La Jornada Mundial de los Pobres es una iniciativa del Papa Francisco al final del Jubileo de la Misericordia del año pasado
Castellón Información
Varias parroquias de la Diócesis han acogido la invitación del Papa Francisco para organizar actos concretos de cercanía con los necesitados a raíz de la I Jornada Mundial de los Pobres, el próximo domingo. Cáritas Diocesana ha ampliado la sensibilización a toda la semana, de modo que el Obispo presidirá una Eucaristía el 26 de noviembre en la Arciprestal de San Jaime en Vila-real. Esa misma tarde, la parroquia de los Santos Evangelistas organiza una merienda. Por su parte, la Sagrada Familia de Castellón.
D. Juan Crisóstomo Nangagahigo, párroco de los Santos Evangelistas, explica que cada mes se organiza una merienda con los personas atendidas en los proyectos parroquiales de Cáritas. En esta ocasión, sin embargo, quieren marcar de manera especial el encuentro. Los voluntarios han preparado un pack con dos kilos de harina, 1 de azúcar y un litro de aceite para los participantes. Se quedará por la tarde y, junto con los dulces, se comentará el mensaje del Papa. A continuación se participará en la Misa presidida por Mons. López Llorente.
En la parroquia de la Sagrada Familia de Castellón, las Conferencias de San Vicente de Paúl promueven este mismo viernes 17 una oración junto con algunas de las personas atendidas que culminará con la Misa. Asimismo, en la celebración dominical voluntarios y personas usuarias de Cáritas tendrán una participación activa.
La Jornada Mundial de los Pobres es una iniciativa del Papa Francisco al final del Jubileo de la Misericordia del año pasado. Su objetivo es, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, anuncia Francisco, "es una invitación dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad". Por eso el Pontífice invita en su mensaje a abandonarse al amor de una manera auténtica, "no de palabra y de boca, sino de verdad y con obras".