha este nuevo método, concretamente el denominado “de caída continúa”, propuesto en la norma UNE-EN 15051 (“Atmósferas en los lugares de trabajo. Medición del estado pulverulento de los materiales a granel. Requisitos y métodos de ensayo de referencia”).
Este método permite no sólo cuantificar el poder de emisión de polvo de los materiales pulverulentos, y realizar una clasificación de los materiales en diferentes categorías, establecidas en la citada norma, sino que además permite cuantificar la variación del poder de emisión de los materiales al cambiar ciertas condiciones como la humedad, por ejemplo, haciendo posible conocer de antemano las precauciones que se deben tomar para reducir al máximo la exposición al polvo generado. .
Los resultados tienen la ventaja de que están normalizados y aceptados a nivel internacional, por lo que las empresas y usuarios pueden utilizarlos como referencia para establecer las normas de prevención en temas de medio ambiente y salud laboral, y transmitirlas a los usuarios de estos materiales a través de fichas de datos de seguridad.
Cabe destacar que está especialmente indicado para las empresas que comercializan materiales pulverulentos, como procesadores de materias primas y fabricantes de pigmentos, fritas, esmaltes y polvo atomizado.