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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

La gran crisis

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Jorge Fuentes. Embajador de España

Después de la defenestracion de Huertas y de Montón, resultaba evidente que Sánchez se había propuesto no cesar a nadie más consciente de la debilidad que ello implicaba ante la ciudadanía.

El cambio indispensable al presentar a Illa a las elecciones catalanas no trajo graves consecuencias políticas y el reajuste del Gabinete a raíz de la escapada de Iglesias, ahora se desvela que pudo tener motivaciones familiares más que profesionales: Pablo se fugaba de Irene.

La crisis que acaba de producirse es de enorme calado. Nada menos que siete miembros del Gobierno, más el todopoderoso Jefe de Gabinete se van a la calle. Y no son siete de los que nadie conoce como Darias, Escriva, Maroto o Ribera, sino que son los que configuraban el núcleo más duro, el más sanchista de Sánchez.

De muchos de ellos se habia pedido reiteradamente el cese o la dimisión por los desmanes cometidos en su gestión. Tal es el caso de Carmen Calvo por sus disparatadas jeremiadas, de Abalos por la sarta de mentiras que fue capaz de enlazar a raíz del Delcygate, de González Laya por su total insensibilidad e ignorancia de las reglas diplomáticas, Celaá por los desafueros cometidos en materia de la enseñanza concertada y especial, Campo por sus esfuerzos por anular la Justicia y Redondo por encadenar una serie de errores de libro, siendo el más grave de ellos la penosa estrategia ante la moción de Murcia y las elecciones en Madrid.

Pero seamos sinceros, pedíamos la dimisión o el cese de todos ellos con escasa esperanza de que Sánchez prescindiera de sus más fieles. En ese sentido, la actual crisis, muy rumoreada en los últimos días ha sorprendido a muchos, aunque puestos a cambiar, se hubiera podido sacudir también a Marlaska, uno de los ministros más quemados del equipo.

Los españoles, ¿salimos ganando o perdiendo con estos cambios? Veamos.

-Perder de vista a Calvo, Ábalos, Celaá, Laya y Campo son buenas noticias. Del saliente ministro de Cultura y Deporte, Sr Uribe, con todos los respetos, no había oído ni hablar. El ministro astronauta Sr Duque, no hacía ni daño ni alivio.

- Está por ver qué son capaces de hacer quienes les sustituyen. En general, predominan las damas procedentes de alcaldías de segunda entidad. Hay un notable colega de la Carrera que procedía de la Embajada en París y que sin duda sabrá del oficio mucho más que su predecesora. Las dos nuevas estrellas del equipo son, sin duda Félix Bolaños y Óscar López emplazados en Presidencia y Jefatura del Gabinete.

-El equipo de los cinco de UP, sigue intocado, aunque todos ellos podrían marchar sin gran perjuicio para los españoles, antes bien lo contrario. Ya me dirán que pintan ahí esos cinco: el de los chuletones, la Trans, el catedrático ausente, la súper valorada y absurdamente elegante comunista de Trabajo y la sucesora de Iglesias llevando una agenda 30 que nunca alcanzará a ver.

-Bueno es que Calviño suba de categoría para salvar los dineros de Bruselas. Y significativo es que Iceta haya sido degradado desde lo Territorial (Cataluña!) a la inane Cultura y Deportes. Y muy bueno que María Jesús Montero haya dejado de ser portavoz. A lo mejor ahora nos enteramos de lo que ocurre en los Consejos de ministros.

Sánchez ha querido con estos cambios, remover a aquellos que más encarnecidamente contribuyeron a construir el Sanchismo, a sus más allegados, a los más leales, consciente que con ellos el barco se hundía y se acababa el chiringuito. Queda con ello claro que el Presidente no se casa con nadie y que sería capaz de vender su alma al diablo para sobrevivir en el poder.

Se ha calificado la crisis de automocion de censura, de agotamiento de los escudos que protegían al líder. Todos coinciden en que esos cambios vienen a reconocer el fracaso de un equipo, la búsqueda de su sustitución por otro que propicie la prolongación otro par de años del gobierno de Sánchez. Y que quien debía haberse ido es el.

Pero esto ni lo sueñen. Al menos por ahora.