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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Un centenar de fieles y el Obispo participarán en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

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Un centenar de fieles de la parroquia de la Merced de Burriana salieron ayer destino a Roma para participar en la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Hoy viernes, emprende el viaje el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente. Ambos pontífices han tenido un papel destacado en la historia de Segorbe-Castellón, ya que el primero fue quien erigió la actual configuración diocesana en 1960, mientras que el segundo la fortaleció con diversos decretos y la abrió al mundo enviando las primeras familias misioneras.

En el segundo año de su pontificado, Juan XXIII ajustó los límites de la antigua diócesis de Segorbe a la provincia de Castellón, uniéndole los arciprestazgos de la Plana que dependían de Tortosa y del Alto Mijares, vinculados hasta entonces con Valencia. También agregó algunos enclaves que se encontraban en el territorio, como Betxí, que pertenecía a Teruel. Se creaba así la diócesis en su actual configuración, siendo su primer obispo Josep Pont i Gol, que participó en el Concilio Vaticano II con el ahora nuevo santo. También declaró a San Pascual y la Virgen de la Cueva Santa patronos diocesanos.

Juan Pablo II, por su parte, acompañó la Diócesis en su crecimiento. Otorgó el título de Basílica a la Catedral de Segorbe, al Santuario de Lledó, en Castellón, y a San Pascual Baylón, en Vila-real. Con motivo de la consagración de la Concatedral de Santa María, en 1999, el Papa envió un Legado Pontificio con una carta firmada de su puño y letra. En ella decía: “Cuando los cristianos de Castellón, en el seno de sus familias, en sus ambientes de trabajo, en el cumplimiento de sus deberes personales y sociales, ofrecen al Señor su vida y unidos a Cristo, dicen al Padre “¡Heme aquí, oh Dios, para hacer tu voluntad!, están levantando un templo en su propio corazón”.

Primera canonización

También fue él quien comenzó a enviar familias en misión, estando entre las primeras un matrimonio de Castellón al que han seguido más de una docena. Igualmente es el Pontífice que canonizó a la santa de Almenara, Genoveva Torres, y a los primeros beatos mártires de la Diócesis. Por último, fue este mismo papa quien decretó la coronación con rango de pontificia de la Virgen de la Cueva Santa, la Mare de Déu de la Soletat de Nules, y la Misericordia de Burriana.

Poco antes de su muerte, volvió a enviar una carta para el Congreso de Apostolado Seglar de 2005. En ella recordaba que “la Eucaristía es el centro de la vida cristiana donde se forja el temple apostólico de los discípulos de Jesús”, y exhortaba a “revitalizar la nueva evangelización, particularmente mediante la vocación a la santidad personal y la misión en la vida pública”.